miércoles, 16 de diciembre de 2020

Memórica

 

Memórica. México, haz memoria, es una plataforma en Internet creada por la Coordinación de la Memoria Histórica y Cultural de México (CMHCM), que trabaja con acervos ya digitalizados de las instituciones públicas, aunque también las privadas.


Gabriela Pulido, directora general de la CMHCM, dependiente de la oficina de Presidencia, explica en entrevista como, a través de este sitio, se pretende promover la temática del derecho a la memoria y el acceso abierto a la información histórica. A raíz de la pandemia causada por el COVID-19, “los recursos digitales van a convertirse en un tema de prioridad para todas las instituciones”, apunta.


La plataforma Memórica. México, haz memoria, https://memoricamexico.gob.mx/, lanzada el pasado 18 de febrero por la CMHCM, tiene por objetivo “difundir los esfuerzos de digitalización que han hecho las instituciones que resguardan el patrimonio histórico y cultural del país, también las entidades privadas y colecciones particulares, así como promover la temática del derecho a la memoria y el acceso abierto a la información histórica mediante este tipo de herramientas”, dice la entrevistada.


Memórica es un espacio atractivo, lúdico y vivo, dirigido al público en general, no sólo a los investigadores, al campo docente y los estudiantes de educación media y superior. Participan aquellas instituciones que tienen material previamente digitalizado, aunque también instancias públicas y privadas que no lo tenían, sin embargo, “a solicitud nuestra, de ciertas temáticas, empezaron a digitalizar su acervo. Se pretende preservar la documentación en todo tipo de soportes”, señala Pulido.


Ya están en colaboración con la Filmoteca, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de modo que “podremos integrar material fílmico”, anota Andrea Gálvez, encargada de Relaciones Institucionales de la CMHCM. Aparte de la UNAM, otros colaboradores de este repositorio son el Archivo General de la Nación, Archivo Histórico de la Ciudad de México “Carlos Sigüenza y Góngora”, la Mediateca del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y Mexicana: Repositorio del Patrimonio Cultural de México, proyecto de la Secretaría de Cultura federal.


Pulido apunta que trabajan directamente con los repositorios digitales, no con las instituciones, cuyo esfuerzo ha sido “valiosísimo”. Algunas, como la UNAM, tienen casi 30 años de llevarse acabo. La plataforma Memórica se empezó a trabajar antes del inicio del sexenio en curso para trazar, sobre todo, el eje principal que es “el derecho a la memoria, a los acervos históricos y culturales del país”, explica Pulido, investigadora en la Dirección de Estudios Históricos del INAH, con licencia.


Respecto a los contenidos del espacio, algunos se seleccionan de acuerdo a “las reservas de recursos digitales que recibimos de los acervos que ya se pueden incorporar”, indica la historiadora. También se eligen los temas de acuerdo, por ejemplo, a las efemérides y conmemoraciones cívicas, asuntos que sean de mucha vigencia.


Una de las líneas de trabajo que ha dado Gabriela es que recuperemos los movimientos sociales que han surgido en este país. La intención no es sólo rescatar aquellos héroes y personas, sino como se conforman los movimientos que han dado pie a las transformaciones sociales. Esto nos ha permitido ligar información de distintos archivos. Actualmente, trabajamos entorno a cuestiones de salud, pues la situación que se atraviesa en el país y el mundo, merece una mirada hacia el trabajo de los responsables de las políticas de salud”, precisa Andrea Gálvez. En la página principal de repositorio uno de los temas es Personal médico en la historia de México.


Según Gabriela Pulido los documentos encontrados en Memórica constituyen una forma de contar “tu propia historia, así como de ciertos procesos o de la historia nacional, no nada más atravesada por la lectura de un historiador o un especialista. Se trata de conocer los contenidos por medio de los documentos”.


La entrevistada recalca que la CMHCM no resguarda el patrimonio, sólo sirve de puente entre las instituciones, o las colecciones privadas, para visibilizar sus esfuerzos de preservar el patrimonio: “Nuestra intención es poder contar qué país somos a través de la memoria, o las memorias, de las comunidades, las regiones y los municipios, las memorias también familiares y locales”.









domingo, 20 de septiembre de 2020

Hampshire y Marcín en la Galería Karen Huber

 

Merry MacMasters. La Galería Karen Huber reabrió sus puertas bajo estrictas medidas de seguridad –tapabocas obligatorio y el uso de gel antibacterial, visitas por cita, un máximo de tres personas en el espacio al mismo tiempo-- , con las exposiciones Mundonomundo, de Luis Hampshire, con 18 pinturas y estructuras espaciales, y La destreza de un pintor consiste en saber pintar el aire, de Mauricio Marcín, con ocho pinturas en acrílico.


Durante el tiempo que la galería --enfocada a todos los aspectos de la pintura--, estuvo cerrada debido a la cuarentena por la pandemia del COVID-19, “tuvimos que posponer dos exhibiciones”, expresa su directora, Andrea Bustillos. Ahora, decidieron no hacerlo porque “tenemos un compromiso con los artistas”. Por otro lado, “el público ya quiere empezar a salir con sus precauciones”.




Obra de Luis Hampshire. Aspecto de la galería. 




A raíz del encierro, Hamphire (Oaxaca, 1975) tuvo que modificar su muestra originalmente pensada como una serie de pinturas de gran formato. Por la crisis sanitaria de repente no podía conseguir los bastidores y demás materiales. La cuarentena lo enfrentó a los límites de su taller: “Si no tenía la tela deseada, agarraba otra, o maderas. Era pensar en las relaciones que no necesariamente van de la mano, sin embargo al forzarlas generan nuevos sentidos.


Es algo que me interesa mucho, sobre todo en esta situación en que no sabemos bien cómo ubicarnos. Sé que tengo una vida, no obstante, no es como era”. Estas inquietudes se reflejan en su obra que desconcierta por su ambigüedad. Este desvío de lo “cómodo” es algo que el entrevistado trabaja desde hace tiempo: el momento en que la pintura sale del soporte bidimensional y empieza a tener un carácter más espacial que conlleva nuevos “torzones o desvíos”.


Ante la inundación de contenidos de arte en las redes sociales debido al encierro, el ganador del 17 Bienal de Pintura Rufino Tamayo (2018) empezó a reflexionar sobre “la plenitud de la imagen digital contra la materialidad de la imagen, con la presencia del objeto de arte en el espacio físico de la galería, lo que es completamente distinto”. Le preocupaba hacer una exposición que tuviera que ver con la presencia de las piezas y el espectador frente a ellas, porque sus obras no sólo tienen diferentes lecturas, sino son un mundo de detalles.


Las estructuras espaciales de Hampshire son una metáfora del frágil equilibrio de “la situación que vivimos. A veces pasa una sola cosa y todo se viene abajo. México tiene posibilidades de resolver muchas cosas con un palito, una cinta adhesiva, un mecatito. Sin embargo, si esto fuera de estructura de producción constante, no compete en un ámbito de economía global”.



Obra de Mauricio Marcín incluida en la exposición. Ambas imágenes son cortesía de la Galería Karen Huber.




Mauricio Marcín (Tapachula, 1980), por su parte, es más conocido como gestor y curador que como artista. En un texto escrito para la exposición dice que las pinturas son conjuros. Son “mi forma de hacer rituales de protección: orégano y limones debajo de la cama. Cada uno de los conjuros intenta rescatar la visión de lo divino, extirpada de nuestras conciencias por la perspectiva antropocéntrica que nos hace pensar la existencia como un movimiento binario de producción y consumo”.


La Galería Karen Huber se ubica en Bucareli 120, colonia Juárez. Para hacer una cita escribir a info@karen-huber.com o produccion@karen-huber.com.





domingo, 16 de agosto de 2020

Isaac Tamariz, pintura por computadora




Más conocido como escultor, Isaac Tamariz (Ciudad de México, 1968) realiza hace tiempo una serie de pinturas en la computadora con el programa Paint. Los colores son primarios, estridentes y psicodélicos, para así acentuar el sentido eléctrico de la pintura electrónica. “Esto para mi es retomar la dinámica del trabajo serio en la labor artística como cuando pasé tres años trabajando diariamente para Invección psiquicoeléctrica, exposición que hice en 2013 en Ex Teresa Arte Actual”, expresa.


Nieto del escultor Ernesto Tamariz (1904-1988), autor de Altar a la patria, memorial dedicado a los Niños Héroes en el Bosque de Chapultepec, Isaac pasó mes y medio, 12 horas diarias, haciendo el más reciente cuadro de la serie que dio a conocer en su cuenta de Facebook. La obra es “la síntesis personal en imagen de mi idea de la situación mundial ahora con el virus COVID-19, arma que se liberó después de la guerra comercial entre China y Estados Unidos”.


En lo estético es “un impulso de conformación plástica de fluidez colorística brillante en el que rechazo la utilización de grisallas previas y el negro para resaltar así la vivacidad de los colores que en su primera etapa del proceso pictórico son puestos en la tela bajo un concepto de conformación de abstracción arquitectónica”. Tamariz aplica los colores en la tela blanca a la manera de ladrillos que construirán esta estructura estética.



Imagen del cuadro cortesía del autor.



Lo largo del título del cuadro se debe a su fin educador para un público ajeno al arte: Auto calzón chino y fantasma remolcador en las sendas del 2020, mientras el sapo león pekinés se traga la carabela de Cristonald Trumpón.


La serie pretende conformar un proyecto de exposición en la que “quizá haga tirajes impresos, no numerosos, o utilice de modelo una impresión digital para amplificarlos en una tela que pinte al óleo”.


En el cuadro hay muchos elementos prehispánicos, como un águila que está por cazar una “serpiente/pulmón”, a modo de aro inflable, de un respirador artificial que sostiene una figura arrodillada sobre una pequeña mesa.


Dicha figura está inspirada en el luchador olmeca. Tamariz considera que lo prehispánico es un arte rico en cuanto a creatividad y monumentalidad escultórica. El luchador olmeca viene a ser el símbolo representativo de “esa humanidad frente al problema actual de la guerra viral”. El artista hizo un escudo nacional en bronce para la fachada principal del tercer piso del edificio sede del Nacional Monte de Piedad.


Tamariz dibujó y pintó desde niño, como un primer paso hacia el rigor de la escultura. Cursó la carrera de diseño industrial en la que aprendió a aplicar “lo que es pantone”, que compara con el teclado de un piano para los músicos: “Tú aplicas la colorística siempre con medios y terceros tonos, incluso, más si se puede”. Recomienda “no engolosinarse, ni caer en un excesivo preciosismo en la utilización de las escalas coloristicas, porque se corre el riesgo de debilitar la expresividad general del cuadro”.


En esa obra quizá hay una influencia muralística de Diego Rivera, en el sentido de plasmar un momento histórico.

domingo, 26 de julio de 2020

Yael Martínez, con un pie en Magnum Photos





Gracias a “toda la labor” hecha en el Centro de las Artes San Agustín (CaSa) y el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (CFMAB), instituciones fundadas por Francisco Toledo (1940-2019), el guerrerense Yael Martínez (Taxco, 1984) pudo desarrollarse como fotógrafo al grado de ser nominado para pertenecer a la agencia Magnum Photos, fundada en 1947. Ya había ganado el segundo lugar en la categoría de proyectos a largo plazo del concurso World Press Photo 2019.

Martínez siempre ha estado cercano a dichas instituciones y fue profesor del Programa de Fotografía Documental, que se hizo por primera vez en 2019 en CaSa, y se espera retomar en cuanto termina la pandemia por el COVID-19, con fotógrafos de Magnum.






En una charla virtual organizada por el CFMAB y la asociación civil Amigos del IAGO y del CFMAB, Martínez dijo haber confirmado, al llegar a Oaxaca en 2010, que mediante el arte se puede generar “un cambio social profundo”, al ver el trabajo realizado por Toledo, que ha sido uno de sus grandes inspiraciones.

Martínez trabajaba en blanco y negro, sin embargo al conocer la obra de Toledo “cambié hacia el color. Me encantaba la paleta que usaba. Hice ese cambio de vincular la realidad a través del color”. Hace 10 años tuvo la oportunidad de ingresar a un programa de fotografía contemporánea que realizaba CaSa, que transformó su manera de entender esta disciplina, en el sentido de “empezar a realizar proyectos personales y tratar de vincular estas experiencias con las problemáticas sociales que afectan a mi comunidad”.







Reconocido con la beca W. Eugene Smith (2019), Martínez proviene de una familia de artesanos y siempre tuvo curiosidad por la pintura. Al salir de la preparatoria quiso ingresar a una universidad en Morelos para estudiar artes visuales, sin embargo fue rechazado. Empezó a trabajar como asistente de una fotógrafo de arquitectura.

En 2008 realizó su primer proyecto fotográfico “muy clásico” sobre músicos populares de la región norte y Tierra Caliente de Guerrero. Ya en Oaxaca quiso hacer un proyecto en torno a su familia. En ese momento estaba enferma su abuela y acababa de nacer su hija. Al estar allá se enteró de la desaparición de varios miembros de su familia. Había pedido una beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes para realizar un proyecto sobre orfebres en Taxco, sin embargo lo dejó para registrar la vida cotidiana de su familia.







A la fotógrafa Joan Liftin, su tutora en el CFMAB, le encantó el proyecto y le propuso para una beca Emergency Fund de la Fundación Magnum (2016), para darle continuación. Después del problema con sus cuñados, en 2014 empezaron a generarse grupos de familias que tenían desaparecidos y hacían búsquedas en distintos puntos del estado.

A raíz de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, “empieza a pasar esto en diferentes partes de México, conozco a algunas de estas personas y comienzo a entender que era una problemática social mucho más fuerte, no un caso aislado dentro de mi núcleo familiar”. El proyecto, La casa que sangra, pretende “mapear estas geografías que han palidecido por el azote con el crimen organizado”.

Ser uno de los nominados de Magnum Photos significa que durante dos años Martínez colaborará con la agencia de manera independiente. Después deberá presentar su portafolio de trabajo para su evaluación y posible designación como asociado.







domingo, 19 de julio de 2020

Francisco Toledo, ocho décadas.





Tanto Oaxaca, como el país entero, es uno antes, y otro después, de la partida de Francisco Toledo (1940-2019). Muchos, sin embargo, tienen la impresión que no ha muerto y que en cualquier momento, a la vuelta de la esquina, lo van a encontrar.

El 17 de julio el artista, promotor cultural y activista hubiera cumplido sus 80 años, seguramente apartado en gran medida del mundo de las felicitaciones, en familia como a él le gustaba, tal vez en la capital de Oaxaca o de viaje en algún lugar sin revelar del estado.

Claro, siempre estaba para sus amigos y personas más allegadas. Armando Colina, director de la Galería Arvil con Víctor Acuña, expresa: “Cada año de donde quiera que me encontrara llamaba a Francisco para felicitarlo, era un rito que duró más de 50 años. Sus respuestas variaron con el tiempo sobre todo al final pues se quejaba de los múltiples problemas en que se metía… hablaba de sus proyectos y de su salud… pero siempre sentí su afecto hacia mí. Le daba gusto oírme. Su temprana muerte me sorprendió y causó tremenda tristeza”.

En algún momento Graciela Cervantes, directora de la Galería Quetzalli, le hacía una comida “un poco a la fuerza” con los amigos más cercanos porque “Trine (Ellitsgaard) se iba con los niños a pasar el verano con su mamá (a Dinamarca). A raíz de la muerte de su mamá, Trine ya no viajaba, entonces Toledo comenzó nada más a reunirse con su familia, sus hijos, sus nietos, que era lo que en realidad le gustaba”.

Durante 30 años Cervantes y Toledo fueron “socios, cómplices, amigos y confidentes”. Para ella Oaxaca es uno antes de Toledo y otro después de él: “Muchos tenemos la impresión que no ha muerto, que en cualquier momento va salir en alguna calle. Como Oaxaca fue su ciudad, la caminaba, la gozaba, iba por sus periódicos, uno lo encontraba platicando con alguien en la esquina o iba al taller de Fernando Sandoval. Siempre era un caminar las calles de Oaxaca. Luego, dan las 7:30 de la mañana y digo, ‘ya me va a llamar el maestro’, que era la hora en que lo hacía. Son cosas que se te quedan muy profundas en el corazón”.

Con motivo de su aniversario 80, Toledo fue recordado por las instituciones culturales que creó en Oaxaca: Instituto de Artes Gráficas (IAGO), en 1988, Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (FCMAB), en 1996, Fonoteca Eduardo Mata -depende del Iago- , en 1997 y Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), 2006, así como la asociación civil Amigos del IAGO y del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, cuya presidenta es Sara López Ellitsgaard.

Ya no está el maestro, sin embargo su labor continúa, impulsada por personas comprometidas, que llevan bien puesta la camiseta de don Francisco.

Daniel Brena, director de CaSa, tiene un largo contacto con los proyectos de Toledo, ya que anteriormente dirigió el CFMAB. Señala que el artista, quien incursionó en un sinnúmero de disciplinas, “trabajó por muchos años para que el arte fuera accesible para todos. Reunió colecciones de libros, fotografías y gráficas, con la intención de que fueran disfrutadas por personas que históricamente habían sido excluidas de participar en la vida cultural del país. Además, a través de talleres, promovió que las personas pudieran conocer las técnicas, los procesos y conceptos necesarios para expresarse por medio del arte. Después de varias décadas, este trabajo ha creado instituciones resilientes. También ha creado una generación de estudiantes, maestros, artistas y trabajadores que están convencidos de que el arte debe de estar siempre al alcance de todos”.

Al respecto Hazam Jara, director del IAGO, comenta que éste “tiene el compromiso de seguir ofreciendo el espacio para la formación de artistas en las distintas disciplinas por medio de la biblioteca, talleres enfocados en distintas ramas de las artes gráficas y literarias de manera gratuita para todos los públicos interesados, siguiendo la visión de su fundador, el maestro Francisco Toledo”.

Para Fausto Nahúm, director del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, “es difícil imaginar Oaxaca sin alguna de las instituciones que fundó el maestro Toledo. Siempre han sido espacios abiertos y lugares donde muchos encontramos otra forma de ver y de apreciar las diferentes formas de expresión. Continuar con la labor es poder seguir ofreciendo los espacios y todo lo que representa a otras personas de la misma forma que el maestro nos compartió”.








domingo, 21 de junio de 2020

Arnaldo Coen, 80 años






Merry MacMasters. El cumpleaños 80 del pintor Arnaldo Coen (10 de junio de1940) fue celebrado con un conversatorio virtual realizado en la plataforma de Facebook del Museo de Arte Moderno. En ello participaron amigos de muchos años como el compositor Mario Lavista, el cineasta Nicolás Echevarría, el critico de arte Santiago Espinosa de los Monteros, el psicoanalista Salvador Rocha, bajo la conducción de la curadora Pilar García.


Para Coen, quien estuvo acompañado por su esposa, la galerista Lourdes Sosa, su obra es como hacer una exposición colectiva, pero “pintada por un solo pintor”. En esas varias etapas de su vida “de alguna manera hay un hilo conductor en el tiempo, el espacio, la forma, la paleta y en el arte en función de actuar con libertad.








Seguí esa expresión como de dibujos infantiles, sin embargo con una estructura, con una manera de manejar las atmósferas en los espacios que, aunque son de pequeño formato, son inmensos cuando puedes penetrar en ellos”, expresó el festejado en el transcurso del conversatorio.


Primero que nada, “fui un gran espectador de las obras de los demás, porque cada una que veía me inspiraba a algo. Fue descubrir el arte a partir de cero, como si no hubiera habido ni historiadores, sino ver la obra y dialogar con ella como si fuera recién hecha. Como espectador sentía que podía ser el autor de estas obras”.


Respecto de los grandes saltos de la historia de su trabajo Coen dijo, “hacía una exposición y en seguida cambiaba y hacía otra cosa. Eso me importaba”. Algo que siempre tuvo en la cabeza fue la pintura del italiano Paolo Ucello. Sigue experimentando y “a lo mejor lograré encontrar qué diablos hago”.


Mario Lavista, amigo de hace más de medio siglo, habló de algunas de las obras en que colaboraron juntos como la partitura Jaula, hecha con motivo de la visita a México en 1976 de John Cage. “Jaula -explicó- es la traducción al español de Cage, sin embargo también es el tipo de partitura que Arnaldo elaboró: una serie de 16 cubo, un submúltiplo de 64, edad que el compositor cumplía. Además, es el número de hexagramas que tiene el I-ching, del que Cage se sirvió toda la vida, no sólo para consultarlo, sino para componer. Sobre esos cubos concéntricos escribí unas pequeñas notas que se pueden leer desde el punto de vista musical. Al mismo tiempo la partitura puede funcionar como un objeto visual”.


Arnaldo, siguió, es “un gran melómano, un gran conocedor de la música. Algunas de sus pinturas tienen a la música en el centro mismo de una reflexión muy profunda. Pienso, sobre todo, en los paráfrasis que hizo de las batallas de Uccello, que traducen no solo el aspecto geométrico de sus pinturas, sino también lo que se oye en sus cuadros. Son cuadros que se escuchan. Lo que se escucha está dentro del cuadro, no fuera. Me maravilla que a través de un elemento pictórico Arnaldo puede crear una especie de resonancia sonora”.


Para Santiago Espinosa de los Monteros la obra de Coen tiene que leerse en conjunto con una serie de disciplinas artísticas que no solo se ayudan de él, sino que se complementan y son parte del conjunto de su obra.


Nicolás Echevarría participó con Coen en el Grupo Quanta, que incluía teatro, danza y todo tipo de disciplinas. Con él realizó body art al pintar el vestuario sobre el cuerpo desnudo de las bailarinas. Dijo tener “una colección increíble de dibujos a la limón con Arnaldo”.

domingo, 24 de mayo de 2020

Mexican cartonería





Merry MacMasters. El arte popular de México siempre ha ejercido un gran atractivo para los ojos foráneos. La escritora neoyorquina Leigh Ann Thelmadatter, con 17 años de radicar en el país, se topó con la técnica de la cartonería sin proponérselo. Sus indagaciones al respecto, no obstante, desembocaron en Mexican cartonería: Papel, engrudo y fiesta (Schiffer Publishing, 2019), con prólogo de la antropóloga Marta Turok. El libro es bilingüe (inglés/español) con la idea de dirigirse a los hispano parlantes en Estados Unidos.

Entrevistada, Thelmadatter expresa que el proyecto surgió del trabajo que durante años realizó para la enciclopedia en línea Wikipedia y su blog Creative Hands of Mexico (Manos creativas de México), mucho gracias a su propio interés. Recuerda que en Wikipedia no se puede subir nada sin que haya sido publicado por una fuente fidedigna. Así que la escritora buscó conocer a los artesanos en cuestión en un intento de encontrar más información sobre su quehacer. Con el poco material hallado empezó a armar lo que se convertiría en el libro.






En 2016 Thelmadatter fue invitada al Segundo Encuentro de Cartonería efectuado en Cuernavaca, donde conoció a la mayoría de los artesanos incluidos en el libro. Después de unos cuantos intentos fallidos, la editorial Schiffer encontró su propuesta y se comunicó con la autora ya que se dieron cuenta que no había nada parecido en el mercado.



Adalberto Álvarez lijando una pieza en su taller en Chalco, Estado de México.



---¿Qué arrojó la investigación?

---Mi propósito fue introducir la cartonería a un público extranjero ya que como dijo la casa editora no existía nada en inglés y muy poco en español. El libro más reciente sobre el tema tenía fecha de 1992 y giraba en torno a la familia Linares. (Pedro Linares fue el creador de la figura de los alebrijes) Mucha de la documentación también tenía que ver con esa familia, no obstante gracias al Encuentro de Cartonería me dí cuenta que había crecido mucho y que involucraba personas de procedencias muy distintas.

Los primeros cuatro capítulos se refieren más bien a cómo la cartonería llegó a México, su historia aquí y los objetos típicos que se producen. Hay un capítulo dedicado a los artesanos que, para mi, son los más relevantes en el siglo XX, luego otro enfocado a los maestros más representativos en activo”.



"Catrinas" que representan a varias Chinas Poblanas y otras mujeres en un vestido popular mexicano por Rodolfo Villena Hernández (Foto de Héctor Crispín González García)




Para la entrevistada el último apartado, El futuro de la artesanía,siglo XXI en adelante. Consideraciones económicas, es el de mayor importancia en el sentido de que “documenta los cambios que han sucedido en los últimos 25 años”. No había nada escrito al respecto, entonces toda la información incluida se obtuvo a través de las entrevistas con los artesanos.

Incluso, elaboró un cuestionario que repartía entre los cartoneros: “Me permitió saber cuánto ganaban, el porcentaje de mujeres que en eso laboraban, ya que por tradición era un trabajo de hombres, ellas sólo ayudaban y no recibían crédito. Hoy el 40 por ciento de los cartoneros, en especial los que empiezan en ello son mujeres que trabajan de forma independiente”.



Fabricante de fuegos artificiales de Ángela Ramírez del Prado. Todas las fotos fueron proporcionadas por Leigh Ann Thelmadatter.



Al principio del capítulo se señala: “Al igual que la mayoría de otros artesanos, pocos cartoneros pueden trabajar en el oficio de tiempo completo y tener un ingreso decente. Más del 80 por ciento de los encuestados ganan menos de tres mil pesos al mes, con unos pocos afortunados que ganan más de cinco mil 500. Incluso los de la familia Linares, cuyo trabajo se vende regularmente en galerías y museos en México y en el extranjero, viven muy modestamente en barrios pobres. La mayoría de las generaciones más jóvenes de talleres familiares se han cambiado hacia profesiones mejor pagadas que ofrecen las áreas urbanas.

Cabe señalar que residir en áreas urbanas a menudo significa un mayor costo de vida. Los objetos de cartonería no pueden exigir el tipo de precios que otras artesanías sí pueden. Los productos se basan en papel, que eventualmente se degrada, limitando el mercado de los coleccionistas. Gran parte del mercado en México, con excepción de los alebrijes, es todavía para festivales, con el objetivo de no conservar la pieza permanentemente. Esto es particularmente cierto para piezas muy grandes y monumentales”.

En los objetos fabricados se observan nuevas influencias, además geográficamente hablando la cartonería se ha extendido a varias partes del país. A Thelmadatter los cambios de los últimos cinco lustros le parecen “los más emocionantes”.

El libro es bellamente ilustrado.






domingo, 10 de mayo de 2020

Confineé Catrina





Desde su cuarentena en París, donde radica desde 1970, la pintora mexicana Cristina Rubalcava envía una imagen de su pintura más reciente: Confinée Catrina, un acrílico de 80 por 60 centímetros. En ello, la mexicanísima calaca, además de traer puesto un cubrebocas blanco, lleva en la cabeza una rebanada de sandía ya mordisqueada. Su brazo derecho sirve de rama de árbol a un perico en cuya boca abierta se percibe un pedazo de la sabrosa fruta.




Confineé Catrina (2020), Cristina Rubalcava.




A los pies de la Catrina, ataviada con una falda tipo bailarina, con toques azul y blanco, se encuentran dos pequeños perros, uno se para en sus patas traseras en un intento de ver qué pasa, mientras que el otro espera que le caiga el hueso de la calaca.

La primera vez que pintó una calaca fue con motivo de la película Carmen, de Carlos Saura, a la que le puso el nombre de la protagonista. Siguió pintándolas porque siempre le han llamado la atención.

Entrevistada, Rubalcava expresó que “al igual que los amigos artistas con quienes tengo comunicación relativamente constante, todos continuaron, incluso un poco más, el oficio cotidiano de trabajar aislados en las disciplinas de la pintura, escultura, música y el arte en general. Muchos están en las redes sociales ofreciendo pláticas, lecturas y cantos virtuales”.

La Confinée Catrina nació de una preocupación muy actual. Al inicio de la contingencia en México Rubalcaba reflexionó: “Aquí (París) se ha comentado en los medios que en México no se respetan las recomendaciones. ¿Será porque aun no están en la segunda o tercera fase del COVID-19? Yo sí me preocupé de ver algunas imágenes y por lógica mi trabajo se orientó a enviar un pequeño mensaje dentro de mi humilde y posible colaboración como lo hacemos, repito, los que acostumbramos trabajar en casa”.

Para la pintora la pandemia viene a ser “una lección que hará cambiar la historia”: “Sin ser científicos muchos hemos visto los cambios que llegan al cabo de una semana de confinamiento. El cielo se ha vuelto azul, no hay contaminación. Se puede respirar y muchas especies de pájaros que ya no se veían están de regreso como las abejas y mariposas. Cantan desde que amanece y sobrevuelan la ciudad. Es una alegría que se había perdido.

Y, el silencio, aunque forzado, es un nuevo lujo. Se puede escuchar el viento, apreciar la lluvia. El cambio climático ha sido violentado por nuestra forma compulsiva de vivir, comprando, corriendo, viajando. Todo esto florece en nuestras mentes”.

Rubalcava, cuya pintura siempre ha sido alegre, imagina lo que será el contacto humano cuando se termine el aislamiento: “Habrá amor del bueno y para los que pueden, habrá sin duda muchos nuevos bebés que seguramente vienen en camino. La vida seguirá con los que se hayan librado y protegido”.

La pintora ya había pasado por una crisis similar. “Recuerdo cuando era niña y vivía en San Ángel, no fui al kinder porque hubo una epidemia de poliomelitis. De ahí que mis padres me leían cuentos y después tenía que dibujar lo que recordaba. Lo traigo a la memoria puesto que después se publicaron esos dibujos de una niña, con un bello texto de Gustavo Sainz y de Rodolfo Usigli. Ya veo, traía esa vivencia. Así es que por supuesto y en honor al arte hay que tratar de dar lo mejor siempre que se pueda”.



domingo, 3 de mayo de 2020

Alivio para artistas en EU





Una realidad “nefasta” para los artistas de Estados Unidos, que requiere de un apoyo económico “directo e inmediato”, fue el resultado arrojado con motivo del cierre –el 23 de abril-- del primer ciclo de financiamiento de Artist Relief (Alivio para Artistas), coalición nacional estadunidense de subvenciones en las artes, de reciente creación.

La convocatoria lanzada hace unas semanas obtuvo una respuesta de más de 55 mil solicitudes con la esperanza de recibir un apoyo de emergencia de 5 mil dólares semanales hasta el mes de septiembre. Al mismo tiempo la coalición lanzó una encuesta respecto del impacto del COVID-19 en los artistas y trabajadores creativos, diseñado por su socio Americans for the Arts, con el objeto de mejor identificar y atender las necesidades de los artistas.

También se pretende asegurar que los 5 millones de trabajadores creativos en EU “son apoyados y defendidos durante la presente crisis y eventual recuperación”. Gracias a las 11 mil respuestas recibidas tanto de artistas profesionales, como los que dan clases, trabajadores creativos, promotores culturales y artistas “de pasatiempo”, se encontró que el 62 por ciento de los encuestados se quedaron sin trabajo por causa del COVID-19, mientras que el 95 por ciento ha experimentado una pérdida en su ingreso debido a la crisis sanitaria.

El decremento promedio en el total estimado de ingreso anual es de 27 mil 103 dólares. Por otra parte, el 66 por ciento de los solicitantes no tiene acceso a los materiales o los recursos o los espacios o las personas necesarias para llevar a cabo su trabajo creativo. El 80 por ciento aun no cuenta con un plan para recuperarse de la crisis.

No obstante que Artist Relief comenzó sus actividades con un fondo de 10 millones de dólares, dada la cantidad de solicitudes recibidas en el primer ciclo de financiamiento, sólo se podrá apoyar a 200 artistas. Desde su lanzamiento la coalición ha recabado 1.1 millones más gracias a varias alianzas y contribuciones individuales en línea.

El segundo ciclo de subvenciones de Artist Relief ya está abierto: se puede aplicar en línea a través de artistrelief.org. La coalición ha iniciado un nuevo nivel de alianza con el objeto de impactar mejor en las disciplinas y comunidades a lo largo del país. En ese sentido el Instituto Sundance aportará su experiencia en el mundo del cine, de los medios y el teatro, además de invertir directamente en el fondo de alivio para desempeñar el papel de “un canal para propiciar nuevas subvenciones a artistas independientes en esos campos, y apoyar el desarrollo general y perfeccionamiento de los esfuerzos de Artist Relief para asistir a los artistas afectados por el COVID-19. En las próximas semanas se anunciarán nuevas alianzas.

Adicionalmente, a partir de la última semana de abril la coalición comenzó una serie de conversaciones y sesiones de bienestar diseñadas para informar y ofrecer “comunidad” durante la crisis sanitaria.

Artist Relief es una iniciativa de emergencia organizada por varias fundaciones de pequeño y mediano tamaño como la Academia de Poetas Estadunidenses, Capital Creativo y Artistas Estadunidenses. Depende de un número creciente de fundaciones y donadores individuales, y continuará a evolucionar en vista de que las necesidades de los artistas cambien a lo largo de los meses por venir.



domingo, 26 de abril de 2020

Carlos Zerpa en la Galería Metropolitana





Merry MacMasters. El artista venezolano “NOconvencional” Carlos Zerpa (Valencia, 1950) tiene una relación con México que se remonta a 1981, sin embargo Metiendo mano, de 38 obras, entre pintura, ensamblaje, dibujo, video y una instalación, que se montó en la Galería Metropolitana, es su primera exposición individual en el país.

Tan intenso ha sido su vínculo que en marzo de 2019 Zerpa decidió radicar aquí, “por razones afectivas”: “Hay muchas personas que quiero y me quieren. Es un país donde se conoce lo que hago. No llego tan en paracaídas, sino aquí está mi historia mexicana, al hacer performance, participar en exposiciones, impartir seminarios. He venido tantas veces que ya perdí la cuenta”.




Sr. Conejo y Carlos Zerpa. Foto Merry MacMasters




En el Coloquio Internacional de Arte No Objetual, organizado por Juan Acha, en Medellín, Colombia, Zerpa hizo una buena relación con colegas mexicanos, como Lourdes Grobet y Felipe Ehrenberg, los integrantes del No-Grupo (Rubén Valencia, Melquiades Herrera y Maris Bustamante), “tanto por sus propuestas como lo que llevaba en ese momento”. Tiempo después, en el Foro de Arte Latinoamericano, realizado en México, fue invitado para hacer un performance.

En ese primer viaje al país Zerpa entabló amistad con Adolfo Patiño e hizo muchas cosas con su galería La Agencia y Peyote y la Compañía. Después, se presentó con el No-Grupo como artista invitado en el Museo de Arte Moderno, en el proyecto Caliente! Caliente! También fue invitado a la apertura del Museo de Guadalajara y a todos los premios del Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey.

Metiendo mano -título que alude al disco de 1977 de Rubén Blades y Willy Colón— es una exposición curiosa porque combina pintura hecha en los años 90 del siglo pasado, con trabajo reciente. “Estos cuadros pertenecen a una época en que estaba muy ligado a las artes marciales, su tema principal, al mundo del tattoo art, de los sellos que llevan los karatecas, simbología de la época mezclada con tatuaje”, expresa el artista quien parte de lo popular.

Las pinturas, de hecho, formaron parte de una exposición realizada en varias ciudades de Colombia. Con el tiempo resultó imposible regresar la obra a Venezuela, entonces, Zerpa pidió que la obra fuera mandada a México. Santiago Espinosa de los Monteros, actual director de Artes Visuales y Escénicas de la Universidad Autónoma de México, la guardó “muchos años” en su casa. Ahora en México “decidimos abrirla”. Al ver los lienzos extendidos en el piso de la Galería Metropolitana, dijeron, “está cargada de elementos que tienen que ver con México”.

También se decidió incorporar piezas nuevas, hechas ya aquí, como los panderos que tienen máscaras de luchadores. “A finales de los años 50 y 60 mis héroes de la lucha libre eran mexicanos y venezolanos. El Santo estuvo una temporada larga en Venezuela, junto con Huracán Ramírez y Ray Mendoza, entonces eran recuerdos infantiles mezclados a la lucha libre de mi país. También está el juego de incorporar objetos de la cultura popular que consigo en los mercados.




Sr. Conejo y Carlos Zerpa. Foto Merry MacMasters.




La instalación que acapara la atención es Sr. Conejo, figura de más de dos metros de altura. Zerpa se topó con él un día en el centro de Caracas, a la entrada de una tienda de magia. Había “ayudado” a Mr. Henry, un mago venezolano que el artista veía de niño en la televisión. El entrevistado sintió “una energía muy fuerte”, entonces logró comprar el conejo que lo ha acompañado desde entonces.

Para la muestra de la Galería Metropolitana el enigmático animal se ha vestido de boxeador, con sus guantes de 16 libras y su cinturón de campeón internacional de boxeo. Zerpa advierte: “De noche camina por allí”. Ya se ha paseado por Caracas en motocicleta y trepado escaleras. Está presente en todas las muestras del artista.

Una reflexión final: “Dentro del arte hay una locura, que no es nueva, de ver sólo la cresta de la ola que se levanta y todo el mundo quiere estar en la cima. En mi país hemos vivido, todos los que no hacemos arte geométrico, el efecto terrible de esta situación, con todo respeto a un señor como Jesús Soto. Sin embargo, el que no hizo geometría, arte óptico, cinético, está fuera de lugar. Hoy de nuevo está de moda un abstraccionismo bastante extraño, una nueva geometría. También un arte conceptual que en muchos casos no tiene concepto. Es una mala interpretación de lo que es el pensamiento de Marcel Duchamp y le hace daño a los verdaderos conceptualistas”.

La exposición Metiendo mano estaba programada para durar hasta el 29 de marzo de 2020, en la Galería Metropolitana, Medellín 28, colonia Roma. El periodo de exhibición fue interrumpido por el cierre de la galería debido a la crisis sanitaria del COVID-19.




martes, 17 de marzo de 2020

Resistencia animal de Luis Moro





La escritora Elena Poniatowska siempre ha dado voz a los más débiles y olvidados, de allí que el artista visual español Luis Moro (Segovia, 1969) hizo hincapié en la presencia de la periodista en el contexto de Resistencia animal, exposición montada en el Museo de la Ciudad de México, cuyo catálogo fue presentado en el acto de clausura.

Ya que en la muestra uno se ponía de lado del más débil, en este caso los animales e insectos, el expositor rindió un homenaje a Poniatowska porque a lo largo de su obra “se ha centrado en estos personajes invisibles presentes en la exposición”. Moro realizó con la Premio Cervantes de Literatura 2013, la carpeta La leona, basada en su poema homónimo.



Juan Manuel Springer, Elena Poniatowska, Luis Moro y Miguel Cereceda. Foto cortesía de Olga Simsolo.




Poniatowska, quien vestía de blanco, dijo “aquí estamos en un día como de primera comunión porque todo se ve de blanco. Nos acompañan los pajaritos que están en un hilo telefónico o de luz, al igual que unos avestruces a los que un semáforo les ha dado permiso de cruzar la calle. Nosotros también vamos a ir a tomar la calle sin permiso como los avestruces. Pertenezco a una familia que siempre amó a los animales porque mi abuela, Elena Iturbe de Amor, fundó la Sociedad Protectora de Animales. Viví durante muchos años en su casa donde tenía 40 perros recogidos de la calle. ¡Qué bueno que contemos con un pintor con esa visión muy profunda de lo más pequeño!”.

Hace unos años Moro expuso bajo el nombre de Tormenta arena: “Mientras Estados Unidos bombardeaba Irak con la operación Tormenta del desierto, vivía en un pueblito en el que las hormigas también combatían entre ellas. Hice una alegoría de lo que eran las guerras, en que por lo general sólo se habla de víctimas humanas, de daños colaterales. Sin embargo, no nos damos cuenta de todas esas víctimas invisibles que son los ecosistemas de vida en las zonas de conflicto”.

Para el Museo de la Ciudad de México el artista se concentró en lo que llama “el conflicto en el Valle de México”, simbolizado en la exposición por un árbol retomado de la avenida Insurgentes, casi a la altura del Parque Hundido. “Cada vez que pasaba por allí oía en el atardecer un bramido, una fuerza que salía de un pequeño conjunto de cuatro o cinco árboles que era mucho más fuerte que la calle Insurgentes con sus sirenas, el ruido del tráfico y los aviones que pasaban por arriba. La vida animal seguía en ese pequeño refugio, en el que crean su propio ecosistema que cada vez invadimos más en el Valle de México”.

El crítico de arte José Manuel Springer dijo ver en Moro “un abogado del conocimiento y de la defensa de los derechos de todos aquellos seres que se vieron atrapados por la ciudad, por la historia de ambiciones que no son las suyas. Es la trama citadina una telaraña fina que todo lo cubre y lo enreda, donde en ese entramado surgen las historias de seres que viven encerrados en una pequeña habitación, hacinados en una esquina, condenados a un árbol atravesado por cientos de cables negros de fibra óptica.

Su existencia pende literalmente de un hilo negro que apenas lo sostiene. Alquimia, botánica, zoología y los derechos de las personas migrantes condenadas por un sistema cruel y ciego a vivir a salto de mata, son los temas que Luis ha tocado con la elocuencia y la disciplina de quien sabe a profundidad lo que es vivir”.

Para el también crítico de arte Miguel Cereceda el dibujo aparenta dominar la obra de Moro: “Eso nos habla de la potencia de la creación del dibujo como una herramienta, no sólo de creación plástica, sino también de pensamiento”.



martes, 3 de marzo de 2020

Itsï: una llamada de alerta






La muestra Itï: una llamada de alerta, integrada por las maquetas de 32 escultores, parte de un proyecto integral para el rescate del lago de Cuitzeo, fue abierta el 20 de febrero de 2020 en el Centro Cultural Clavijero, en Morelia, Michoacán.


Un conjunto de artistas plásticos, entre ellos Vicente Rojo, Hersúa, Alberto Castro Leñero, Jesús Mayagoitia, Gabriel Macotela, Paloma Torres, Noé Katz, Jorge Yazpik, Javier Marín, Miguel Peraza e Yvonne Domenge –ésta última todavía en vida--, respondieron al llamado de colaborar en el rescate de la zona del lago de Cuitzeo, el segundo más grande del país, por medio de la creación de esculturas monumentales que se integrarán a la masa de agua.



Proyecto de Jesús Mayagoitia.



La invitación se hizo mediante el Consejo Consultivo del Arte para unirse al proyecto Itsï (significa agua en purépecha), autodefinido como “una llamada de alerta/la fuerza del arte”. La muestra ya se exhibió en el Palacio de Cultura Banamex (Palacio de Iturbide) de la Ciudad de México. Posteriormente, itinerará a Toluca, Querétaro, León, Guadalajara y termina en Cuitzeo dentro de un año.


El artista visual Eloy Tarcisio, coordinador del proyecto, expresa a La Jornada que Víctor Lichtinger, director de la asociación civil, con quien ya ha trabajado, lo invitó a diseñar un festival de arte y agua, entonces surgió la idea de colocar en el lago esculturas que pudieran llamar la atención de las personas que transitan por esos lugares para que vean y reflexionan sobre la problemática del cuerpo de agua”.




Ojo cósmico, proyecto de Hersúa



Reconoce que el proyecto les llevará de 10 a 15 años, dadas las dimensiones de las piezas, además su costo. La idea de Itsï, precisa, es lograr sensibilizar a los pueblos alrededor del lago del problema que sucede con el agua en el mundo entero: “Nos quedamos sin el vital líquido, además de destruir la naturaleza. De allí la necesidad de cambiar conductas para recuperar lo que estamos perdiendo. Pasarían como 200 años para que el lago pudiera secarse de forma natural. Sin embargo, de seguir como están las cosas ahora, tardaríamos de 10 a 15 años en perderlo”.


El lago de Cuitzeo, de 4 mil 26 kilómetros cuadrados, ubicado mayormente en el estado de Michoacán, con una pequeña porción en la entidad de Guanajuato, se encuentra abandonado desde hace mucho tiempo. “Hay la urgente necesidad de hacer algo. Ya tenemos muchos diagnósticos y estudios, ahora hay que tener resultados”, dijo Lichtinger al anunciar la iniciativa.



Maqueta de Claire Becker



El economista agradeció a los escultores participantes, ya que con su arte y compromiso, aunado al esfuerzo de las comunidades de la zona, “podrán cambiar la situación imperante de abandono, pobreza y contaminación que existe en la cuenca de Cuitzeo”. Otros artistas comprometidos son Arno Avilés, Claire Becker, Ernesto Hume, Marco Antonio López Prado, Antonio Nava Tirado, Aurora Noreña y el mismo Eloy Tarcisio.


Lichtinger detalló: “Pondremos a competir en forma positiva a los municipios en acciones de desarrollo sustentable, que serán evaluadas año con año por un comité externo y profesional. El municipio que deja efectivamente de contaminar al lago con agua sucia, que cuente con una comunidad organizada que cuide sus bosques y reforeste las laderas del lago impactadas, que minimice la basura, logra que se genere energía eléctrica con los excrementos de los puercos, en fin, quien se comprometa a hacer del lago un orgullo en vez de una cloaca, ganará el concurso y se llevará el premio: una escultura monumental realizada por uno de los artistas”.


Montaña, proyecto de Alberto Castro Leñero.


Agregó que se realizará un festival de arte internacional la primera semana de diciembre en Cuitzeo. Se empezará con un concepto de festival expandido que inicia el Día de la Tierra, el 22 de abril y, luego, el 17 de junio, también en Cuitzeo y pueblos de la región. Habrá “la aplicación de fondos para embellecer los lugares del municipio para recibir al turismo, así como fondos para capacitar a los emprendedores, también en el área turística”. Reconoció que tomará mucho tiempo cambiar la forma en que una sociedad ve y trata al lago. Es decir, “convertirlo en el centro de la generación de progreso de la región, en lugar de ser sólo el desagüe de los pueblos”.



Hombres de agua, de Noé Katz