jueves, 25 de octubre de 2018

Luis López Loza en la Galería Oscar Román






La sensualidad y lo orgánico son elementos subyacentes en la obra del pintor Luis López Loza (CDMX, 1939), Premio Nacional de Ciencias y Artes 2010 en la categoría de Bellas Artes, que se mueve entre lo abstracto y lo figurativo.


Luis López Loza


Con motivo de Las constelaciones de la forma, exposición que montó en la Galería Óscar Román, el también grabador y escultor habla del origen de su obra: “De muy joven leí mucho a Henry Miller, autor de los libros Sexus y Plexus. Después, leí al Marqués de Sade, Jean Genet, y cosas que tenían mucho que ver con la parte sexológica.





En esa época México era un centro de homosexualidad impresionante, entonces, de tanto oír a las personas cómo se expresaban, eso iba transformando la imagen pictórica. Muchos pintores se organizaron en lo orgánico como Chucho Reyes. Juan Soriano tuvo una época totalmente orgánica. En escritura, Juan Vicente Melo. A partir de allí un cierto interés por la parte orgánica que se desarrolla con los años, las relaciones y los contactos. Van haciendo esta forma rara que siempre termina como en un blanco o algo del más allá o la satisfacción de existir solo como color. Quiero un cuadro que exista meramente por la pura satisfacción del rojo o azul o amarillo con blanco”. Respecto a la sensualidad, para López Loza “basta con ver una flor. No hay nada más sensual que eso”.






Gran parte de las 63 pinturas, esculturas y grabados incluidos en la exposición estaban en el estudio del artista en Valle de Bravo donde vive desde hace 30 años. El nombre de la muestra viene de una serie de mármoles que el entrevistado ha trabajado con “unos canteros excelentes que viven en un poblado de Puebla”. 



Deseo existencia, escultura en mármol y bronce




No cabe duda “si uno aprende a ver las estrellas, aprende muchas cosas del zodiaco y, sobre todo, a no perderse en la tierra, sino estar siempre bien centrado y saber muy bien donde está”. Así nació el interés de trabajar una serie en torno a las constelaciones: “Imagínese, de constelaciones nada más han descubierto alrededor de 800, es infinito. Voltear a ver el infinito es enriquecerse de todo”.






La exposición también comprende escultura tallada en madera, material que al entrevistado le fascina: “Donde vivo se puede conseguir muy buen fresno, piezas completas, sin embargo todas están atacadas por la polilla, que en Valle de Bravo es una amenaza. Tenemos unos 200 tipos de fresnos diferentes y todas están atacadas por la polilla. Uno trabaja una escultura, da un golpe, encuentra un hoyo y le sale una avispa, que es la polilla. Son enormes y atacan. Cambié del fresno a la parota, que es una madera roja, aunque tóxica. Si usted respira demasiado la parota lleva el peligro de obstruirse los sentidos nasales, también los ojos y la garganta. La trabajo con máscara y tomo muchas precauciones. Aun así preferí dejarla, de todos modos logramos seis u ocho esculturas”.






Si la exposición no comprende dibujo es porque ya no cupo en la galería. López Loza es un promotor del dibujo porque para él representa la base de toda la forma de pensar que pueda tener alguien. Incluso, es de la opinión que todo el mundo debe saber dibujar. Siente que en la actualidad los estudiantes de arte no se preocupan tanto por dibujar porque tienen la facilidad de la cámara fotográfica. Sin embargo, hace tiempo López Loza dio clases de dibujo en el Centro Nacional de las Artes y tuvo alumnos que dibujaban y eran “estupendos”.


Caisopia (la reina), escultura en mármol


La totalidad de la exposición Las constelaciones de la forma permanecerá hasta el 27 de octubre en la Galería Oscar Román, Julio Verne 14, colonia Polanco. Después, una selección de la obra se mostrará en el segundo nivel de la galería.

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