La sensualidad y lo orgánico son elementos subyacentes
en la obra del pintor Luis López Loza (CDMX, 1939), Premio Nacional
de Ciencias y Artes 2010 en la categoría de Bellas Artes, que se
mueve entre lo abstracto y lo figurativo.
Luis López Loza |
Con
motivo de Las constelaciones de la forma, exposición que
montó en la Galería Óscar Román, el también grabador y escultor
habla del origen de su obra: “De muy joven leí mucho a Henry
Miller, autor de los libros Sexus y Plexus. Después,
leí al Marqués de Sade, Jean Genet, y cosas que tenían mucho que
ver con la parte sexológica.
“En
esa época México era un centro de homosexualidad impresionante,
entonces, de tanto oír a las personas cómo se expresaban, eso iba
transformando la imagen pictórica. Muchos pintores se organizaron en
lo orgánico como Chucho Reyes. Juan Soriano tuvo una época
totalmente orgánica. En escritura, Juan Vicente Melo. A partir de
allí un cierto interés por la parte orgánica que se desarrolla con
los años, las relaciones y los contactos. Van haciendo esta forma
rara que siempre termina como en un blanco o algo del más allá o la
satisfacción de existir solo como color. Quiero un cuadro que exista
meramente por la pura satisfacción del rojo o azul o amarillo con
blanco”. Respecto a la sensualidad, para López Loza “basta con
ver una flor. No hay nada más sensual que eso”.
Gran
parte de las 63 pinturas, esculturas y grabados incluidos en la
exposición estaban en el estudio del artista en Valle de Bravo donde
vive desde hace 30 años. El nombre de la muestra viene de una serie
de mármoles que el entrevistado ha trabajado con “unos canteros
excelentes que viven en un poblado de Puebla”.
Deseo existencia, escultura en mármol y bronce |
No
cabe duda “si uno aprende a ver las estrellas, aprende muchas cosas
del zodiaco y, sobre todo, a no perderse en la tierra, sino estar
siempre bien centrado y saber muy bien donde está”. Así nació el
interés de trabajar una serie en torno a las constelaciones:
“Imagínese, de constelaciones nada más han descubierto alrededor
de 800, es infinito. Voltear a ver el infinito es enriquecerse de
todo”.
La
exposición también comprende escultura tallada en madera, material
que al entrevistado le fascina: “Donde vivo se puede conseguir muy
buen fresno, piezas completas, sin embargo todas están atacadas por
la polilla, que en Valle de Bravo es una amenaza. Tenemos unos 200
tipos de fresnos diferentes y todas están atacadas por la polilla.
Uno trabaja una escultura, da un golpe, encuentra un hoyo y le sale
una avispa, que es la polilla. Son enormes y atacan. Cambié del
fresno a la parota, que es una madera roja, aunque tóxica. Si usted
respira demasiado la parota lleva el peligro de obstruirse los
sentidos nasales, también los ojos y la garganta. La trabajo con
máscara y tomo muchas precauciones. Aun así preferí dejarla, de
todos modos logramos seis u ocho esculturas”.
Si
la exposición no comprende dibujo es porque ya no cupo en la
galería. López Loza es un promotor del dibujo porque para él
representa la base de toda la forma de pensar que pueda tener
alguien. Incluso, es de la opinión que todo el mundo debe saber
dibujar. Siente que en la actualidad los estudiantes de arte no se
preocupan tanto por dibujar porque tienen la facilidad de la cámara
fotográfica. Sin embargo, hace tiempo López Loza dio clases de
dibujo en el Centro Nacional de las Artes y tuvo alumnos que
dibujaban y eran “estupendos”.
Caisopia (la reina), escultura en mármol |
La totalidad de la exposición Las constelaciones de la forma permanecerá
hasta el 27 de octubre en la Galería Oscar Román, Julio
Verne 14, colonia Polanco. Después, una selección de la obra se mostrará en el segundo nivel de la galería.
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