Una
segunda versión de Atavíos urbanos, creación de la
coreógrafa Lidya Romero, directora de la compañía El Cuerpo
Mutable/teatro de movimiento, se presentará en el Teatro de la
Danza, ubicado en el Centro Cultural del Bosque, del 5 al 8 de
diciembre. Hubo una primera temporada en la Biblioteca Vasconcelos,
donde la obra fue concebida para un pasillo de cristal translúcido,
con el público acostado en el piso de abajo, viendo hacia arriba.
Habrá
una función previa el sábado 30, a las 18 horas, en el Parque de la
Amistad México-Japón, avenida Baja California y Cholula, colonia
Hipódromo.
La
nueva versión surge de la misma matiz, es decir, la observación de
la vida cotidiana de la ciudad y sus personajes (policías, un faquir
del Metro, indigentes, señoras sentadas en un parque) aunque es otra
“resonancia de concepto”, expresa Romero durante un ensayo de la
pieza en los alrededores del Teatro de la Danza (TD) Guillermina
Bravo.
Personajes de la urbe. |
Interviene tanto el espacio
público como los recintos formales para la danza. Atavíos
urbanos empezará afuera del TD, donde el público acompañará a
los bailarines de manera itinerante por diferentes espacios, para
luego accesar al recinto. Algunas de las escenas serán con el
público arriba del escenario y luego abajo.
Para
la bailarina y docente ésta cercanía/lejanía dotará al espectador
con una perspectiva diferente que le permitirá participar
activamente en la narrativa y construcción de la obra. “Nos
importa que el espectador tenga la experiencia en el propio cuerpo.
Qué no sólo observe, sino se movilice junto con la coreografía y
es parte de ella”, acota.
La
compañía, fundada en 1982, llama estas intervenciones “irrupciones
a los espacios públicos” como plazas, bibliotecas y museos: “Es
una investigación que tiene que ver con la formación de públicos y
la relación de la obra, el diseño arquitectónico, la vocación de
los espacios y cómo el espectador un agente activo en la
construcción de la narración de las obras”.
El
tema de Atavíos urbanos tiene que ver con “la participación
de la ciudadanía en los sucesos públicos –cómo el acontecer
cotidiano deja trazos, huellas y rastros en los espacios públicos--
, desde los feminicidios que suceden en nuestras colonias y ya son
parte del acontecer diario, hasta otro tipo de sucesos menos
violentos, como es la convivencia sana entre padres e hijos en los
parques, las personas que salen a pasear sus mascotas, en fin, los
trabajadores de limpia. Todo esto es parte del paisaje urbano que
consideramos materia atractiva para trabajar sobre ella”.
El
feminicidio de Cristina Vázquez, vecina de la colonia Hipódromo, a
quien Romero conocía y cuyo edificio ve desde su ventana, le
confrontó con “la pasmosa realidad de la Ciudad de México”.
Casi
la totalidad de la música para la obra fue compuesta por Mauro
Gómez, mientras que el diseño de vestuario es de Mauricio Ascencio,
y la iluminación de Hugo Heredia. Los creadores escénicos que
intervienen en Atavíos urbanos son: Cinthia Portes, Rocío
Flores, Marta Elena Welch, Luisa González, Dylan Amador y
Maximiliano Flores.
El Faquir. Fotos de Merry MacMasters |
Actualmente
Cuerpo Mutable desarrolla el proyecto Mutancia, irrupciones y
disrupciones, apoyado por el programa México en Escena,
del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, que les ha permitido
darle seguimiento al entrenamiento y la producción de diferentes
obras en 2019.
Sobre
el panorama actual para los bailarines en México, Romero dice:
“Tenemos pendiente una verdadera legislación sobre el trabajo de
los artistas que tiene que ver con la concepción y el
posicionamiento del arte en la sociedad. ¿Qué tan importante es
para una sociedad actual en plena transformación, el trabajo y las
aportaciones de ésta esfera de lo sensible, de la imaginación y de
la creatividad que toda sociedad sustentable y saludable debe tener
como una cuestión básica, como parte de esta formación integral
del individuo?
“Para
mí la sociedad está en deuda con los productores del arte.
Tendríamos que impulsar ahora en los albores de la 4o transformación
la legislación sobre este trabajo. Se abren escuelas, tenemos
licenciaturas, maestría y posgrados en arte, sin embargo todavía no
somos capaces de legislar sobre esta esfera productiva de la
sociedad”.