jueves, 24 de octubre de 2019

Método de mural comunitario participativo





Una exposición/venta de obra gráfica en beneficio de la asociación civil Kalli Luz Marina, una organización para mujeres que sufren violencia en Zongolica, Veracruz, se efectuó del 15 al 24 de octubre en la Casa de Coahuila de la Ciudad de México, como parte del tercer Festival de Arte Popular México-Alemania 3.1 realizado en 2018 en Munich y replicado acá.. En cada festival se beneficia algún grupo vulnerable de esta manera.

En cada caso nos han asesorado la red nacional de organismos civiles de derechos humanos Todos los Derechos para Todas y Todos. Según el tema nos han dicho cual es la organización más necesitada. En el acto inaugural estuvieron presentes dos mujeres indígenas de Zongolica, representantes de Kalli Luz Marina”, expresa a La Jornada Sergio Checo Valdés Rubalcaba, pintor e impulsor del festival.

En 1998 Valdés, entonces docente de la Universidad Autónoma Metropolitana, dirigió el mural Vida y sueños de la Cañada Perla, mejor conocido como El Mural de Taniperla, destruido horas después de terminado por un operativo policiaco militar. Incluso, Valdés fue encarcelado un año 15 días. A raíz de esto el mural se volvió icónico y ha sido reproducido en diferentes partes del mundo. Tras una invitación en 2015 a Munich, Alemania, nació la idea del festival que se ha realizado tanto en el país germano como en México.

El primer tema fue Afectados ambientales (2015), el segundo Migración y refugio (2016) y el tercero Equidad de género: No se nace mujer, se llega a serlo (2018).

Entrevistado, Valdés también adelanta que está en proceso el manual de su Método de mural comunitario participativo que se ha probado con un sinnúmero de obras, empezando con El Mural de Taniperla. “El Método es universal, funciona desde el sótano del subdesarrollo hasta el primer mundo”, afirma el artista.

Es un Método para “personas indígenas con un alto grado de analfabetismo. Me basé en cosas pedagógicas que conocía por mi experiencia docente, aunque con un espíritu de gente sencilla. Lo diseñé para el caso (de El Mural de Taniperla), sin embargo cuando terminamos lo fui a ver de noche iluminado por focos amarillos y me di cuenta que mi método había funcionado y que valía la pena volverlo a aplicar”.

La segunda oportunidad para probarlo, dictado por las circunstancias, fue en la cárcel de Cerro Hueco, de Cintalapa, con otros indígenas de otro municipio también desmantelado. Al salir de su reclusión Valdés empezó a conocer semillas muy significativas de su método.

¿En qué consiste? “En consultar a la comunidad lo más rigurosamente posible con tres o cuatro preguntas sobre qué moviliza tanto el interés personal como la consciencia social. Qué es relevante para toda la comunidad. Allí tienen que pensar en lo holístico. Esto ha tenido éxito afuera de las fronteras de Chiapas. Dentro del estado un miembro de la junta de gobierno de La Garrucha expresó que del mural comunitario participativo nace el mural comunitario autónomo zapatista.

Donde lo hayamos presentado lo importante es la consulta. Sintéticamente el mural resulta una especie de ventana para que los demás los vean y de espejo para verse a sí mimos porque además recuperan historia, identidad, problemas y valores. Es muy rico en significados con un grupo de la comunidad que se pone al servicio de sus ideas. Todas las ideas de la comunidad están sintetizadas en imágenes. Muchas se reiteran. El discurso visual se vuelve muy interesante al hacerla de esta manera”.

Los participantes no necesariamente son artistas, anota Valdés: “La capacitación que hemos diseñado para esto es para intervenir socialmente en torno a la posibilidad de hacer un mural con las ideas y las manos del barrio o la comunidad”.

Aparte del Método hay otro proyecto editorial, un libro “anecdótico, la memoria del proceso, el encarcelamiento, hasta el presente”. Más a futuro vendrá un volumen teórico. Valdés anota que “tanto en Chiapas como en México y Francia existen tesis sobre esta práctica muralística. El sociólogo francés Yvon Le Bot nos encargó una intervención comunitaria en Oventic. Como se hizo en lona lo pudimos llevar a París”.

La Casa de Coahuila se ubica en Prolongación Xicoténcatl 10, colonia San Diego Churubusco.





jueves, 10 de octubre de 2019

El Vórtex de Méndez de Hoyos





¿Cómo representar una política de la memoria, del legado y de las generaciones?, pregunta el fotógrafo y artista visual Enrique Méndez de Hoyos (Ciudad de México, 1970), quien exhibió el proyecto Vórtex. Tiempos dislocados, del 14 de agosto al 6 de octubre de 2019, en el museo Ex Teresa Arte Actual. La exposición, curada por Julio García Murillo y Fernanda Dichi, consistió en cuatro video-instalaciones basadas en obras realizadas previamente en el recinto.

Tres de ellas formaron parte de Manifiesta (1993), muestra inaugural de X’Teresa Arte Alternativa --como se llamó en ese momento-- , que consistió en tres performances e instalaciones en torno al Templo de Santa Teresa la Antigua, producidos por Felipe Ehrenberg (1943-2017), Helen Escobedo (1934-2010) y Marcos Kurtycz (1934-1996), con curaduría de Víctor Muñoz. La cuarta obra retoma una sesión espiritista realizada por Pilar Villela en 2005.

Las piezas de Méndez de Hoyos se llaman Los hilos de Felipe, Resurrección desde el escombro, El retorno de Cihuacóatl y La red que ciegamente tejen, ésta última hecha con Pilar Villela. Todos son de 2019.



Los hilos de Felipe



Entrevistado, Méndez de Hoyos expresa que su trabajo ha seguido, desde hace muchos años, “una línea discursiva que tiene que ver con los vértices que se generan entre la historia, la política y la historia del arte, es decir, el objeto artístico y la coyuntura socio-político que lo rodea”. Acota que la historia es un elemento que está presente en “prácticamente todos mis trabajos anteriores como, por ejemplo, las video-instalaciones Síntomas y huellas, que gira en torno a Tlatelolco, y Tiempo sagrado que tiene que ver con el cuadro que Manet pintó sobre el fusilamiento de Maximiliano de Habsburgo, y las resonancias que estos eventos históricos y objetos artísticos pueden tener hoy”.

Con base en este modelo de producción, que ha sido una constante en su trabajo, el artista se acercó a Ex Teresa y realizó una investigación en su archivo. “Por el museo han pasado cientos de artistas de primera línea, de corte internacional, sin embargo, buscaba trabajos que hicieran alusión a la misma historia del edificio. De la parte arquitectónica, aunque también en su relación articulada, o pensada, en relación a lo histórico, sobre qué está fundado Ex Teresa.



Resurrección desde el escombro. Fotos cortesía de Enrique Méndez de Hoyos.



¿Cuáles son las capas temporales que uno atraviesa cuando entre en ese espacio y qué tiene que ver evidentemente con lo prehispánico? Existe la leyenda –no demasiado alejado de la realidad-- que una pirámide sostiene el inmueble tan inclinado. También tiene que ver con la práctica religiosa de las Carmelitas Descalzas, y la tensión que existe entre ambas paradigmas. Y, por supuesto, su fundación como centro de arte contemporáneo en que el cuerpo es un elemento fundamental.

Es decir, hay una especie de continuidad de varios siglos allí, que no necesariamente es un seguimiento, sino incluso podría ser convulso y traumático. Al buscar trabajos que hicieron alusión al edificio de temporalidades, encontré documentación de Manifiesta --exposición con la que se abrió X’Teresa Arte Alternativo bajo la dirección de Eloy Tarcisio-- que le interesó.



El retorno de Cihuacóatl



Méndez de Hoyos retomó los tres performances e instalaciones de Manifiesta, así como la “invocación espiritista” hecha por Pilar Villela 12 años después, como base para “interpretarlas de manera muy libre, siempre tratando de quedarme con ciertas esencias fundamentales, ciertas ideas, a partir de esas obras que en realidad son muy diferentes entre sí”.

Lo que impactaba de las video-instalaciones del artista es que fueron filmadas en los mismos espacios en que las piezas originales fueron presentadas. “Algo que ha sido una constante en mi trabajo es la relación del arte con el cine, con la puesta en escena cinematográfica. En este sentido la dinámica que sigue cada una de las piezas es la de un performance para la cámara. Un performance que está planeado y ejecutado para verse por medio de una cámara y para proyectarse en el espacio como una pieza cinematográfica”.



La red que ciegamente tejen



Aunque Méndez de Hoyos realmente no trató en vida a los expositores de Manifiesta, le fue “fácil” abordar su trabajo y se sintió “motivado a retomar ciertas ideas que para mi son vigentes porque siguen
atravesando el ámbito socio-cultural en México. Los hilos que planteaba Ehrenberg a partir de una relación contingente con la estructura arquitectónica, con el cuerpo, con lo ancestral, con lo pasado, con lo actual, con el periodo de la Colonia, articulado al hoy.

La pieza de Helen, Resurrección desde el escombro, es algo que no deja de tener una resonancia múltiple. Lo de Kurtycz también, aunque dándole la vuelta, como éste grupo de mujeres construye otra entidad de poder paralelo”.

miércoles, 2 de octubre de 2019

UNO, de Enrique Rosas, en la galería Le Laboratoire






UNO, exposición de Enrique Rosas (Ciudad de México, 1972), montada en la galería Le Laboratoire, es el resultado de una invitación recibida hace un año del gobierno Chino para participar en una serie de actividades que incluyeron exhibiciones de su trabajo, pláticas en recintos universitarios y residencias artísticas. Mediante esta experiencia Rosas, quien es arquitecto, encontró finalmente espacio físico y mental para pintar nuevamente, después de años de no tomar el pincel.

En una demostración que Rosas dio en la galería, dijo que las actividades se desarrollaron en las ciudades de Hong Kong, Beijing y Xiaozou. En ésta última el Ministerio de Cultura reunió a los grandes maestros de la caligrafía y paisaje para un encuentro. “Al no compartir el idioma casi todo se convirtió en una comunicación gestual. Llegó un maestro en especial y con estos gestos y movimientos de una precisión –es casi un arte marcial lo que hacen-- y una soltura, pues, empecé a replicar de manera mimética, a jugar con él mientras trabajaba.



Aspectos de la demostración. Fotos de Merry MacMasters



No tomé uno, sino dos pinceles –se enamoró de un pincel de grandes dimensiones que funciona como una extensión del cuerpo a manera de una espada-- . El maestro, dijo, ‘uh’. Fue una especie de ruptura del duelo. De pronto estábamos dos culturas de América Latina y Asia encontrándonos en un lenguaje común. Si pensamos en encontrar un lenguaje común, también podemos pensar en regresarnos a Vasconcelos y esta idea del hombre cósmico que está inspirada en el mestizaje. Esta idea de la aportación de la cultura, o cada continente, a un ideal que para nuestra generación está en posibilidades de encarnar”.

Rosas, por su parte, escogió “éste camino de la pintura para conocer el universo, para conocerme a mí mismo,después de muchos años con el ímpetu, con la intención de sintetizar, de unificar. En estos movimientos no pretendo hacer paisaje ni caligrafía chinas, eso es para los chinos. Este es un movimiento que me revela a mi mismo; en este ejercicio aprendí a pasar por el fuego sin calcinarme”.






En momentos en que en el mundo “se levantan muros y estamos rodeados de hiperespecialización, la intención de UNO es integrarme mediante el ejercicio de la pintura. Puedo afirmar que mi trabajo es un diálogo que se realiza entre la memoria y la percepción, que podríamos suscribir en la tradición del arte cinético, óptico, geométrico, de naturaleza retiniana. La influencia de Carlos Cruz Díez o Eduardo Terrazas o Julio Leparc en los inicios fue algo sumamente claro”, señala Rosas.

Continuó: “Comencé con una desconstrucción de ciertos patrones elementales, líneas paralelas, concéntricas y radiales exploradas originalmente con recursos tecnológicos, computadoras y programas en los que repetía instrucciones, o le pedía a la máquina que repitiera instrucciones. En este caso lo hago con mi propio cuerpo, es decir, estas mismas líneas concéntricas y radiales están aquí retratadas en esta exploración”.   







UNO parte de la división. Son tres fuegos, negro, rojo y azul, tres colores que son tres culturas, tres lenguajes y tres continentes. Para Rosas el fuego negro fue casi una experiencia ritual: “El hecho de entrar a cada color, cada fuego, fue también como exponerme a mí mismo a fuerzas. Tenía que pedir permiso porque a veces era demasiado fuerte, era pasar por el fuego y me quemaba, hasta que entendí para poder romper los límites tenía que pedir permiso. Eso es algo que vi en el proceder de estos maestros chinos con los que hubo el encuentro en la ciudad de Xiaozou”.

En el fuego rojo hay una invocación de naturaleza ígnea, volcánica, algo familiar para los habitantes de la Ciudad de México. El fuego azul es técnicamente el más complejo: “Provengo de una familia vinculada a la cinematografía, de allí quizá el lenguaje cinético logró venir a mi psique de manera más fluida. El hecho de trabajar con la cinematografía también tiene que ver con el aspecto técnico de revelar y una técnica primitiva de la fotografía que tiene que ver con el revelado es el cianotipia, cuyo nombre tiene que ver con su color: azul profundo, muy cercano al azul de Prusia, intensísimo, que se genera a partir de un compuesto químico que, al combinarse con otro agente, se hace una sustancia fotosensible que, al exponerse al sol, de un color verde se torna de un azul profundo. Los patrones a la vista son producto de una experimentación original con éstas concentricidades que generé con la computadora o a mano, y que en algunas piezas que presentaré próximamente incluyen también mi propio cuerpo”.






En el contexto del pasado Gallery Weekend Rosas estuvo acompañado en su demostración por la terapeuta sonora Giuliana Rivero, a la manera de un acto de fusión de horizontes.

La galería Le Laboratoire se ubica en Vicente Suárez 69, interior 2, esquina Cuernavaca, colonia Condesa. Previa cita al 5256 4360. La exposición permanecerá hasta el 11 de octubre.