jueves, 9 de agosto de 2018

Grandes maestros del arte popular




Al igual que se logró integrar los grandes maestros del arte popular al programa Pago en especie de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, hay otros asuntos que hay que atender poco a poco, expresa Cándida Fernández, directora general de Fomento Cultural Banamex (FCB). Entrevistada en el contexto del Cuarto Encuentro de Grandes Maestros del Arte Popular de Iberoamérica, para la historiadora de irse concatenando y trabajar como políticas públicas, dentro de 10 o 15 años “pueda haber un futuro más promisorio para muchos de este sector” que tienen un papel central en la vida cultural de nuestros países”, aunque “siempre se les ha confundido un poco con las personas que hacen cosas a mano”.

Fernández recuerda que FCB ha trabajado de cerca con los artesanos desde 1996 por medio del programa Grandes Maestros del Arte Popular de Iberoamérica. De 2007 a 2011 se efectuó una investigación para saber quiénes eran. Su obra fue difundida por medio de exposiciones itinerantes y libros. Sin embargo, “los apoyos más puntuales a un universo tan grande y vasto ya nos rebasa. Vimos de qué manera podíamos también apoyarlos porque hay regiones con grandes carencias en cuanto a seguimiento y conocimiento del propio arte popular”. Por ejemplo, “en algunos países centroamericanos hubo periodos gubernamentales en que estuvo prohibido el uso de la indumentaria indígena. Entonces, las técnicas de telar de cintura se perdieron en buena medida”.

Se quiso trabajar ésta problemática por medio de políticas públicas que “probablemente es la mejor forma de impactar en un mayor número de artesanos en toda la región, incluido México”, continúa. Al hablar con la secretaría general iberoamericana “hicimos un planteamiento de los puntos de una
agenda, concatenándolos, porque abarcan desde el registro, control, saber el número de artesanos, cómo podemos ayudarlos desde el punto de vista fiscal con incentivos, con pago en especie de los impuestos, quitar aranceles probablemente del comercio iberoamericano, para el arte popular en concreto. También atender la salud ocupacional mediante el seguro social porque hay especialidades que tienen riesgos con ciertos materiales utilizados”.

En esta problemática entra la capacitación de gestores culturales en arte popular porque no los hay. Las grandes promotores, como Teresa Pomar y Ruth Lechuga, “ya se nos fueron”. Aunque generaron algunos discípulos fuera de la educación formal, hay quienes “están diseminados en algunas casas de cultura regionales. Saben mucho, sin embargo tal vez más como técnica de su región. Además, son personas de más de 60 años en su mayoría. No vemos que haya una generación joven que, aparte de saber de técnicas, sepa evaluar proyectos, conseguir recursos, administrar, sepa de museos y cómo exhibir las piezas”.

En los encuentros también participan especialistas en los temas de la agenda, por ejemplo, marca colectiva y cómo proteger las piezas. “Trabajamos con las instancias oficiales de protección de propiedad intelectual, sin embargo son pasos que se dan poco a poco”. Para que las políticas públicas no quedan en “letra muerta”, “tenemos que tejer una red de amigos del arte popular que sí existen en la región iberoamericana ya sea con fundaciones o las propias dependencias gubernamentales para hacerle seguimiento”.

Fernández señala que estos planteamientos quedarán plasmados en la Cumbre Iberoamericana por llevarse a cabo en Antigua, Guatemala, en noviembre. Un nuevo encuentro está programado para 2019 en Cartagena, Colombia, en torno a metales y fibras, pero también se verá cómo organizar asociaciones civiles como FCB y explorar las dependencias gubernamentales interesados en hacer el monitoreo posterior.

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