Al
igual que se logró integrar los grandes maestros del arte popular al
programa Pago en especie de la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público, hay otros asuntos que hay que atender poco a poco, expresa
Cándida Fernández, directora general de Fomento Cultural Banamex
(FCB). Entrevistada en el contexto del Cuarto Encuentro de Grandes
Maestros del Arte Popular de Iberoamérica, para la historiadora de
irse concatenando y trabajar como políticas públicas, dentro de 10
o 15 años “pueda haber un futuro más promisorio para muchos de
este sector” que tienen un papel central en la vida cultural de
nuestros países”, aunque “siempre se les ha confundido un poco
con las personas que hacen cosas a mano”.
Fernández
recuerda que FCB ha trabajado de cerca con los artesanos desde 1996
por medio del programa Grandes Maestros del Arte Popular de
Iberoamérica. De 2007 a 2011 se efectuó una investigación para
saber quiénes eran. Su obra fue difundida por medio de exposiciones
itinerantes y libros. Sin embargo, “los apoyos más puntuales a un
universo tan grande y vasto ya nos rebasa. Vimos de qué manera
podíamos también apoyarlos porque hay regiones con grandes
carencias en cuanto a seguimiento y conocimiento del propio arte
popular”. Por ejemplo, “en algunos países centroamericanos hubo
periodos gubernamentales en que estuvo prohibido el uso de la
indumentaria indígena. Entonces, las técnicas de telar de cintura
se perdieron en buena medida”.
Se
quiso trabajar ésta problemática por medio de políticas públicas
que “probablemente es la mejor forma de impactar en un mayor número
de artesanos en toda la región, incluido México”, continúa. Al
hablar con la secretaría general iberoamericana “hicimos un
planteamiento de los puntos de una
agenda,
concatenándolos, porque abarcan desde el registro, control, saber el
número de artesanos, cómo podemos ayudarlos desde el punto de vista
fiscal con incentivos, con pago en especie de los impuestos, quitar
aranceles probablemente del comercio iberoamericano, para el arte
popular en concreto. También atender la salud ocupacional mediante
el seguro social porque hay especialidades que tienen riesgos con
ciertos materiales utilizados”.
En
esta problemática entra la capacitación de gestores culturales en
arte popular porque no los hay. Las grandes promotores, como Teresa
Pomar y Ruth Lechuga, “ya se nos fueron”. Aunque generaron
algunos discípulos fuera de la educación formal, hay quienes “están
diseminados en algunas casas de cultura regionales. Saben mucho, sin
embargo tal vez más como técnica de su región. Además, son
personas de más de 60 años en su mayoría. No vemos que haya una
generación joven que, aparte de saber de técnicas, sepa evaluar
proyectos, conseguir recursos, administrar, sepa de museos y cómo
exhibir las piezas”.
En
los encuentros también participan especialistas en los temas de la
agenda, por ejemplo, marca colectiva y cómo proteger las piezas.
“Trabajamos con las instancias oficiales de protección de
propiedad intelectual, sin embargo son pasos que se dan poco a poco”.
Para que las políticas públicas no quedan en “letra muerta”,
“tenemos que tejer una red de amigos del arte popular que sí
existen en la región iberoamericana ya sea con fundaciones o las
propias dependencias gubernamentales para hacerle seguimiento”.
Fernández
señala que estos planteamientos quedarán plasmados en la Cumbre
Iberoamericana por llevarse a cabo en Antigua, Guatemala, en
noviembre. Un nuevo encuentro está programado para 2019 en
Cartagena, Colombia, en torno a metales y fibras, pero también se
verá cómo organizar asociaciones civiles como FCB y explorar las
dependencias gubernamentales interesados en hacer el monitoreo
posterior.
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