lunes, 27 de agosto de 2018

Cuevas, al año de su deceso



La Fundación Maestro José Luis Cuevas Novelo A.C. está en proceso de renovación, expresó Eduardo Vázquez Martín, secretario de Cultura de la CDMX, en el acto in memoriam por el primer aniversario luctuoso del dibujante, grabador y escultor, celebrado el 23 de agosto en el museo que lleva su nombre. Asistieron sus hijas Ximena y Mariana, y su nieto Axel. Ahí fue inaugurada Cuevas desde el origen, exposición que reúne unos 180 dibujos y grabados.

Tras el deceso de Cuevas, el 3 de julio de 2017, “llevamos un trabajo muy intenso entre la fundación, los herederos, la familia, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), el Gobierno de la Ciudad, y estamos absolutamente comprometidos en que su legado es una vocación de la sociedad mexicana y, por lo tanto, de sus instituciones”.

El funcionario recordó, no obstante, que la piedra angular de la Fundación fue Cuevas y su compañera, Bertha Riestra, quienes fundaron el museo. Sin ellos “la arquitectura institucional que debe prevalecer para garantizar la preservación, la difusión y el conocimiento de la obra del maestro Cuevas se altera radicalmente. Por eso estamos muy comprometidos en crear una nueva ingeniería institucional que garantice que éste espacio sea preservado para la vocación que hoy tiene. Y, que su administración sea una responsabilidad de las instituciones públicas del Estado mexicano siempre acompañados y con la participación de la sociedad civil, de los amigos del maestro Cuevas, de los especialistas y trabajadores de la cultura que entienden el gran valor que significa esta obra”.

El Museo José Luis Cuevas –cuya edificio aporta el Gobierno de la CDMX-- resguarda el acervo donado por el artista a la Nación, que custodia el INBA. La sociedad organizada de los amigos de Cuevas y la Fundación tienen “la tarea de garantizar que ésto sea y siga siendo un bien público, que esté al servicio de la cultura de México”. Según Vázquez Martín el Museo Cuevas está llamado en el siglo XXI a ser “uno de los principales epicentros de la cultura contemporánea”.

Magdalena Zavala, coordinadora nacional de Artes Visuales del INBA, señaló: “Aquí está el Museo Cuevas en pie y siguiendo firme, adelante, en esta visión”. Jorge Ruiz Dueñas, a nombre de la fundación aseguró que ésta “está comprometida, merced la participación insustituible de las instituciones que auspician este recinto y acervo, a vigorizar los objetivos que los muevan. Esperamos que los cambios por venir sean igualmente propicios para ello”.

A 26 años de la apertura del Museo Cuevas, Ruiz Dueñas recordó, entre las múltiples personalidades que lo hicieron posible, a Bertha Riestra de Cuevas: “Ella fue capaz de emprender tareas con un horizonte de eternidad y desarrolló siempre proyectos abrumadores. Infatigable, convencía con su lógica de mujer emprendedora donde no se pone el sol y ganó batallas a la apatía y la insensibilidad”.

Entrevistado, Salvador Vázquez Araujo, apoderado legal de la Fundación, dijo que la imagen que con la exposición se quiere dar de Cuevas es de “un dibujante genial. Es la que persiste como una constante a lo largo de su vida”. De carácter biográfico, el 95 por ciento de la obra incluida en Cuevas desde el origen es del acervo del museo. La pieza más temprana, Las mariposas (1944), una mixta sobre papel, fue hecha por Cuevas, según él mismo relataba, “a los 10 años”. Para las obras tempranas se tuvo que recurrir a coleccionistas privados quienes empezaron a comprarle cuando era muy joven.

Como parte del homenaje la Orquesta Filarmónica 5 de Mayo, dirigida por Fernando Lozano, y la Sociedad Coral Cantus Hominum, interpretaron Réquiem, de Mozart. No asistió al acto la viuda del homenajeado, Beatriz del Carmen Bazán.

Cuevas desde el origen permanecerá hasta el 6 de noviembre de 2018 en Academia 13, Centro Histórico.

jueves, 16 de agosto de 2018

Abraham Cruzvillegas en Muca CU



En Autorreconstrucción: Detritus, proyecto del artista conceptual Abraham Cruzvillegas, no hubo una curaduría, tampoco una museografía. Cada uno de los más de 50 artistas participantes acudió al Museo Universitario de Ciencias y Arte (Muca) Campus, y decidió dónde poner su obra. Por lo general las piezas se crearon en el amplio espacio del recinto con materiales encontrados en la misma universidad, ya sea en el departamento de bajas, o de plano basura. Otras obras vinieron de la galería que representa a Cruzvillegas (CDMX, 1968), mientras que otras fueron prestadas por sus autores, expresa en entrevista.

La intención de la muestra tiene que ver con “el detritus como transformación, cambio, no tanto como basura”, dice el artista visual. Más que concientizar al público sobre la basura que se produce, la idea tiene que ver con “la materia en permanente transformación. De acuerdo con las leyes de la física ni se crea ni se destruye, sino se transforma. Poner en evidencia eso ha sido el leit motif de mi trabajo.






También lo utilizo como una metáfora de la identidad, algo que cambia permanentemente, asociado a la idea de la autoconstrucción que he manejado desde hace años y que es más bien la construcción del yo”. En la exhibición es “un yo con los demás, entonces me transformo también. Nuestra relación cambia en la medida que colaboramos, construimos o destruimos algo juntos”.

Detritus surgió a raíz del proyecto Milpa: ritual imprescindible organizada hace tres años por la investigadora Elena Álvarez-Buylla y Juan Carlos Martínez en el Jardín Botánico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Invitado, Cruzvillegas hizo una obra que quedó inconclusa; era un muro que recuperaba el cascajo de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA) para completar un muro que encontró allí. 


 


Ya que Detritus procede del espacio académico, fue convocado también por Peter Krieger, del Instituto de Investigaciones Estéticas, Humberto Urquiza, del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe, Luis Zambrano y Silke Cram, de la REPSA. En vez de hacer una exposición individual, Cruzvillegas convocó a sus amigos –entre ellos, Gabriel Orozco, Dr. Lakra y Damián Ortega-- , éstos a los suyos, otros a sus alumnos y demás amigos. A lo largo de tres meses –se inauguró el 12 de mayo-- hubo actividades diarias como, por ejemplo, la lectura del escritor Juan Villoro de capítulos de su nuevo libro El vértigo horizontal.

Para el entrevistado “todo cabe en una obra de arte”, metáfora que también tiene que ver con la inclusión. Precisa: “No selecciono los materiales. Hay un tema de inclusión que tiene que ver con la ética y la política: no excluir, no segregar, no limitar. Eso sería para mi más ecológico en un sentido político que el sólo hecho de reciclar basura como tal”.






La muestra encierra una reflexión, “con la que crecimos”, sobre la “promesa de modernidad”. “Se nos inventó una necesidad que es el progreso, entendido como el consumo. Más que hablar literalmente de eso, mi intención como artista es traer la reflexión a mi propia manera de producir arte con lo que aparece para otros como basura. Ni siquiera le llamo basura sino material y lo he puesto a prueba históricamente, no existe ningún material que no pueda incorporar una obra de arte”.

Autorreconstrucción: Detritus fue montada en el MUCA Campus, en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México.




jueves, 9 de agosto de 2018

Grandes maestros del arte popular




Al igual que se logró integrar los grandes maestros del arte popular al programa Pago en especie de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, hay otros asuntos que hay que atender poco a poco, expresa Cándida Fernández, directora general de Fomento Cultural Banamex (FCB). Entrevistada en el contexto del Cuarto Encuentro de Grandes Maestros del Arte Popular de Iberoamérica, para la historiadora de irse concatenando y trabajar como políticas públicas, dentro de 10 o 15 años “pueda haber un futuro más promisorio para muchos de este sector” que tienen un papel central en la vida cultural de nuestros países”, aunque “siempre se les ha confundido un poco con las personas que hacen cosas a mano”.

Fernández recuerda que FCB ha trabajado de cerca con los artesanos desde 1996 por medio del programa Grandes Maestros del Arte Popular de Iberoamérica. De 2007 a 2011 se efectuó una investigación para saber quiénes eran. Su obra fue difundida por medio de exposiciones itinerantes y libros. Sin embargo, “los apoyos más puntuales a un universo tan grande y vasto ya nos rebasa. Vimos de qué manera podíamos también apoyarlos porque hay regiones con grandes carencias en cuanto a seguimiento y conocimiento del propio arte popular”. Por ejemplo, “en algunos países centroamericanos hubo periodos gubernamentales en que estuvo prohibido el uso de la indumentaria indígena. Entonces, las técnicas de telar de cintura se perdieron en buena medida”.

Se quiso trabajar ésta problemática por medio de políticas públicas que “probablemente es la mejor forma de impactar en un mayor número de artesanos en toda la región, incluido México”, continúa. Al hablar con la secretaría general iberoamericana “hicimos un planteamiento de los puntos de una
agenda, concatenándolos, porque abarcan desde el registro, control, saber el número de artesanos, cómo podemos ayudarlos desde el punto de vista fiscal con incentivos, con pago en especie de los impuestos, quitar aranceles probablemente del comercio iberoamericano, para el arte popular en concreto. También atender la salud ocupacional mediante el seguro social porque hay especialidades que tienen riesgos con ciertos materiales utilizados”.

En esta problemática entra la capacitación de gestores culturales en arte popular porque no los hay. Las grandes promotores, como Teresa Pomar y Ruth Lechuga, “ya se nos fueron”. Aunque generaron algunos discípulos fuera de la educación formal, hay quienes “están diseminados en algunas casas de cultura regionales. Saben mucho, sin embargo tal vez más como técnica de su región. Además, son personas de más de 60 años en su mayoría. No vemos que haya una generación joven que, aparte de saber de técnicas, sepa evaluar proyectos, conseguir recursos, administrar, sepa de museos y cómo exhibir las piezas”.

En los encuentros también participan especialistas en los temas de la agenda, por ejemplo, marca colectiva y cómo proteger las piezas. “Trabajamos con las instancias oficiales de protección de propiedad intelectual, sin embargo son pasos que se dan poco a poco”. Para que las políticas públicas no quedan en “letra muerta”, “tenemos que tejer una red de amigos del arte popular que sí existen en la región iberoamericana ya sea con fundaciones o las propias dependencias gubernamentales para hacerle seguimiento”.

Fernández señala que estos planteamientos quedarán plasmados en la Cumbre Iberoamericana por llevarse a cabo en Antigua, Guatemala, en noviembre. Un nuevo encuentro está programado para 2019 en Cartagena, Colombia, en torno a metales y fibras, pero también se verá cómo organizar asociaciones civiles como FCB y explorar las dependencias gubernamentales interesados en hacer el monitoreo posterior.