lunes, 24 de julio de 2017

Helen Bickham en el Palacio Postal




La pintora Helen Bickham (Harbin, Manchuria, 1935) es una gran contadora de historias –aparte de una viajera consumada-- , habilidad que traslada a sus telas y papeles. Los personajes vinculados a sus relatos habitan los cuadros, en una especie de alegre danza, que exhibió hace poco en el Palacio Postal con el título Fragmentos de vida, y que abarcan diferentes periodos de su producción artística.



Artista figurativa radicada en México desde 1962, la obra de Bickham proyecta una buena relación con sus retratados que más bien son imágenes salidas de su cabeza: “Lo que me interesa es la universalidad de la humanidad. Soy muy anti-guerra y anti-discriminación de cualquier tipo. Pienso que podemos caminar por calles donde desconocemos el idioma, sin embargo si en realidad miramos a las personas nos damos cuenta de su estado mental aun si está en blanco, es decir, que no prestan caso. 








“Me doy cuenta hasta qué medida podamos relacionarnos. Además, las diferencias que nos son impuestas por fuerzas externas como los gobiernos y las religiones, son cosas inventadas, que no son parte de la naturaleza humana”. La entrevistada trae a colación una canción interpretada por Joan Baez cuyas letras dicen “te tienen que enseñar a odiar. Enseñado con mucho, mucho cuidado, antes de que tengas siete u ocho años, que es cuando las diferencias comienzan”. Agrega que “todos estamos en posibilidades de comprender, aceptar y disfrutar si no nos enseñaran con tanto cuidado a odiar”.



Para la realización de sus pinturas, grabados y dibujos, Bickham siempre trabaja “desde su cabeza” en el sentido de que no utiliza modelos que posan para ella. Eso, no obstante que “las personas hayan dicho que equis imagen es de su padre, sus amigos o su hijo. Al contrario, es algo que de repente sale. Obviamente es algo en que he pensado o sentido o visto, que es traducido a mi cabeza o mis emociones. Desde muy pequeña, antes de que tuviera un juego formal de pinturas, usaba mis dedos para plasmar lo que salía de mi cabeza”.







Ilustra: “Si pinto una montaña, no es el Monte Fuji o el Popocatépetl, sino los paisajes emergen básicamente de mi cabeza. He utilizado fragmentos de Tepoztlán en diferentes piezas, sin embargo nunca me he sentado y tratado de dibujar sus montañas. Eso porque he pasado tanto tiempo allí, subido y bajado las montañas de manera que he absorbido su esencia que traslado al lienzo, aunque no se trata de algún monte en particular”.



La entrevistada no niega que el resultado final pueda parecer bastante a algo que existe en la realidad. Ejemplifica con un dibujo de la parte antigua de Aberdeen, Escocia, con los pescadores en primer plano, donde pasó una temporada en compañía de sus hijos cuando ellos eran chicos. “Siempre caminaba por la playa en torno a la parte antigua que cuenta con una muralla ya que era un pueblo que se protegía de los vikingos, sin embargo no es posible señalar algún edificio en particular, tampoco el pescador es alguien en especial. Pasé mucho tiempo mirando a los pescadores y al mercado, uno de los más viejos en Europa, con pescados tan extraños porque provenían del Mar del Norte, que es tan frío, que algunos son prácticamente prehistóricos”.



La muestra del edifico de correos incluyó también varios relieves hechos a mano, como si la artista hubiera empleado la técnica del intaglio. Para Bickham se trata de una técnica dibujística: “Parece un grabado, sin embargo es muy gráfico. Lo combino con cosas muy ordinarias como el alimentar a unos gansos”.


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