Las puertas siguen cerradas en gran parte para la pintura
en lo que a galerías se refiere. Por lo menos esto ha sido la
experiencia de Luiz Eduardo Laufer, viudo de la pintora mexicana
Estrella Carmona (1962-2011). “Es muy difícil conseguir espacios
para la obra de Estrella porque hoy día no les interesa tanto la
pintura –menos una de índole crítica- , sino el arte conceptual.
Muchos me han cerrado la puerta con las palabras, ‘es muy buena
pintura, felicito a Estrella, pero no nos interesa’”, expresa.
La
Galería L sí se arriesgó y exhibe una selección de 22 pinturas y
11 dibujos, todos en blanco y negro, una tira de fotos de Carmona y
algunos de sus sueños por ella transcritos y dibujados, con el
título de Regimientos del orden. “Estrella siempre al
despertar apuntaba sus sueños y en algunos hacia uno o más dibujos
alusivos a lo que sonó”, señala el entrevistado.
También
se exponen algunos de sus cassettes de música (Front 242, Laibach,
Borghesia, Puppé Frabick, Muslin Gauze), “todos y cada uno de
ellos comprados en el tianguis del Chopo”.
En
septiembre pasado la Galería Andrés Siegel también se arriesgó y
montó la exposición Obsesión por el futuro, con 32
cuadros, entre acrílicos, óleos y un temple, realizados entre 1997
y 2010. La de la Andrés Siegel fue la primera exposición póstuma
de Carmona realizada en CDMX desde 2011 cuando exhibió en la
desaparecida galería Eje. También en 2016 se coordinaron dos
muestras en el Museo de Antropología y la Galería de Arte
Contemporáneo, en Jalapa, Veracruz.
Según
Laufer en la obra de Carmona se alternan dos intenciones: la estética
y la filosófica. En cuanto a la primera, “resaltan diversas
influencias provenientes de la Escuela Mexicana de Pintura,
principalmente Orozco y Siqueiros; el neoexpresionismo alemán, y de
la transvanguardia. La filosofía, por su parte, es para Estrella una
orientación en un caos. Está íntimamente influenciada por
Nietzsche y Schopenhauer, en lo que se refiere a la idea del absurdo
del mundo y los cuestionamientos en torno a un hombre nuevo”.
Respecto
de su paleta, el entrevistado anota que desde finales de los años 80
del siglo pasado hasta principios de los 90 la pintora manejaba una
paleta oscura, es decir, tonos rojo indio, ocres, verde veridian y
cafés. Sin embargo, a partir de su estancia de tres años
(1995-1998) en la Siderúrgica Altos Hornos de México para crear
murales alusivos en Monclova, Coahuila, “comenzó a utilizar más
el acrílico en colores más diversos, incluso neón. Dejó un poco
el óleo por el acrílico y el temple. Comenzó a dejar el óleo
porque estaba un poco saturada de su olor y del aguarás. De 2000
hasta la fecha de su fallecimiento (9 de mayo de 2011) trabajó mucha
pintura en blanco y negro”.
Entre
los proyectos a futuro, está realizar un documental y publicar un
libro sobre la vida y obra de Carmona. También “tratamos de
establecer en su antiguo taller una residencia para artistas”.
Hasta
el momento la obra de Estrella Carmona no ha logrado tener una
exposición en un museo.
Regimientos
del orden permaneció hasta el 4 de marzo en la Galería L,
Alfonso Reyes 216, colonia Condesa.