jueves, 2 de noviembre de 2023

Issa Salliander y el desnudo femenino

Ya es más común que una pintora realice desnudos de otra mujer. La artista sueca Issa Salliander (Estocolmo, 1984), educada en Londres, ha colocado en el centro de sus composiciones a la activista por los derechos de la mujer y modelo estadunidense, Natalie White, amiga entrañable, de quien admira su “libertad, confianza y modo de llevarse”.
White ha sido modelo para reconocidos artistas como Chuck Close, Will Cotton, George Condo y Peter Beard. Sobre la exposición "Love on the record", de Salliander, montada en la Galería Hilario Galguera, la modelo dice que es “la primera vez que una pintura de mi persona, realizada por una mujer, se cuelgue en una galería de arte”.
Para Salliander lo que distingue su aproximación al tema es el empleo de elementos de la cultura popular que relaciona con la experiencia femenina. Por ejemplo, se apropia del “conejillo”, símbolo de la playmate de conocida revista para hombres. Se trata de cómo un hombre mira a una mujer y la amistad femenina. Tiene que ver con “la contradicción entre el empoderamiento y el que un hombre se sienta abrumado ante una mujer. Me gustan estas contradicciones en los roles, entonces quiero que mis pinturas le hablen a todos. Mis cuadros tienen que ver con contradicciones. No es solo, oiga, soy una mujer, y ya”.
De adolescente la artista usó un soporte, tipo faja, durante seis años, situación que afectó su relación con su cuerpo, del que se desconectó y acabó pintando otras narrativas. Siempre buscó un regreso a la pintura del cuerpo femenino. Justo antes de la pandemia tuvo la oportunidad de trabajar con una gigantezca Cámara Land, fabricada entre 1948 y 1983 por Polaroid, así como con White a quien conocía desde tiempo atrás. El proyecto colaborativo, realizado en Nueva York, se llamó "Virginia Sins", y buscaba difuminar la línea entre artista y musa.
“Natalia me dirigió en frente de tal vez la cámara más brutal en el mundo, porque no hay posproducción. Sale una foto única que, además, es masiva, porque se ve todo”, relata. Expusieron la obra, que incluyó a tres espectaculares y un trabajo de video. Dos días después se vino el encierro por la pandemia. “Estuvimos juntas durante siete meses, yo con una cámara. Lo único que había que hacer era arte. Al terminar la pandemia resultó el momento para regresar a la pintura del cuerpo, porque estaba el material”, explica.
Salliander es una especie de gitana, ya que viaja entre varios países y ciudades, sin mantener una residencia fija en ninguna. Su relación con México se remonta a 20 años atrás. Estaba en Art Basel con un amigo, conocieron a un artista mexicano quien les invitó a su exposición en un museo, y vinieron. Quedó fascinado con el país, incluso, el anuncio de una marca de helados la inspiró para crear la obra "Magnum to the brain", su primer trabajo con White. Desde entonces, viene con frecuencia, incluso, mucha de la obra de "Love on the record" fue pintada en su estudio de la colonia San Rafael.
En muchas de las 22 obras exhibidas la artista pinta sobre un fondo de serigrafía: “Me gusta la idea de trabajar de forma rápida y lenta, así que me hacía falta ese elemento del pop art. Pintar al óleo es un proceso muy lento y a veces necesito algo más inmediato. Es la contradicción de juntar dos disciplinas”.
Las obras de Salliander siempre llevan títulos, porque le gusta jugar con las palabra y parafrasear. “Necesito de la poesía”, recalca.
"Love on the record" permanecerá hasta el 4 de noviembre de 2023 en la Galería Hilario Galguera, Francisco Pimentel 3, colonia San Rafael. En diciembre se exhibirá en el Museo de Arte Querétaro.

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