domingo, 8 de enero de 2023

Roberto Gil Montes y su estilo naif.

El pintor Roberto Gil de Montes (Guadalajara, 1950), relacionado con el movimiento de arte chicano en los años 70 del siglo pasado, es más conocido en Estados Unidos que en su país natal. Acaba de realizar su primera exposición individual en México, Temporada de lluvias, en la Galería Kurimanzutto. La serie de óleos fue pintada en su lugar de residencia desde hace 15 años, el pueblo de pescadores La Peñita de Jaltemba, Nayarit. De allí el título de la muestra debido a la evocación del agua en muchos de los cuadros.
Gil de Montes cultiva un estilo naif y popular, folksy, como él dice, algo que sorprende porque estudió la licenciatura y maestría en el prestigiado Instituto de Arte Otis (ahora, Otis College of Art and Design), en Los Ángeles, California. Preguntado al respecto, expresa: “Escojo pintar como pinto. Sin embargo, más que esto pienso que no tengo la habilidad técnica para pintarlo lo que quiero. Allí es donde veo que muchas veces los artistas tampoco tienen técnica. Sé mezclar la pintura, los colores. Entiendo ciertas formas de dibujo que trato de realizar. Sin embargo, pienso tal vez lo que me salva en todo esto es que no tengo la técnica. No es que escojo, sino así soy”.
A los 13 años el entrevistado se fue a vivir a Los Ángeles donde ya se encontraban sus padres. Nunca se desligó de México y regresaba cada período vacacional. Al salir de la escuela fue cofundador, en 1978, del espacio alternativo de arte, Los Angeles Contemporary Exhibitions, que se dedica “al arte de nuestros tiempo enfocado en la libertad de expresión, la experimentación con ideas, materiales y nuevas formas, así como un contenido desafíante y comprometido en lo social”.
En 1979, Gil de Montes se trasladó a la Ciudad de México invitado por la revista Artes de México, dirigida por Carla Stellweg, ya que la entonces publicación del Museo de Arte Moderno pretendía hacer una edición sobre los artistas chicanos angelinos. Gil de Montes tenía a su cargo la investigación. De regreso nuevamente a Los Ángeles, se dedicó a la pintura.
Gran conocedor de la pintura mexicana, el entrevistado se siente parte de su tradición: “Parezco mucho a los artistas mexicanos porque son mis ídolos, por ejemplo, Manuel Rodríguez Lozano”. También admira a “clásicos”, como Cézanne y Matisse. Reconoce que tiene rasgos “gauguinescos”, aunque no buscados. “Si pinto en la jungla, entonces la obra se parece a Gauguin”, explica.
Su obra está llena de simbolismo: “Propongo ciertas cosas como, ¿qué hacemos con nuestras comunidades indígenas en México? Mi cuadro en el que se ven unos danzantes con el tocado de venado en el mar es como decir: míranos. Un amigo huichol tiene una licenciatura en turismo, sin embargo tiene que vender chaquira en la playa. Todo esto se me queda, y se filtra en mi trabajo”.
Gil de Montes se reprocha ser como “Disneylandia”: “Tengo muchos títulos: artista méxico-americano, artista chicano, artista hispano, artista queer y luego, artista seleccionado para la 59 Bienal de Arte de Venecia, entonces, surrealista. (Participó en la exposición central La leche de los sueños, con el óleo El pescador, 2020, que retoma El nacimiento de Venus, cuadro de Sandro Boticelli.) Me di cuenta que debería de aprovechar mi nueva etiqueta de surrealista porque me ayudó mucho”.
La exposición Temporada de lluvias se exhibió en la galería Kurimanzutto, gobernador Rafael Rebollar 94, colonia San Miguel Chapultepec. Las imágenes son cortesia de la galería.

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