domingo, 19 de enero de 2020

La Galería Arvil, 50 años





La Galería Arvil cumplió en 2019 medio siglo de vida, hito que ha festejado con la edición de un libro singular. En vez de pedirle textos a intelectuales, funcionarios y demás famosos, sus directores Armando Colina y Víctor Acuña lo han hecho a sus “amigos”, entre los que se encuentran personajes como Elena Poniatowska, Carlos Phillips Olmedo, Jaime Humberto Hermosillo, Serge Fauchereau, Rafael Barajas El Fisgón, Atom Egoyan y Carmen Gaitán, pues la lista es larga.


Las “bodas de oro” de Arvil se celebraron en el auditorio del Museo Universitario Arte Contemporáneo (Muac). Graciela de la Torre, entonces directora general de Artes Visuales de la Universidad Nacional Autónoma de México, expresó que el libro Galería Arvil 50 años agrupa los recuentos de más de un centenar de personajes, disímbolos en sus perfiles profesionales aunque todos próximos en el hecho de que sus afinidades creativas e intelectuales orbitan en torno del mundo del arte.




Víctor Acuña y Armando Colina. Foto cortesía de la Galería Arvil.




De hecho, “estamos frente a una serie de ensayos testimoniales cuya suma constituye una especie de biografía de la Galería Arvil que, al tiempo de ser emotiva y afectiva, resulta sumamente útil para historiar medio siglo de coleccionismo, de promoción cultural, de formación de profesionales de la cultura, de contribución al enriquecimiento documental y bibliográfico del arte, de difusión internacional del arte mexicano, del desarrollo de proyectos que vinculan el arte del pasado y del presente, de revaloración de acervos artísticos, así como del rescate de nuestro patrimonio”, dijo De la Torre.

La artista visual Betsabeé Romero, a su vez, se refirió a una de las relaciones “más nombradas y asombrosas” en los 50 años de labor de la galería: la de Francisco Toledo (1940-2019). “Los arviles –como se les conoce-- estuvieron ahí con él, acompañándolo en su vida, su obra y sus proyectos, como un hijo que vieron crecer, que los llenó de orgullo, a quien cuidaron y llevaron en sus ojos. También quien los acompañó en libros, exposiciones, comidas y viajes memorables. Los arviles fueron su punto de partida de grandes obras editoriales y de gráfica, fueron los testigos más asiduos de sus logros y de sus más emotivos momentos”.

Toledo también fue un vínculo del etnólogo Sergio Raúl Arroyo con Colina y Acuña cuando era director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia: “En 2004 compartí con Arvil la exposición memorable Francisco Toledo/Libreta de apuntes en el Museo Nacional de Antropología. Uno de los más exitosos proyectos de un recinto con no pocos éxitos. Un domingo de ese año la exposición recibió la cifra récord de 13 mil visitantes”.

Arroyo señaló algunas de las “aportaciones” de los arviles: su especial percepción de la naturaleza del arte como detonador de la dimensión humana, reconociendo los alcances y límites de su trabajo; su conocimiento puntual; su defensa de la dignidad como emblema de la circulación del arte; su curiosidad invencible y su valor para apostar a lo no seguro.

Para el sociólogo Gerardo Estrada, “no hay manera de explicar la historia de la plástica mexicana de los últimos 50 años sin la presencia de Arvil. Sin lugar a duda, ha sido un actor fundamental, una memoria precisa, rigurosa, de todo lo que en estos años ha sucedido”. Agregó, “frente a lo gris de las instituciones cultuales estatales los arviles vinieron a mostrar que la sociedad civil sabe ponerle los tonos de color a todo eso “. También participó en la presentación el pintor Arnaldo Coen quien dijo que el libro le ha hecho recordar cómo era la Zona Rosa.

domingo, 12 de enero de 2020

La mágica vida y obra de Remedio Varo





Mucho y muchos han escrito sobre la obra de la pintora surrealista Remedios Varo Uranga (1908-1963). Cuando la diseñadora gráfica e ilustradora Silvana Avilés recibió el encargo de realizar un libro biográfico –su primero-- , de entre los nombres propuestos escogió el de la exiliada española. Después de año y medio de inmersión en todo el material disponible sobre la artista, nació La mágica vida y obra de Remedios Varo (Lumen, 2019), volumen narrado en primera persona, dirigido a adolescentes y adultos, de aspecto lúdico, en el que las ilustraciones juegan con los textos. Es como “la tía Remedios contándote su vida”.


Sin ser precisa fan de la pintora surrealista Ávila reconoce que siempre ha sido una referencia en su trabajo personal porque su obra es muy narrativa: “Tiene todos estos pequeños elementos que cuentan y dejan abierto cosas”. Para su relato la entrevistada –responsable del blogspot hola Silvana!-- buscó periodos de la vida de Varo que no habían sido explorados por la Academia que se concentró en definir y entender su obra. Intenté entender un poco más su humanidad y su vida personal”.






Envuelta en un amplio y vaporoso vestido rojo –al igual de la figura de Varo en las ilustraciones. Era del signo Sagitario, era de fuego-- , Ávila ejemplifica con Anglés, España, su pueblo natal: “Allí el tema del bosque es de importancia. A principios de siglo todo el pueblo estaba dedicado a la industria textil. Había una separación de las labores para hombres y mujeres. Siento que ella dibujó el pueblo en que creció. Hay varias leyendas de brujas en el pueblo que provocan lluvia y rayos, que están presentes en sus primeros ejercicios pictóricos. Para mi algunas de las pinturas de Remedios reflejan estas leyendas de seres que hay en el bosque que vuelan y tienen magia.


Otra cosa, en el pueblo hubo un castillo que ya no existe, sin embargo todo el mundo está consciente de ello. Para un niño que escucha hablar de algo que no está, es como un fantasma, una presencia constante, también desde sus primeros ejercicios pictóricos. Luego, Anglés es un pueblo con una superposición de estilos arquitectónicos, que nos remite a su fascinación por explorar la arquitectura en su trabajo, igual las rocas”.


¿Qué le dejó el personaje? “Sentí mucha conexión inesperada. Nunca esperé que Remedios contara constantemente cosas que me preocupan, como sobre la energía, como todo se conecta. Como cuando vives una vida honesta, real y verdadera a lo que eres el mundo se abre. Para ella era así no tenía miedo de vivir en la pobreza o la riqueza, por eso tuvo tantas aventuras, amores y viajes porque sabía lo que yo: cuando eres honesta, real y sigues tu corazón, el universo conspira, tiende puentes, mueve hilos y justo eso fue lo que le llevó viaje tras viaje, persona tras persona, hasta que encontró a Walter Gruen y pudo desarrollar su obra a plenitud”.


Para Ávila la obra de Varo cuenta su vida, al igual que “esta potencia que hay en el universo que es tan generoso que, cuando estás alineado a lo que eres verdaderamente todo se abre mágicamente. La magia es real, sin embargo tienes que confiar en el mundo, en la coincidencia”. Aunque la autora fue “cuidadosa” respecto de la vida personal de Varo, no obstante, siente que en la presente era “muchas mujeres podemos sentir identificadas con su forma de vida, su pasión por cultivar lo que amaba y por entregarse a lo que consideraba su llamado. Traté de abrazar ambas cosas”.


La ilustradora no alcanzó a conocer a Walter Gruen (1914-2008), ultima pareja sentimental de Varo, sin embargo se dio cuenta que gracias a sus esfuerzos “Remedios continúa en nuestra memoria”. A esa “figura fundamental” le dedicó un capítulo.






jueves, 2 de enero de 2020

Obra de Leonora Carrington adquirida por museos de EU






En el contexto de Leonora Carrington: The story of the last egg (La historia del último huevo), exposición organizada en mayo/junio de 2019 por la Galería Wendi Norris en Nueva York, dos grandes museos estadunidenses agregaron cuadros seminales de la pintora surrealista a sus colecciones permanentes.

El Museo de Arte Moderno, en Nueva York, adquirió dos: Green tea (Té verde), 1942, y And then we saw the daughter of the Minotaur! (¡Y entonces vimos a la hija del Minotauro!), 1953. De acuerdo con información proporcionada por la galería, Té verde fue el último cuadro que Carrington terminó en Nueva York, donde radicó por un breve periodo después de huir de la Europa en guerra, y antes de hacer México su hogar en 1943, a donde se lo llevó. Ahora, el óleo regresa a Nueva York.



Green Tea (Té verde), 1942



And then we say the daughter of the Minotaur viene a ser un poco frecuente retrato familiar. En ello el marido de Carrington, el fotógrafo húngaro Emérico Chiki Weisz, representado en el óleo como un minotauro --una criatura mitad hombre/mitad toro con origen en la antigua Creta--, está sentado en la presencia de los dos hijos (Pablo y Gabriel) de la pintora y una diosa matriarcal, al parecer ella misma.



And then we saw the daughter of the Minotaur (Y entonces vimos a la hija del Minotauro), 1953


El Museo de Arte Moderno de San Francisco, por su parte, compró Kitchen garden on the Eyot (El jardín de la cocina en el Eyot), 1946, pintada por Carrington mientras esperaba a su primer hijo Pablo (CDMX, 1947). La composición “reinterpreta de manera radical el papel y la función de la fertilidad, al glorificar el poder de procreación de las mujeres y conexión fundamental a la tierra”.

Kitchen garden on the Eyot es una de las 11 nuevas adquisiciones del Museo de Arte Moderno de San Francisco, hechas posibles gracias a la venta de la obra Sin título (1960), de Mark Rothko, en la primavera, por 50.1 millones de dólares en la subastadora Sotheby’s. El cuadro les había sido donado por Peggy Guggenheim.

También se adquirieron obras de Rebecca Belmore, Forrest Bess, Frank Bowling, Lygia Clark, Norman Lewis, Barry McGee, Kay Sage, Alma Thomas y Mickalene Thomas.

Dichas adquisiciones son parte de un programa alimentado con la venta de Untitled con el objeto de diversificar la colección, al dar realce a los apartados de arte moderno y contemporáneo, a la vez que atender huecos históricos.

Estas obras se presentan junto con piezas existentes en la colección por todo el museo a partir de finales de agosto pasado.

La obra de la pintora, escritora y escultora surrealista Leonora Carrington (1917-2011) fue objeto de una nueva exposición, la tercera y más ambiciosa que organiza la Galería Wendi Norris, de San Francisco, aunque ésta vez en la ciudad de Nueva York. La muestra Leonora Carrington: The story of the last egg fue abierta el pasado 23 de mayo en el número 926 de la avenida Madison, un sitio de exhibición temporal que antes fue una farmacia y botica, hecho que lo vincula con el interés de la artista por la alquimia.

Aparte de 20 pinturas, incluyó las seis máscaras que Carrington hizo para Opus siniestrus: The story of the last egg, obra de teatro inédita, a la que se le dio lectura el 6 de junio como parte de un simposio que se efectuó el día 7.

Escrita en 1970, la pieza teatral es una especie de tragi-comedia mágica, que conjura un mundo en que todas las mujeres han muerto menos una, “una anciana de 80 años, colosalmente gorda, la ex-madame de un burdel,” quien logra poseer el último huevo humano en existencia, y detenta el destino del planeta en sus manos.

La obra fue dirigida por Jean Randich, contó con ocho actores que interpretaron múltiples personajes. No obstante que Opus siniestrus fue escrita hace 50 años, se trata de una obra visionaria “ecofemnista” que pudo haber sido escrita hoy. Repite temas e ideas en otros escritos y obras de arte de Carrington.

En el simposio Carlos Martín, curador en jefe de la Fundación Mapfre, en Madrid, presentó una investigación ligada con la exhibición Leonora Carrington: tu país, que se abrirá allí en 2020, y luego viajará al Museo Picasso Málaga. Explorará la vida peripatética de la artista inglesa-mexicana y cómo influenció su obra (vivió en Gran Bretaña, Italia, Francia, España, Estados Unidos y México).

De acuerdo con Martín, “organizar una exposición de Carrington en España significa más que saldar una deuda con una creadora quien dejó una significativa huella en obras de artistas de origen español. De su experiencia en Madrid y Santander surge su extraordinaria memoria Down below (Abajo), un momento crucial in la literatura surrealista, al igual que elementos de su universo simbólico asombroso, que desarrollaría en las décadas venideras. El título de la exposición hace referencia a su pintura Chiki, ton pays y sirve para resumir nuestro acercamiento a Carrington como un artista transnacional y extraterritorial”.

También participaron en el simposio las expertas Susan Aberth y Teresa Arcq quienes presentaron Reflexiones mágicas: Las colaboraciones creativas de Leonora Carrington y Remedios Varo. Aberth y Arcq están en el proceso de escribir un libro sobre las dos pintoras surrealistas, cuya discusión tratará el feminismo, la colaboración, la magia, México y otros temas que Carrington exploró durante su larga carrera.

La última sesión, El efecto Leonora Carrignton: Lo que podemos aprender de Carrington hoy, abordó su obra y sus influencias en un contexto contemporáneo. La condujo Natasha Boas, una curadora independiente franco-estadunidense, especialista en surrealismo y estéticas modernistas.