jueves, 5 de diciembre de 2019

Marcos Kurtycz en el Museo Universitario Arte Contemporáneo





Figura de culto, el polaco-mexicano Marcos Kurtycz (1934-1996) fue, es cierto, un artista del performance. Sin embargo era mucho más: diseñador gráfico, editor, impresor, pintor y escultor. De eso da cuenta Marcos Kurtycz. Contra el estado de guerra, un arte de acción total, exposición de alrededor de 800 piezas, curada por Francisco Reyes Palma –ha pasado años investigando su archivo-- , montada en 2018 en el Museo Amparo, en la ciudad de Puebla, y ahora en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (Muac).

Artista complejo, cuya “transparencia” no es tan simple y por lo tanto se requería entrar en contacto con su “pensamiento más personal” resguardado en su archivo. Allí empezaron los “hallazgos”. Kurtycz llegó a México en 1968, unas dos semanas antes de la matanza de estudiantes en Tlatelolco.

Sin título, 1968, de la serie Mutilados olímpicos



"Reaccionó al igual que muchos artistas mexicanos por medio de su obra. En su caso realizó varios dibujos, por ejemplo, del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz. No los podía hacer públicos por su condición de inmigrante con su intención de quedarse en el país. Son imágenes que tienen que ver con la experiencia vivida por Kurtycz con el totalitarismo”, expresó Reyes Palma.

En rueda de prensa celebrada en el Museo Amparo, el curador recordó que de niño le tocó la Segunda Guerra Mundial y el secuestro y asesinato de su madre judía por los nazis. Creció en la época de la Guerra Fría y al trabajar en Cuba le tocó la crisis de los misiles. Es decir, “Kurtycz era un hombre pendiente de un mundo desarticulado. Vivía la guerra en tiempos de paz, aunque la trabajaba desde la lógica simbólica. Finalmente el arte es otro estado de excepción. El artista trabaja sin norma, es un fuera de ley, aunque propositivo, no destructivo. Esa es la lección que para mi deja su obra”.

Falotropia tropical, 1981. Fotos de Zbigniew Bzdak.



De allí que Reyes Palma trabajó sobre un eje que denominó “contra el estado de excepción, algo latente en nuestras sociedades”: “Uno vive en un mundo de paz y de pronto todo se te revierte. Acabó desarrollando una visión estratégica con una sensibilidad muy especial”.

Para el curador Kurtycz nunca dejó de ser polaco, sin embargo se integró al país de manera fluida: “Cuando se inauguró el Museo X Teresa Arte Actual tres artistas funcionaban como figuras políticas: Helen Escobedo, Felipe Ehrenberg y Marcos Kurtycz. Éste último ya estaba integrado a la historia del país justamente como estos personajes que permitieron que una generación diera el salto hacia otro tipo de arte”.
Máscara de catcher, sin fecha



La línea de trabajo del expositor fue el “accionismo”, ya que tenía una visión del arte como una acción constante. ¿Qué es lo que hizo? “Vincularse con todas las tendencias contemporáneas y activarlas. Si hacía cinetismo, también hacía esculturas que respiran de pronto”. El investigador trae a colación que Kurtycz era ingeniero de profesión aunque ejercía el arte de manera subterránea. En México se convierte en artista, aunque también en diseñador –de eso vivía--. “Es un artista en que la agresividad es parte del efecto de su trabajo que no es complaciente. No busca en sí el reconocimiento”, señala Reyes Palma.

Según el curador la gran diferencia de Kurtycz con los grupos de los años 70 del siglo pasado consistió en que “no se definían como artistas conceptuales, mientras que Marcos por medio de su noción de arte-facto y de una serie de escritos, sí se planteó como tal”. Dueño de obras “bellísimas a la vez que durísimas, sobre todo era un experimentador con los materiales. Mezclaba todo tipo de elementos, no existían límites”.

Cuerpos voladores lanzados desde Elis (sic) Island para estrellarse contra las Torres, 1989.




Para la exposición se diseñaron muebles especiales para exhibir la gran cantidad de materiales, muchos de pequeño formato, mismo que hace difícil una presentación atractiva para el visitante.

Destaca un recorte de periódico fechado el 5 de marzo de 1979, que muestra una fotografía de Kurtycz trepado en la asta bandera en frente del viejo Auditorio Nacional con el objetivo de “colocar la bandera de su movimiento de insurrección contra las normas de las artes plásticas”. Reyes Palma relata que llegó la crítica de arte Raquel Tibol quien pidió a gritos “bajar a ese hombre”. Junto está el Campo Marte.


Bomba de cuitlacoche, 1983. Fotos cortesía del Muac.



El Museo Universitario Arte Contemporáneo se ubica en el Centro Cultural Universitario, avenida Insurgentes Sur 3000, Alcaldía Coyoacán. La exposición permanecerá hasta el 17 de mayo de 2020.




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