Figura
de culto, el polaco-mexicano Marcos Kurtycz (1934-1996) fue, es
cierto, un artista del performance. Sin embargo era
mucho más: diseñador gráfico, editor, impresor, pintor y escultor.
De eso da cuenta Marcos Kurtycz. Contra el estado de
guerra, un arte de acción total, exposición de alrededor de 800
piezas, curada por Francisco Reyes Palma –ha pasado años
investigando su archivo-- , montada en 2018 en el Museo Amparo, en la
ciudad de Puebla, y ahora en el Museo Universitario Arte
Contemporáneo (Muac).
Artista
complejo, cuya
“transparencia” no es
tan simple y por lo tanto se requería entrar en contacto con su
“pensamiento más personal” resguardado
en su archivo. Allí
empezaron los “hallazgos”. Kurtycz
llegó a México en 1968, unas dos semanas antes de la matanza de
estudiantes en Tlatelolco.
Sin título, 1968, de la serie Mutilados olímpicos |
"Reaccionó
al igual que muchos artistas mexicanos por medio de su obra. En su
caso realizó varios
dibujos, por ejemplo, del
entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz. No
los podía hacer públicos por su condición de inmigrante con su
intención de quedarse en el país.
Son imágenes que tienen
que ver con la experiencia vivida por Kurtycz con el totalitarismo”,
expresó Reyes Palma.
En
rueda de prensa celebrada en el Museo Amparo, el curador recordó que de niño le tocó la Segunda Guerra
Mundial y el secuestro y
asesinato de su madre
judía por los nazis. Creció
en la época de la Guerra Fría y
al trabajar en Cuba le tocó la crisis de los misiles. Es decir,
“Kurtycz era un hombre pendiente de un mundo desarticulado. Vivía
la guerra en tiempos de paz, aunque la trabajaba desde la lógica
simbólica. Finalmente el arte es otro estado
de excepción. El artista trabaja sin norma, es un fuera de ley,
aunque propositivo, no destructivo. Esa es la lección que para mi
deja su obra”.
Falotropia tropical, 1981. Fotos de Zbigniew Bzdak. |
De
allí que Reyes Palma trabajó
sobre un eje que denominó “contra el estado de excepción,
algo latente en nuestras sociedades”:
“Uno vive en un mundo de paz y de pronto todo se te revierte. Acabó
desarrollando una visión estratégica con una sensibilidad muy
especial”.
Para
el curador Kurtycz nunca
dejó de ser polaco, sin embargo se integró al país de manera
fluida: “Cuando se inauguró el
Museo X
Teresa Arte Actual
tres artistas funcionaban como figuras políticas: Helen Escobedo,
Felipe Ehrenberg y Marcos Kurtycz. Éste último ya estaba integrado
a la historia del país justamente como estos personajes que
permitieron que una generación diera el salto hacia otro tipo de
arte”.
Máscara de catcher, sin fecha |
La
línea de trabajo del expositor fue el “accionismo”, ya que tenía
una visión del arte como una acción constante. ¿Qué es lo que
hizo?
“Vincularse con todas las tendencias contemporáneas y activarlas.
Si hacía
cinetismo, también hacía
esculturas que respiran de pronto”. El investigador trae a colación
que Kurtycz era ingeniero de profesión aunque ejercía el arte de
manera subterránea.
En México se convierte en artista, aunque también en diseñador –de
eso vivía--. “Es un artista en que la agresividad es parte del
efecto de su trabajo que no es complaciente. No busca en sí el
reconocimiento”, señala Reyes Palma.
Según
el curador la gran diferencia de Kurtycz con los
grupos de los años 70 del siglo pasado consistió en que “no se
definían como artistas conceptuales, mientras que Marcos por medio
de su noción de arte-facto y de una serie de escritos, sí se
planteó como tal”. Dueño de obras “bellísimas a la vez que
durísimas, sobre todo era
un experimentador con los materiales. Mezclaba todo tipo de
elementos, no existían límites”.
Cuerpos voladores lanzados desde Elis (sic) Island para estrellarse contra las Torres, 1989. |
Para
la exposición se diseñaron muebles especiales para exhibir la gran
cantidad de materiales, muchos de pequeño formato, mismo que hace
difícil una presentación atractiva para el visitante.
Destaca
un recorte de periódico fechado el 5 de marzo de 1979, que muestra
una fotografía de Kurtycz trepado en la asta bandera en frente del
viejo Auditorio Nacional con el objetivo de “colocar la bandera de
su movimiento de insurrección contra las normas de las artes
plásticas”. Reyes Palma relata que llegó la crítica de arte
Raquel Tibol quien pidió a gritos “bajar a ese hombre”. Junto
está el Campo Marte.
Bomba de cuitlacoche, 1983. Fotos cortesía del Muac. |
El
Museo Universitario Arte
Contemporáneo se ubica
en el Centro Cultural Universitario, avenida
Insurgentes Sur 3000,
Alcaldía Coyoacán. La
exposición permanecerá hasta el 17 de mayo de 2020.
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