La
instalación Autodestrucción 8, de Abraham Cruzvillegas
ingresó en 2016 al acervo permanente del Museo Tamayo (MT), a través
del programa Pago en Especie –en el que está inscrito el
escultor-- , de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público,
adscrito al Servicio de Administración Tributaria (SAT), mediante la
figura de “donación” (dación en pago). Ahora es la
escenografía de la obra de teatro La guerra fría, de Juan
Villoro, que, bajo la dirección de Mariana Giménez, se estrenó el
6 de julio en la sala 4 del MT, que, junto con la sala 3, está
dedicada a exhibir la colección permanente del recinto a partir de
2016.
Andrea
Paasch, encargada de la dirección del MT, explicó a La Jornada
que el museo recibió la instalación en 17 cajas de embalaje que
fueron resguardadas en la bodega. La actual selección de obra de la
colección permanente del recinto se abrió al público el pasado 15
de mayo. Autodestrucción 8 se puede ver a partir del 26 de
junio, inclusive cuando no hay función de teatro.
En
rueda de prensa Villoro dijo admirar desde hace mucho tiempo la obra
de Cruzvillegas quien ha trabajado en “distintos proyectos de
autoconstrucción, autodestrucción, y al mismo tiempo se ha
convertido en un referente de muchísimas personas que, gracias a ver
sus piezas, viajan por la realidad, en especial la mexicana que
parece estar en estado de instalación permanente. Ven la realidad
como una posible instalación de Cruzvillegas”.
Una escena de La Guerra fría |
La
obra del escultor ha sido una continua fuente de inspiración para La
guerra fría y su puesta en escena, expresó Villoro. El texto se
ubica en Berlín en los 80 años del siglo pasado, momento en que
muchas personas de distintos países llegaron a esta ciudad que había
sido la gran capital de la Alemania occidental, pero ya no lo era.
“Había edificios abandonados que las personas ocuparon. Hubo un
movimiento llamado Berlinés, haz algo, entonces muchos
organizaban su vida al recoger cosas de la calle. Es decir, hacían
una instalación como mobiliario, entonces nos pareció que el marco
de esta obra podía ser la pieza de Cruzvillegas”.
Para
el escritor hay una frontera no muy visible entre qué es desperdicio
y qué es arte; cómo se resignifican los deshechos. La guerra
fría también trata de una relación de amor que se ha ido
destruyendo, no obstante sus personajes Carolina (Mariana Gajá) y
El Gato (Mauricio Isaac) buscan darse una segunda vida. “Están
ante la pedacería de lo que han dejado y tratan de recuperar y
reconstruir. Este espacio es una metáfora de las cosas que
desechamos en la vida, sin embargo nos conforman. De pronto podemos
resignificar y convertirlas en algo entrañable”.
Según
Mariana Giménez “el lugar ahorita en el mundo es la frontera. La
obra de Abraham fue una inspiración para entender lo que era la
destrucción, la construcción y la reconstrucción de la pareja. Las
fronteras se volvieron líquidas y hubo un momento en que todo empezó
a tener un sentido que estuviéramos aquí en la sala de un museo”.
Cruzvillegas
precisó que Autodestrucción 8 se hizo hace unos años para
una exposición en un museo de Seúl, Corea del Sur: “La curadora
me solicitó utilizar el espacio del museo a propósito de su próxima
remodelación. Me dijo, haz lo que quieras, destruye, rompe. Allí me
acordé de mi joven punk que entra y patea como chivo en cristalería;
eso hice un poco. Pedí que me dieran materiales para construir
esculturas, además de los que procedían del mismo museo.
“Me
entregaron varias toneladas de lo que está aquí que venía de la
destrucción de un barrio de pepenedores en el centro de Seúl, cuyas
familias fueron desplazadas para construir un edificio de
departamentos tipo loft. También hay un desplazamiento
social, económico y político en un país donde todavía existe la
guerra fría. Hice un gran espiral en el que los objetos se tocan.
Quise acercarme a una ética en que no se excluía nada. Aquí se
utiliza de la misma manera, no hay un objeto excluido”.
La
guerra fría consta de dos horas de diálogos intensos alternados
con rock, tocado en vivo, con aires de Lou Reed. Las funciones son del 6
de julio al 8 de septiembre, sábados y domingos a las 18 horas. El
Museo Tamayo se ubica en avenida Paseo de la Reforma y Gandhi.
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