lunes, 23 de septiembre de 2019

El Metro Hidalgo es Galería Pública





La Ciudad de México es una pintura involuntaria viviente, expresó el artista digital británico Millree Hughes quien, con el espacio independiente Salón Dés Aztecas, dirigido por Aldo Flores, concibió el proyecto Involuntary México, dado a conocer en la Estación Metro Hidalgo, ahora convertida en Galería Pública, dentro de los festejos por el medio siglo de existencia el Sistema de Transporte Colectivo (STC).

También es involuntaria en escultura y música: “Podría fotografiar todo el día”. Según Hughes lo involuntaria no tiene que ver con el surrealismo o el arte encontrado: “No tiene que ver con el subconsciente, sino con el aquí y ahora de lo que vemos. En los años 60 del siglo pasado las personas tomaron el arte de la vida, ahora su arte viene del salón, tiene que ver con el dinero. Para mi es importante que el arte se acerca a la vida de nuevo”.


Millree Hughes y Aldo Flores. Todas las fotos son cortesía del Salón Dés Aztecas


En las nueve entradas de la estación, los pisos intermedios y túneles se han desplegado cerca de 2 mil fotografías de 300 artistas de más de 50 nacionalidades, de países de América, Asia y Europa. Entre los mexicanos se encuentran Jazzamoart, Eloy Tarcisio y Rubén Rosas.


Uno de los túneles del Metro Hidalgo.



Involuntary painting (Pintura involuntaria) es un concepto creado en 2013 por Hughes y su compatriota el poeta Paul Conneally, como una de las primeras páginas de media social dedicada exclusivamente a compartir imágenes llamadas arte involuntaria. Se inició como una página electrónica diseñada para recolectar fotografías de objetos que se encuentran en nuestras ciudades y que pasamos por alto. El concepto genera un movimiento artístico de un nuevo género que surge de las redes sociales y está integrada en ellas.







Para Hughes el STC es el lugar perfecto para mostrar Involuntary painting ya que muchas de las imágenes abordan “el espacio urbano perdido”: “Muchas de las pinturas se refieren a terrenos baldíos y obras de carretera, entonces ese sentir urbano funciona muy bien en el Metro”.



Fragmento del mural de Jazzamoart.



Entrevistado, Aldo Flores dijo cuando creó junto con Hughes el concepto Involuntary México, “fui a la parte de más frescura del proyecto que es lo que pasa hoy. Decidimos curar 2019 en pintura, escultura y música. Separamos las obras de este año más relevantes. La parte de escultura está planteada para que en los túneles toda sea hacia el exterior para que uno no se sienta encerrada.



Imagen de Eloy Tacisio.



Aunque Flores no separa “jamás” las disciplinas. Anota que la presente obra es muy conceptual y minimal, sin embargo “viene a consecuencia de que te tienes que dar cuenta que a veces la parte involuntaria es más relevante que la pretenciosa. El movimiento lo que hace es darle mucha importancia a nuestras galerías externas, las avenidas, las calles, que son museos y galerías”. Todas las imágenes están impresas en una tela plastificada.



Imagen de Paul Conneally.



Se tata de fotografías de 120 por 90 centímetros, dípticos de un metro por dos de ancho y murales de tres metros de alto por 15 de largo, que se han colocado por los 18 mil metros cuadrados que abarca la estación.



Aspecto de la Galería Pública de la Estación Metro Hidalgo.



La música involuntaria se escuchará mediante las pantallas de televisión colocadas en los andenes de la Estación Hidalgo por medio del sistema ISA TV. Los videos se intercalarán con la información regular del metro.

martes, 3 de septiembre de 2019

La guerra fría y Autodestrucción 8 en el Museo Tamayo





La instalación Autodestrucción 8, de Abraham Cruzvillegas ingresó en 2016 al acervo permanente del Museo Tamayo (MT), a través del programa Pago en Especie –en el que está inscrito el escultor-- , de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, adscrito al Servicio de Administración Tributaria (SAT), mediante la figura de “donación” (dación en pago). Ahora es la escenografía de la obra de teatro La guerra fría, de Juan Villoro, que, bajo la dirección de Mariana Giménez, se estrenó el 6 de julio en la sala 4 del MT, que, junto con la sala 3, está dedicada a exhibir la colección permanente del recinto a partir de 2016.

Andrea Paasch, encargada de la dirección del MT, explicó a La Jornada que el museo recibió la instalación en 17 cajas de embalaje que fueron resguardadas en la bodega. La actual selección de obra de la colección permanente del recinto se abrió al público el pasado 15 de mayo. Autodestrucción 8 se puede ver a partir del 26 de junio, inclusive cuando no hay función de teatro.

En rueda de prensa Villoro dijo admirar desde hace mucho tiempo la obra de Cruzvillegas quien ha trabajado en “distintos proyectos de autoconstrucción, autodestrucción, y al mismo tiempo se ha convertido en un referente de muchísimas personas que, gracias a ver sus piezas, viajan por la realidad, en especial la mexicana que parece estar en estado de instalación permanente. Ven la realidad como una posible instalación de Cruzvillegas”.



Una escena de La Guerra fría



La obra del escultor ha sido una continua fuente de inspiración para La guerra fría y su puesta en escena, expresó Villoro. El texto se ubica en Berlín en los 80 años del siglo pasado, momento en que muchas personas de distintos países llegaron a esta ciudad que había sido la gran capital de la Alemania occidental, pero ya no lo era. “Había edificios abandonados que las personas ocuparon. Hubo un movimiento llamado Berlinés, haz algo, entonces muchos organizaban su vida al recoger cosas de la calle. Es decir, hacían una instalación como mobiliario, entonces nos pareció que el marco de esta obra podía ser la pieza de Cruzvillegas”.

Para el escritor hay una frontera no muy visible entre qué es desperdicio y qué es arte; cómo se resignifican los deshechos. La guerra fría también trata de una relación de amor que se ha ido destruyendo, no obstante sus personajes Carolina (Mariana Gajá) y El Gato (Mauricio Isaac) buscan darse una segunda vida. “Están ante la pedacería de lo que han dejado y tratan de recuperar y reconstruir. Este espacio es una metáfora de las cosas que desechamos en la vida, sin embargo nos conforman. De pronto podemos resignificar y convertirlas en algo entrañable”.

Según Mariana Giménez “el lugar ahorita en el mundo es la frontera. La obra de Abraham fue una inspiración para entender lo que era la destrucción, la construcción y la reconstrucción de la pareja. Las fronteras se volvieron líquidas y hubo un momento en que todo empezó a tener un sentido que estuviéramos aquí en la sala de un museo”.

Cruzvillegas precisó que Autodestrucción 8 se hizo hace unos años para una exposición en un museo de Seúl, Corea del Sur: “La curadora me solicitó utilizar el espacio del museo a propósito de su próxima remodelación. Me dijo, haz lo que quieras, destruye, rompe. Allí me acordé de mi joven punk que entra y patea como chivo en cristalería; eso hice un poco. Pedí que me dieran materiales para construir esculturas, además de los que procedían del mismo museo.

Me entregaron varias toneladas de lo que está aquí que venía de la destrucción de un barrio de pepenedores en el centro de Seúl, cuyas familias fueron desplazadas para construir un edificio de departamentos tipo loft. También hay un desplazamiento social, económico y político en un país donde todavía existe la guerra fría. Hice un gran espiral en el que los objetos se tocan. Quise acercarme a una ética en que no se excluía nada. Aquí se utiliza de la misma manera, no hay un objeto excluido”.

La guerra fría consta de dos horas de diálogos intensos alternados con rock, tocado en vivo, con aires de Lou Reed. Las funciones son del 6 de julio al 8 de septiembre, sábados y domingos a las 18 horas. El Museo Tamayo se ubica en avenida Paseo de la Reforma y Gandhi.