El Museo de Arte de Dallas (DMA, por sus siglas en
inglés) ha ampliado su compromiso con el arte latinoamericano
gracias a un reciente conjunto de donaciones. Estas incluyen un gran
donativo para apoyar la creación de un nuevo puesto de curaduría;
el establecimiento de un novel fondo destinado a la adquisición de
arte latinoamericano, y la incorporación de cinco obras de artistas
clave a la colección del DMA.
Respecto
de éste último, se trata de Génesis, el don de la vida (cerca
1954), un tempera sobre cartón montado en panel, de Miguel
Covarrubias –instalado afuera de la entrada principal al museo-- ;
La vendedora de flores (1938), un pastel sobre papel, de Diego
Rivera; La espada y la palabra (1944), un pastel, tiza
y grafito en cartón rígido, de Roberto Matta; un fragmento de
alfombra con ave bicéfala, probablemente de Perú y del siglo XVII,
y la donación prometida de Maniquíes (1930), óleo de José
Clemente Orozco.
Maniquíes (1930), óleo de José Clemente Orozco. |
La
Curaduría Jorge Baldor de Arte Latinoamericano, un puesto
establecido gracias a una donación del emprendedor y líder cívico
oriundo de Dallas que le da nombre,es un cargo recién creado que
incluye obras de Norteamérica, el Caribe, Centroamérica y
Sudamérica, desde el virreinato hasta la era moderna.
Este
donativo al museo sucede al sustancial apoyo filantrópico brindado
por Baldor, en 2017, a la exposición México 1900-1950, que
batió récords y fue aclamada por la crítica. Durante la
exhibición “vimos la llegada de visitantes que venían por primera
vez al museo, inspirados por el arte que refleja los rostros, la
cultura y la historia que representan a México”, expresó el
benefactor.
La vendedora de flores (1938), pastel sobre papel, de Diego Rivera. |
La
colección de arte latinoamericano del museo se apuntala por medio de
la Fundación Stanley y Linda Marcus para la Adquisición de Arte
Latinoamericano. Establecido gracias a la donación de un millón de
dólares de Linda Marcus, en su nombre y el de su difunto esposo,
Stanley, el nuevo fondo estriba en la historia de apoyo al museo por
el matrimonio, así como su interés en particular por el arte de las
Américas.
“El
DMA está comprometido con la excelencia en el estudio y el
coleccionismo, a la vez que tiene el mismo compromiso en ofrecer a la
población un lugar acogedor y emocionante para visitar, en donde los
asistentes puedan identificarse y verse reflejados en nuestra
programación, aprender sobre sus propias historias y compartirlas
con otros”, ha dicho Agustín Arteaga, director del museo.
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