miércoles, 22 de mayo de 2019

Las máquinas de Leonardo Da Vinci en Cuernavaca




En el marco de las conmemoraciones mundiales por el 500 aniversario luctuoso de Leonardo Da Vinci (celebrado el pasado 2 de mayo), se inicia una gira internacional el 24 de mayo en la ciudad de Cuernavaca de El universo de Leonardo Da Vinci, exposición de 30 de las legendarias máquinas y aparatos que concibió el artista e inventor italiano.


Es una iniciativa privada de la Fundación Echazarreta, con sede en Mérida, Yucatán, que ha invertido “millones de euros, sin contar seguros y fianzas” en adquirir la muestra del Museo Leonardo Da Vinci, en Florencia, operado por la familia Nicolai. Las máquinas y los aparatos fueron creados con base en bocetos y proyectos que Da Vinci desarrolló a lo largo de su prolífica vida creativa. Pertenecen a la familia Niccolai desde hace más de un siglo, están certificados y tienen el aval del Ministerio de Cultura italiano, así como de la Comunidad Europea. Sólo han salido de Florencia en tres ocasiones.


Para la exhibición se ha dispuesto la construcción de un edificio temporal procedente de Alemana, de 4 mil metros cuadrados, en el campo militar del 24 zona en Cuernavaca. Dentro de las actividades que realiza la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) están “las culturales de manera permanente”, expresó en rueda de prensa el teniente coronel Alejandro Félix Barretero. Es la primera vez que una exposición de esta magnitud ingresa al campo militar del 24 zona en Cuernavaca, indicó el representante de la Sedena, institución que está abierta a “las necesidades que tenga la población civil”.


Rafael Echazarreta, presidente del consejo de la Fundación Echazarreta, aseguró que se trata de “la muestra más grande de Da Vinci del mundo”, ya que se cuenta con 3 mil 500 metros cuadrados de exposición, 26 toneladas de escenografía, 15 toneladas de equipo multimedia y más de mil 200 metros cuadrados de pantallas led y proyecciones 4k y HD. Así se convierte en “la punta de lanza para hacer nuevas exposiciones en México que integran la cultura con la tecnología”.


El eje de la exhibición son los cuatro elementos: la Tierra (la bicicleta, el vehículo autopropulsado, la grúa, el puente plegable); el Agua (el traje de buzo, el tornillo de Arquímedes y los flotadores de agua); el Aire (la máquina voladora, el helicóptero, los planeadores y el paracaídas), y el Fuego (el vehículo blindado, la catapulta, la metralleta multi-barril, el cañón desmontable, entre otras). Cada elemento está ambientado.


Ya que es una exposición “totalmente sensorial”, a través de un túnel del tiempo el visitante llegará a la ciudad de Florencia del siglo XV. El recorrido dura de 95 a 100 minutos. Luego hay una proyección de 15 minutos de los inventos de Da Vinci en el futuro, el espacio, la robótica, las ciudades submarinas, los trenes rápidos electrónicos, de tecnología y energía verde. También habrá un espacio interactivo para niños. El costo de entrada es de 100 pesos.


Después de su estancia en Cuernavaca la exhibición viajará a la Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey y Mérida, aunque otras siete sedes la han pedido. La itinerancia de El universo de Leonardo Da Vinci es de cinco años. Inicia en México y termina en Quatar el 30 de enero de 2023. Sin embargo, “tenemos un reto con la familia Niccolai. Si logramos los estándares de calidad y audiencia nos la van a extender tres años más. En ese caso continuaría el 23 de junio de 2023 en el sur de Estados Unidos”, apuntó Echazarreta quien refrendó que ésta es una empresa 100 por ciento mexicana y privada.


También presentes en la rueda de prensa estuvieron Vincenzo Muscolo, presidente de la sociedad de cultura italiana Dante Alighieri en Mérida; Bernardo Aguilar Calvo, director general para Europa de la Secretaría de Relaciones Exteriores, y David Jacinto, subsecretario de Turismo del Estado de Morelos.














domingo, 12 de mayo de 2019

El Museo de Dallas, comprometido con el arte latinoamericano




El Museo de Arte de Dallas (DMA, por sus siglas en inglés) ha ampliado su compromiso con el arte latinoamericano gracias a un reciente conjunto de donaciones. Estas incluyen un gran donativo para apoyar la creación de un nuevo puesto de curaduría; el establecimiento de un novel fondo destinado a la adquisición de arte latinoamericano, y la incorporación de cinco obras de artistas clave a la colección del DMA.

Respecto de éste último, se trata de Génesis, el don de la vida (cerca 1954), un tempera sobre cartón montado en panel, de Miguel Covarrubias –instalado afuera de la entrada principal al museo-- ; La vendedora de flores (1938), un pastel sobre papel, de Diego Rivera; La espada y la palabra (1944), un pastel, tiza y grafito en cartón rígido, de Roberto Matta; un fragmento de alfombra con ave bicéfala, probablemente de Perú y del siglo XVII, y la donación prometida de Maniquíes (1930), óleo de José Clemente Orozco.



Maniquíes (1930), óleo de José Clemente Orozco.



La Curaduría Jorge Baldor de Arte Latinoamericano, un puesto establecido gracias a una donación del emprendedor y líder cívico oriundo de Dallas que le da nombre,es un cargo recién creado que incluye obras de Norteamérica, el Caribe, Centroamérica y Sudamérica, desde el virreinato hasta la era moderna.

Este donativo al museo sucede al sustancial apoyo filantrópico brindado por Baldor, en 2017, a la exposición México 1900-1950, que batió récords y fue aclamada por la crítica. Durante la exhibición “vimos la llegada de visitantes que venían por primera vez al museo, inspirados por el arte que refleja los rostros, la cultura y la historia que representan a México”, expresó el benefactor. 



La vendedora de flores (1938), pastel sobre papel, de Diego Rivera.



La colección de arte latinoamericano del museo se apuntala por medio de la Fundación Stanley y Linda Marcus para la Adquisición de Arte Latinoamericano. Establecido gracias a la donación de un millón de dólares de Linda Marcus, en su nombre y el de su difunto esposo, Stanley, el nuevo fondo estriba en la historia de apoyo al museo por el matrimonio, así como su interés en particular por el arte de las Américas.

El DMA está comprometido con la excelencia en el estudio y el coleccionismo, a la vez que tiene el mismo compromiso en ofrecer a la población un lugar acogedor y emocionante para visitar, en donde los asistentes puedan identificarse y verse reflejados en nuestra programación, aprender sobre sus propias historias y compartirlas con otros”, ha dicho Agustín Arteaga, director del museo.

domingo, 5 de mayo de 2019

ARDER en el Museo del Chopo




Dar voz a las ausentes, rechazar la “naturalización” de la violencia y el acostumbrarse a la nota roja, son los ejes de ARDER, seis intervenciones radicales a la memoria, espectáculo multidisciplinario y feminista, creado especialmente para el Museo Universitario del Chopo, que rinde homenaje a mujeres desparecidas.

ARDER forma parte de un proyecto mucho más amplio llamado Archivo, una investigación en torno a la memoria, expresa Hayde Lachino, responsable de la idea original y dirección escénica. También deviene del trabajo La memoria que arde. Surgió a partir de una labor hecha por la filósofa y docente de la danza, quien durante ocho meses vio cine mexicano cuatro horas diarias en la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México. Una primera apreciación fue “la imagen de la mujer es menospreciada”. En todas las películas las mujeres “aparecen subsidiarias de las historias masculinas. Viven en función del hombre, no tienen vida propia.

El cine mexicano lo que hace es cosificar a la mujer o construir estereotipos en términos de la prostituta, la madre abnegada, la santa y virginal, y la mujer perdida. El problema es que el cine mexicano es el gran educador de la sociedad. La pregunta que nos hacemos fue qué significa, dado la violencia que vivimos las mujeres, tratar de crear una conexión entre estos positivos culturales que son los educadores de la sociedad y las consecuencias que tienen en términos de la violencia sistemática que vivimos las mujeres”.

A partir de ese planteamiento Lachino, junto con Yoatzin Balbuena, Amenic Mc Poetika y Rocío Gutiérrez, desarrolló un trabajo que conjuga escenas de cine mexicano en vivo, intervenidas por Balbuena con el objetivo de generar nuevas maneras de relacionar las imágenes. Todo el tiempo se juega con la rítmica a partir de las letras de Amenic, que es rapera. Gutiérrez se encarga de la coordinación del proyecto.

Cada una de las seis funciones que ofreció ARDER, contó con un artista invitado, con la idea de que “la pieza mute y transforme a partir de sus intervenciones”. Es un espectáculo que tiene una parte performática, otra visual, que deviene en una instalación.

Lachine agrega que a partir de 100 nombres de mujeres desaparecidas “tratamos de acudir a la memoria y nombrar a las ausentes”. Detalla: “En el país estamos en una situación de violencia generalizada, aunque las mujeres vivimos una situación extrema. Hay una diferencia radical entre cómo llegaron las feministas de otras épocas, a las de ahora. Las de hoy son chicas que llegan al feminismo producto de una exacerbación de la violencia. Son chicas que andan en la calle con gas pimienta, toman cursos de auto defensa y salen con miedo porque no saben si van a volver. Hay un feminismo que se construye desde el miedo sistemático que se vive en el cotidiano por el hecho de ser mujer”.

Para la entrevistada anunciar función a función nombres de cientos de desaparecidas es decirle al espectador aquí hay una tragedia que ocurre todos los días en este país. Y, “hay una obligación moral y ética de ser conscientes de dónde estamos parados porque el contexto de violencia también corre junto con el de naturalización de la misma”.

ARDER tuvo funciones del 25 de abril al 4 de mayo en el Museo Universitario del Chopo.