jueves, 11 de abril de 2019

La Pasión según San Mateo





La pasión según San Mateo, de Johann Sebastian Bach, es tal vez la más grande obra no operística del periodo barroco, ya que está compuesta para dos orquestas y dos grupos de cantantes, en total medio centenar de músicos en el escenario. Tal vez para Bach fue el momento culminante de su trabajo musical en la iglesia de Santo Tomás, expresa el austriaco Martin Haselböck quien dirigirá la obra el 12 de abril, a las 20 horas, en el Palacio de Bellas Artes, en el marco del 35 Festival del Centro Histórico.

Haselböck tendrá a su cargo dos agrupaciones especializadas en música barroca, la Orchester Wiener Akademie, de Viena, fundada por el organista en 1985, y la Musica Angelica Consort and Orchestra, con sede en Long Beach, California, y 10 solistas de distintas nacionalidades. Simboliza el diálogo que logra la música que es “mucho más fuerte que cualquier diálogo político. Hablamos música, entonces hablamos un idioma común. Cada orquesta ocupa un extremo del escenario, así que están en diálogo permanente”.

Haselböch ya perdió la cuenta de las veces que ha dirigido La pasión según San Mateo, algo que suele hacer cada tres años. La última vez que lo hizo en México fue en 2007 con medio centenar de representaciones. Vía telefónica desde Viena, adelanta que en esta ocasión la función será “un poco diferente porque la musicología ha revelado nuevos hallazgos acerca de la obra”.

Precisa que los hallazgos tienen que ver mayormente con el hecho que Bach “no tenía un coro como lo conocemos hoy”, sino utilizaba cantantes solistas. Seguía reglas muy estrictas en cuanto a dónde iban los cantantes, quienes interpretan las partes del coro y quienes las del solo. Así que ahora tenemos más solistas y menos cantantes en el coro. Esa es la diferencia básica”.

Otra novedad consiste en expresar la cualidad retórica de la obra, su drama y las diferentes emociones que maneja. “De alguna manera nuestra interpretación será más dramática, más operística, en comparación a hace 13 años. La Orchester Wiener Akademie cuenta con más músicos jóvenes, a la vez que los cantantes también lo son, entonces la idea es verlo como una gran narración dramática de la vida y muerte de Cristo, en vez de una pieza de música religiosa”.

La Orchester Wiener Akademia tiene la particularidad de emplear instrumentos originales del periodo barroco o copias exactas. Por lo general los instrumentos de cuerda son del periodo barroco, mientras que los de madera, como flautas y oboes, son copias exactas de los viejos instrumentos, porque se desgastan. “Los instrumentos de madera no se pueden tocar durante 100 años porque se rompen. Son muy diferentes de los instrumentos orquestales de hoy. Además, suenan diferentes”. Haselböck se refiere a su sonido como “redondo, suave y lleno, que habla de figuras retóricas”.

No obstante el dolor contenido en La pasión según San Mateo, la obra también encierra cierta esperanza. “Está estructurada en torno al evangelista, a manera de un narrador, quien cuenta la historia bíblica del sufrimiento y muerte de Cristo. Después de cada intervención del evangelista hay una especie de meditación en un aria que trae consolación y ayuda.

Se han escrito algunas de las más grandes obras para los acontecimientos de la Semana Santa, un periodo triste para los cristianos. Entonces hay un contexto para el sufrimiento: la consolación. Para mi la música puede ser de gran ayuda si uno se abre al mensaje. Si lo escuchas, la música puede sanar las heridas y hacerte mejor. Cada vez que dirijo La pasión según San Mateo descubro nuevos secretos y mensajes. Para mi resulta una especie de rezo personal dirigir esta obra”.







lunes, 8 de abril de 2019

Korrika





Merry MacMasters. La 21 edición de la carrera Korrika, cuyos objetivos son la alfabetización y la euskarrización del pueblo vasco, se llevó acabo el 7 de abril en la Casa Refugio Citlaltépetl, en una versión adaptada a la realidad mexicana.

En el País Vasco a lo largo de 11 días los participantes recorren su perímetro de 2 mil 500 kilómetros. Cada kilómetro es “comprada” en forma simbólica por alguien y el dinero recabado se destina a la enseñanza del vasco. Aquí, un contingente de 40 personas, entre adultos, jóvenes y niños, partió de la Casa Refugio Citlaltépetl para recorrer las calles de la colonia Condesa. De regreso, el testigo (un palo de madera que sirve de pequeño mástil a la bandera ikurriña) fue entregado a la periodista Blanche Petrich, quien lo llevó a la sede de la actividad.

Para su versión mexicana la Korrika fue abierta para incluir otras lenguas minorizadas como téneck, catalán, tetunaku, tu nu savi, náhuatl y ayuujk.

María Cortina, directora de la Casa Refugio Citlaltépetl, al dar la bienvenida, dijo que hace casi dos años ésta abrió sus vocaciones. Ahora, “no es sólo una casa preocupada por escritores perseguidos en sus países de origen, sino en tratar de sanar, recordar y reflexionar en torno a las urgencias de este país u otros, como el exilio y la libertad de expresión”. Hizo hincapié en la “gran dignidad” de los presentes por mantener la lengua. “Esto hay que contagiarlo”, agregó.

Haizea Elizondo, del comité organizador, explicó que en el País Vasco una cooperativa organiza la Korrika con la finalidad que “las personas adultas aprendan nuestra lengua, vengan de donde vengan, tengan la experiencia que tengan en cuanto a la lengua. En las últimas décadas se calcula que ha habido una gran cantidad de personas adultas que se han euskanizado”.

En el País Vasco la Korrika se hace para concientizar respecto de la relevancia de aprender y utilizar la lengua originaria. Por otra parte cada dos años la carrera se hace para ayudar a financiar todos los procesos de aprendizaje porque aunque sea una lengua originaria, aprenderlo de adulto supone, aparte del esfuerzo en sí, también uno económico. No es gratuito como probablemente debiera ser.

La Korrika mexicana tuvo en esta ocasión dos ejes principales, por una parte, visibilizar la situación de las lenguas minorizadas. Aunque el vasco es el punto de partida, “queríamos relacionarlo con México que es uno de los 10 países en el mundo con mayor diversidad lingüística. Sus 68 lenguas originarias están en peligro de extinción al igual que el euskarra. El otro eje fue visibilizar el arte que se crea desde las comunidades socio lingüísticas porque suele quedar en ghettos.

Que esta carrera reivindicativa coincida con el Año Internacional de las Lenguas Indígenas es una “casualidad”, expresó Elizondo. Para la lectora de lengua y cultura vasca en la Universidad Nacional Autónoma de México, hay comunidades lingüísticas minorizadas “sea año o no”, entonces “nos toca echarle ganas siempre”. Ahora, esta declaración “ayuda quizá a tener un poco más de visibilidad, sin embargo éste es un trabajo mucho más dilatado que este año”.

El lema de la 21 Korrika es klica, que representa “la definición personal de un cambio de chip, un conecte con todo aquello que se supone beneficie que nuestra lengua siga viva al igual que la diversidad lingüistica. Klica es un compromiso y una elección”.

Por la mañana hubo un acto cultural con música y poesía con la participación de Benjamín García González (trompetista mixe), Celerina Patricia Sánchez Santiago (poeta ñuu savi), Juan Santiago Téllez (rapero poblano), Rodolfo Tadeo Mendoza (huapanguero veracruzano que cantó en náhuatl), así como manifestaciones en vasco y catalán.