miércoles, 25 de enero de 2017

Un Bosco borroso


El fotógrafo ruso radicado en París, Alexei Vassiliev (Moscú, 1959), descubrió hace tiempo en un libro la obra del artista holandés Jerónimo Bosch (1450-1516), y le fascinó. Ya que le pareció un pintor muy audaz, profundamente contemporáneo, con una técnica y construcción de sus cuadros, increíbles, hace una década Vassiliev decidió dedicarle una serie fotográfica. Justo cuando la terminó cayó en cuenta que estaba por celebrarse el quinto aniversario del fallecimiento de El Bosco

Una versión de la exposición que este traductor vuelto fotógrafo presentó en la Galería Satar, de París, que en días pasados fue montada en el vestíbulo de la Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada. La mayoría de las 21 fotografías fueron reducidas en tamaño y se exhiben en vitrinas. Solo una conserva sus dimensiones originales. El tríptico de la serie Hieronymus “dialoga” con los murales que Vladimir Kibalchich Rusokov, mejor conocido como Vlady, pintó en el otrora Templo de San Felipe Neri, y a quien conoció el fotógrafo.



Lo que tiene de particular la serie es el carácter borroso de las imágenes, un modo de proceder que el entrevistado cultiva desde hace 10 años. Vassiliev se considera un artista visual que emplea la fotografía como soporte. Utiliza su cámara como el pintor su pincel. Cuando empezó su trabajo fotográfico sobre El Bosco nunca se planteó si iba a ser realista o no. El estilo borroso se manifestó por sí solo. Lo que lo motivó fue “la actualidad” de la obra del holandés, sobre todo en cuanto a la violencia, de allí que quiso trasladarla al siglo XXI.




El entrevistado empezó como un fotógrafo realista, retrataba tal cual lo que veía, sin embargo poco a poco “tuve ganas de no ser tan explícito”. Al trabajar sobre lo borroso se dio cuenta que ésto le permitía llegar a lo “esencial” por una razón sencilla: borra algunos detalles y deja que aparezca lo que sobre vive.

De allí que inventó el término “borroso preciso” porque se quita “lo anecdótico” y queda lo fundamental. También lo que le gusta de lo borroso es que no se impone sobre la visión del espectador. Se trata de que el que vea la foto, “termine el trabajo”. Para Vassiliev su modo de trabajar “penetra lentamente en las personas y las invita a un viaje interior. Para mi lo esencial de una obra de arte es que se dirija a la emoción. Qué la relación entre quien mira y quien crea, pase por la emoción”.



El fotógrafo utiliza una camera analógica y pasa sus fotos a la computadora. No las manipula digitalmente, sin embargo a veces “alarga” las siluetas porque le sale hacerlo, no busca ningún efecto especial. Las imágenes fueron tomadas en lugares públicos, aunque no revela cuales porque distraería. Une el conjunto unas manchas de color rojo.



Explica: “La idea del rojo nació de una serie de obras que vi de Brueghel y de otros pintores de la misma época. El rojo viene de la cochinilla y era difícil de obtener. Me di cuenta que ese color aparecía en varias de mis fotos a manera de lazo”. 

La exposición Hieronymus, homenaje a El Bosco 1516-2016, permaneció hasta el 31 de enero en República de El Salvador 47, Centro Histórico. 


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