jueves, 12 de mayo de 2022

Triana Parera, Todo lo que brilla es oro

En Todo lo que brilla es oro, exposición de grabado en linóleo y dibujo montada en la galería del Centro Cultural Bella Época, la artista Triana Parera (Ciudad de México, 1988) ha resignificado el dicho popular al suprimir el “no” inicial, con el objeto de “cuestionar la posición en la que nos encontramos respecto a lo que miramos todos los días”. Es decir, “esos caminos que pueden ser desagradables e incómodos, en los que de repente nos encontramos, con los que es difícil lidiar al ser violentos o muy crudos”.
La muestra busca poner en duda las apariencias mediante la representación del comportamiento humano a partir de una relación irónica con animales e insectos. De modo que una gama de criaturas, que asumen formas humanas: moscas, abejas, ratas, leones, gorilas, víboras, babosos, cucarachas y escorpiones, desfilan por los 12 grabados y siete dibujos que, juntos, crean una sola pieza.
“Es como estar en un pueblo donde existen estos personajes; el espectador decide cómo va a relacionarse con ellos. De alguna forma quiero acentuar situaciones y emociones de la razón con formas de animales, como eran las caricaturas que veíamos de niños. Incluso, tomábamos el personaje para hacerlo nuestro en el comportamiento de la vida diaria”, expresa Parera, entrevistada.
Hacia este fin, la pieza número 20 de la exhibición es un espejo, El oro, colocado al centro de la sala en el que el espectador se mira y así forma parte de ese “pequeño mundillo en el que se vuelve el personaje que desea ser”, aunque no precisamente los de la exposición, sino que puede construir el suyo.
Muchas de las figuras provienen de los dichos y del imaginario colectivo existentes, aunque van un paso más allá. Parera empleó animales con la idea de enfatizar lo “cómico” y así lograr una mayor concientización.
Fernando Gálvez de Aguinaga, curador de la muestra, escribe que Parera desarrolla Todo lo que brilla es oro al crear un “incómodo espejo de nuestra tiempo, del nosotros”. También emparenta su obra con el pensamiento crítico y la libertad de expresión en el arte, introducido por el pintor y grabador español Francisco de Goya.
“Goya es uno de mis artistas favoritos. Ver su serie de grabados Los caprichos me inspiró muchísimo. Me llenó de vida haber visto el año pasado sus pinturas negras en el Museo del Prado, en Madrid. A pesar de que son muy oscuras me transporté a su tiempo: qué increíble tener la libertad de pensamiento de Goya en aquel entonces. Eso es lo que he intentado hacer, trabajar, no para que guste, sino porque es lo que quiero decir”. La referencia de Gálvez de Aguinaga, pues, fue como si a Parera le hubieran dado permiso de seguir adelante: “Si Goya lo hizo, entonces, se vale”.
Respecto a la combinación de grabado en linóleo y dibujo en la exhibición, la entrevistada dice que en el primero “vas sacando la luz, al contrario del dibujo en el que se introduce oscuridad en el papel para formar la imagen. Los veo como el día y la noche, uno sin la otra no es posible, aunque al mismo tiempo carecen de absolutos porque el tránsito entre los blancos y los negros es lo que hace interesante todo el trayecto. Abrazar y recorrer estas líneas es lo que hace que se deslumbra el brillo. De allí la relación con el título de la muestra”.
La exposición Todo lo que brilla es oro fue montada en el Centro Cultural Bella Época (Librería Rosario Castellanos del Fondo de Cultura Económica), Tamaulipas 202, colonia Hipódromo.

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