miércoles, 25 de mayo de 2022

Daniel Buren en la Galería Hilario Galguera

El artista francés Daniel Buren (Boulogne-Billancourt, 1938) nunca intenta definir su obra, incluso, le disgusta hacerlo. Sin embargo, proporciona una “pista” a su producción en A contra-temps, A perte de vue, filme de seis horas y media de duración, dirigido por él mismo, con explicaciones de algunas de sus obras a partir de 1961.
“El punto central de mi trabajo es siempre el espacio y la obra dentro de este espacio”, expresa en entrevista con La Jornada. También, “la relación del espacio con el tiempo, la arquitectura y las personas que en ello viven, la conexión con la historia, si es que la haya. Empleo el breve término: trabajo in situ, no obstante, significa muchas cosas que se dan a partir del sitio. Después de esto, si las personas dicen que parece una pintura, o una escultura, no me importa. Para mí no es ni una escultura, ni una pintura, sino algo diferente. Sin embargo, empieza con el empleo del espacio”.
Las cajas, trabajos situados se llama la exposición que Buren concibió para la Galería Hilario Galguera y visitó unos días antes de su clausura. El artista aprovechó su viaje a México, país que conoce desde 1957, para estudiar un posible proyecto de arte urbano en Quintana Roo.
Para la muestra el artista creó una serie de 25 obras cuyos ingredientes fueron cajas pintadas, espejos y las paredes de la galería. Dirigió el proyecto desde París y toda la obra fue producida en México. No le gusta trabajar a distancia, sin embargo, el confinamiento debido a la pandemia por el COVID-19 le obligó hacerlo.
“A lo largo de 53 años viajé más de 300 veces cada uno de ellos. Por ejemplo, me sentía obligado a viajar por un día a Japón sólo para ver un plano y hablar con el arquitecto. Luego, regresaba a París, o Nueva York, o a donde tenía que ir. Resulta que tengo que conocer el lugar y trabajar en el sitio, de otra manera realizar la obra se vuelve una tarea muy difícil.
“Con la cuarentena dejé de viajar y visitar lugares. Hice muchas exposiciones basadas en materiales como documentos y grabaciones, que las personas me enviaron. Es una manera muy diferente de trabajar, aunque no estuvo tan mal”. Buren asegura que ya no viajará tanto como antes, sin embargo, su itinerario de aquí a julio comprende idas a Nueva York, Alemania, Finlandia, Bretaña y Corea del Sur.
A Buren se le conoce como un artista conceptual, incluso, minimalista abstracto, aparte de llamarle “el tipo de las rayas”, dado que en 1965 empezó a trabajar con bandas verticales que con el tiempo caracterizarían todo su obra. ¿Qué piensa de todas estas categorías?
“Estúpidas, no éstas, sino todas las categorías en general. Cuando empezó el presunto arte conceptual, se me invitó a la primera exposición. Hice algo supuestamente llamado arte conceptual. En el momento dije que era un término estúpido para hablar del arte visual que, claro, empieza en el cerebro, sin embargo, es visual.
“Muchas personas dijeron fantástico, es algo que no puedes ver, que sólo tienes en la mente. Para mi todo esto son tonterías. Como todo tipo de nombres puestos desde afuera, por algún historiador o periodista, si tienen éxito, es como hablar acerca de la Coca-cola. No tiene sentido. Para mi es muy fácil decir todas estas personas son impresionistas. Sin embargo, ningún gran artista impresionista se consideró así. Todos estos nombres son en alguna medida logotipos que pretenden lanzar algo en las actividades comerciales del mundo”.
Buren ha realizado mucha obra en México. Fue memorable su serie de intervenciones: De un patio a otro-trabajos in situ (2014), en el Instituto Cabañas, en Guadalajara. Una larga secuencia fílmica hecha en esa ciudad se incluye en la arriba mencionada película A contra-temp, A perte de vue. También comprende una cinta que el artista filmó en México en 1959. Ya que el formato de este documental es abierto, el entrevistado piensa, con el tiempo, agregar más obra y hacerlo más largo todavía.
Respecto a las recientes elecciones presidenciales en Francia, en la que Emmanuel Macron fue relegido, Buren señala que “una situación de derecha es hoy uno de los peligros en Europa, con muchos grupos que son realmente fascistas e intentan por todos los medios llegar al poder”. Hace votos para que con el triunfo de Macron se mantengan “todos los aspectos buenos de la democracia. Con el otro candidato (Marine Le Penn) hubiéramos perdido estas posibilidades. Ella es una buena amiga de Putin,incluso apoya la invasión de Ucrania, una posición peligrosa e insoportable”.
Las imágenes son cortesía de la Galería Hilario Galguera.

jueves, 12 de mayo de 2022

Triana Parera, Todo lo que brilla es oro

En Todo lo que brilla es oro, exposición de grabado en linóleo y dibujo montada en la galería del Centro Cultural Bella Época, la artista Triana Parera (Ciudad de México, 1988) ha resignificado el dicho popular al suprimir el “no” inicial, con el objeto de “cuestionar la posición en la que nos encontramos respecto a lo que miramos todos los días”. Es decir, “esos caminos que pueden ser desagradables e incómodos, en los que de repente nos encontramos, con los que es difícil lidiar al ser violentos o muy crudos”.
La muestra busca poner en duda las apariencias mediante la representación del comportamiento humano a partir de una relación irónica con animales e insectos. De modo que una gama de criaturas, que asumen formas humanas: moscas, abejas, ratas, leones, gorilas, víboras, babosos, cucarachas y escorpiones, desfilan por los 12 grabados y siete dibujos que, juntos, crean una sola pieza.
“Es como estar en un pueblo donde existen estos personajes; el espectador decide cómo va a relacionarse con ellos. De alguna forma quiero acentuar situaciones y emociones de la razón con formas de animales, como eran las caricaturas que veíamos de niños. Incluso, tomábamos el personaje para hacerlo nuestro en el comportamiento de la vida diaria”, expresa Parera, entrevistada.
Hacia este fin, la pieza número 20 de la exhibición es un espejo, El oro, colocado al centro de la sala en el que el espectador se mira y así forma parte de ese “pequeño mundillo en el que se vuelve el personaje que desea ser”, aunque no precisamente los de la exposición, sino que puede construir el suyo.
Muchas de las figuras provienen de los dichos y del imaginario colectivo existentes, aunque van un paso más allá. Parera empleó animales con la idea de enfatizar lo “cómico” y así lograr una mayor concientización.
Fernando Gálvez de Aguinaga, curador de la muestra, escribe que Parera desarrolla Todo lo que brilla es oro al crear un “incómodo espejo de nuestra tiempo, del nosotros”. También emparenta su obra con el pensamiento crítico y la libertad de expresión en el arte, introducido por el pintor y grabador español Francisco de Goya.
“Goya es uno de mis artistas favoritos. Ver su serie de grabados Los caprichos me inspiró muchísimo. Me llenó de vida haber visto el año pasado sus pinturas negras en el Museo del Prado, en Madrid. A pesar de que son muy oscuras me transporté a su tiempo: qué increíble tener la libertad de pensamiento de Goya en aquel entonces. Eso es lo que he intentado hacer, trabajar, no para que guste, sino porque es lo que quiero decir”. La referencia de Gálvez de Aguinaga, pues, fue como si a Parera le hubieran dado permiso de seguir adelante: “Si Goya lo hizo, entonces, se vale”.
Respecto a la combinación de grabado en linóleo y dibujo en la exhibición, la entrevistada dice que en el primero “vas sacando la luz, al contrario del dibujo en el que se introduce oscuridad en el papel para formar la imagen. Los veo como el día y la noche, uno sin la otra no es posible, aunque al mismo tiempo carecen de absolutos porque el tránsito entre los blancos y los negros es lo que hace interesante todo el trayecto. Abrazar y recorrer estas líneas es lo que hace que se deslumbra el brillo. De allí la relación con el título de la muestra”.
La exposición Todo lo que brilla es oro fue montada en el Centro Cultural Bella Época (Librería Rosario Castellanos del Fondo de Cultura Económica), Tamaulipas 202, colonia Hipódromo.