jueves, 28 de octubre de 2021

Héctor de Anda y sus maremotos

Las turbulencias de la pandemia resultaron en una especie de maremágnum que el artista Héctor de Anda (Ciudad de México, 1950) aprovechó para asimilar y reciclar a través de la pintura, la escultura, la instalación, la fotografía, el dibujo y el collage.
Una selección de 24 obras, producidas a lo largo de 2020, fueron exhibidas bajo el nombre de Maremotos, desplazamientos y acumulaciones del impulso creativo en la Galería PlurArt, que abrió sus puertas aquí en mayo pasado. El conjunto también incluyó algunas piezas anteriores no mostradas en la Ciudad de México.
Para De Anda estar encerrado le permitió concentrarse en su trabajo: “Fueron tiempos de reflexión conmigo mismo y con mi obra. Ha sido un tiempo de mucha producción, muy beneficioso para mí como artista y persona. No hubo manera de salir a la calle para distraerme. Estuve en mi taller trabajando de manera placentera, con mi música, dejándome llevar por mis emociones, por lo que sentía y expresándolo en la pintura, la escultura y los objetos que hice”.
Como había que permanecer adentro, De Anda trabajó con los materiales que tenía a la mano, acumulados en la bodega de su taller. Eran “objetos encontrados y de deshecho”. También aprovechó la ocasión para utilizar las cajas de todos los tamaños que le llegaban por mensajería con los productos que encargaba por Internet. “Si mi lenguaje es el reciclaje, tenía la materia prima, precisamente, para expresar lo que vivía con los objetos que se manejaban en el momento. Hice cerca de 40 cajas de arte objeto, aunque ninguno se exhibe en la actual exposición porque necesitan de un espacio amplio”.
La obra del entrevistado es expresionista: “Tiene que ver con mis influencias como Antoni Tàpies, es decir, la escuela de Barcelona, y la del expresionismo abstracto de Nueva York. También con el pintor inglés William Turner y el movimiento de Arte Polvera de Italia. Son influencias que se acentúan cada día más en mi trabajo. Empleo pinturas, lápices, crayones, carbón, acrílicos, papel, cartones, trozos de madera, lienzos que tenía dispuestos para utilizar a futuro y cajas”.
La exhibición contó con seis fotografías. Desde siempre De Anda ha tenido la inquietud de la fotografía, sin embargo fue hasta el encierro que la pudo desarrollar. Las imágenes son abstractas, ya que parten de la pintura para explorar el color y la luz.
En los momento más álgidos de la pandemia también terminó un proyecto de alrededor de 400 obras obras sobre papel que consiste en collages, tintas, acuarela, acrílico, técnicas mixtas, para una exposición en la Galería Carlos Olachea, en La Paz, Baja California. La fecha aun está por fijarse.
De Anda, de hecho, produjo tanta obra durante la pandemia que podría armar tres exposiciones. Por lo pronto, tiene una invitación para participar en la Feria de Art Basel en Miami, a fin de año, por parte de la Galería PlurArt.
Maremotos, desplazamientos y acumulaciones del impulso creativo permaneció hasta el 27 de octubre en la Galería PlurArt, avenida Oaxaca 112, colonia Roma.

jueves, 14 de octubre de 2021

Pablo de Laborde, anti monumento a periodistas asesinados

La instalación escultórica De barro y de silencio, de Pablo de Laborde Lascaris (Ciudad de México, 1985), es un “anti monumento” a lo que no se debería de celebrar: el asesinato de periodistas en México y el mundo. Esta especie de altar está integrado por docenas de campanas de barro, colocadas en varias hileras que le dan la vuelta a las paredes de la pequeña sala de Fundación Casa Wabi con vista a la calle Dr. Atl. Sus badajos han sido removidos y se encuentran en medio del espacio, sobre una pequeña base. Las campanas sin badajo simbolizan a los periodistas que han sido silenciados. Como artista mexicano, de Laborde, quien radica entre la Ciudad de México y el Reino Unido, asegura tener “una responsabilidad que cada día se vuelve más y más social. La situación de nuestro país nos hace sentir que se tienen que decir las cosas”. El tema del asesinato de periodistas y trabajadores de los medios de comunicación asesinados es uno del que “no se ha hablado lo suficiente”,
Entrevistado, de Laborde explica que la campana se usó mucho --ahora menos-- como un llamado a las personas para reunirse en cierto lugar o a modo de un alerta ante un fenómeno natural como un incendio o un huracán. En la instalación el escultor separó el badajo, que simboliza la voz de los periodistas, de la campana. Así, “el silencio hace más ruido que la voz porque resuena”. Los badajos están hechos de latón y plomo, materiales tradicionales para fabricar balas. Las campanas son de un aspecto frágil. “Siempre hay un balance frágil entre las personas que quieren hablar y los que las quieren silenciar”, apunta. De barro y de silencio no es una obra de protesta: “Lo veo más como un anti monumento. No soy un activista, soy un escultor. Uno de mis roles es hablar de lo que me pica a diario y últimamente es ésta temática más que nada”. Tampoco se trata de “una conversación con las esculturas oficiales. Por lo normal, un monumento se eirge para celebrar algo o conmemorar a una persona. Un anti monumento es justamente para no celebrar algo”.
Para su trabajo de Laborde busca una “desasociación” en los objetos que gusta coleccionar: “Muchas veces son piezas que ya no tienen relevancia cultural o, simplemente, son objetos curiosos. Me atrae reinventarlos y reintroducirlos por medio del arte con la idea de desestabilizar lo que es un objeto convencional o práctico, y así mezclar diálogos. Mi trabajo se enfoca mucho en las diferentes maneras de representar lo que ya conocemos”. No es la primera vez que de Laborde trabaja la campana, de hecho, es un tema recurrente de su obra. Sin embargo, cuando se desarticula, cuando se le quita su función primigenia, la de convocar o llamar a diferentes emociones, se convierte en algo completamente diferente, anota Alberto Ríos de la Rosa, curador de la instalación cuyo significado se ha vuelto “mucho más social, sin que pierda su concepto estético”. De barrio y de silencio, instalación de Pablo de Laborde Lascaris, permaneció expuesta hasta el 20 de septiembre en Dr. Atl 62, colonia Santa María la Ribera.