Para
realizar su instalación escultórica Tu texto aquí,
integrada por cinco figuras humanas, el artista inglés Michael Dean
(Newcastle, 1977), vino a México en dos ocasiones para visitar el
Museo Tamayo. La primera fue en 2018 y la segunda, a mediados de
2019. Quiso experimentar su arquitectura y ver cómo las personas
utilizan sus cuerpos alrededor del recinto, al meterse en problemas o
estar con la pareja.
Entrevistado,
Dean considera que así se procede cuando un espacio como el Museo
Tamayo es tan fuerte: “Contiene un enorme espíritu de algo
incorporado. No es suficiente sólo llegar y decir, mira, mis
esculturas. Las obras tienen que separarse de mi y luego ocupar el
espacio”.
¿Qué
observó el artista nominado al Premio Turner en 2016, y al Premio
Hepworth de Escultura en 2018? “Provengo de un lugar llamado
Wallsend en el norte de Inglaterra en que se encuentra un fragmento
de una muralla romana. Convivimos con estos restos de un momento
histórico, entonces venir a México fue algo que deseaba hacer.
Imagínate la noción de la civilización maya, de tocar otra
historia, venir acá y sentirlo palpitar a mi alrededor. No pude
haber estado más lejos de casa, sin embargo me sentía en casa”.
Sin título (2019) Foto cortesía del artista |
Dean empezó a pensar qué se hace con la historia, con algo que ha estado por siempre: “Vivimos de alguna manera nuestras vidas sobre su superficie. Tenemos que animar algo que no tiene vida, con nuestras emociones y la porquería que dejamos atrás, lo marcamos con nuestras lágrimas y manos grasosas, y pasamos tiempo robándole las sombras al sol cuando éste brilla”.
En
sus vueltas alrededor del museo, Dean solía encontrarse, en uno de
sus costados, con media docena de parejitas muy entretenidas,
situación que no ahuyentaba a paseantes de perros, o con niños,
personas escondidas en los árboles, incluso alguien haciendo sus
necesidades. Todos estos “contrastes locos” en un mismo espacio.
El artista pensó: “Cuál es la relación entre mi lugar de origen
con la obra que voy a crear aquí”.
¿Cómo
tradujo esas emociones en las esculturas de la instalación? “Soy
escritor, entonces trato de entregar la escritura en el espacio y
para hacerlo necesito crear diferentes tipografías porque si sólo
presento la escritura como tal, conlleva muchas políticas. Procuro
tener alguien parado en frente de la escritura. No la tienen que
leer, sino experimentar”.
Lost True Leaves (2016) Foto Kevin Todora |
Las
esculturas de Dean están hechas de puños pintados, fabricados en
concreto. Hizo moldes de su propio puño, el de su hijo de seis años,
el de la madre de su vástago, que aprieta su dedo gordo por dentro.
“También pienso en los límites de mi existencia que son mi
familia y mis hijos. Pienso en cómo hablar de la intimidad en un
mundo que arde, sin embargo intento hablar de la poesía de la
intimidad. Para lograrlo tengo que contenerlo de alguna manera.
Enojo, esperanza. Los dedos cruzados hablan de pedir un deseo o de
protegerse contra las mentiras. Los puños pueden luchar a favor de
algo, aunque también en contra de algo”
Los
puños de Dean son de diferentes colores a fin de hacer bello algo
que encierra una lucha. Sus figuras están compuestas de su propia
basura, nada se desperdicia. Trata de recrear una escena de calle,
con latas de cola aplastadas, cintas amarillas y papeles arrugados.
El artista tiene 10 años de trabajar con concreto que él mismo
prepara. Los puños aparecieron en los últimos años. Las esculturas
del Tamayo son las más figurativas que ha hecho.
Tu
texto aquí permanecerá en exhibición, en el patio del museo,
hasta el 1 de marzo de 2020.
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