martes, 25 de febrero de 2020

Zapata, el disruptor, en el Museo Trotsky





El caudillo revolucionario Emiliano Zapata es objeto de una nueva exposición. El taller artístico Rubicó en colaboración con el Museo Casa de León Trotsky, ha preparado la muestra Zapata, el disruptor: Colección Vintage-Avant Garde. Está integrada por objetos de época y piezas de uso personal del héroe, incluso la urna en que fueron depositados sus restos, procedentes del acervo de la Secretaría de Turismo y Cultura del Gobierno del Estado de Morelos, así como obra contemporánea de artistas mexicanos.

Por medio de obra plástica, intervenciones, juegos de sombras, espejos infinitos, antigüedades y realidad aumentada, se ofrecerá un Zapata vivo, coloreado, atractivo y disruptor.







Nuestra propuesta museográfica descansa en el vínculo existente entre el anfitrión Trotsky y el visitante Zapata, entre quienes existe una similitud increíble”, expresó en rueda de prensa Gonzalo Ortiz Blanco, director creativo de Rubicó. Precisó: “Ambos permanecieron fieles en sus ideales y su pensamiento desde el inicio de su lucha revolucionaria hasta el trágico deceso tanto del morelense como de Trotsky”.

El compromiso de los organizadores con el Caudillo del Sur va más allá de la exhibición. El inmueble que en 1916 Zapata eligió para establecer allí su cuartel general y centro de operaciones, en Tlaltizapán, quedó inhabilitado a raíz del sismo de 2017. Rubicó, con el apoyo de Museo Casa de León Trotsky, y en coordinación con la Secretaría de Turismo y Cultura morelense, destinará “recursos, esfuerzo y obra plástica para rehabilitar el ahora Museo de la Revolución del Sur, y Centro Cultural, con la esperanza de que en el menor tiempo posible podamos participar en el rescate de las actividades económicas del lugar que giran en torno excuartel”, externó Ortiz Blanco.







Su participación será en tres niveles: primero, la aportación económica que dependerá de lo que sea más urgente remodelar. “Tuvimos ya una primera reunión con las autoridades del lugar y vamos a juntarnos la semana entrante para hacer un plan de remodelación de las cosas más elementales para participar en el segundo nivel que consiste en diseñar junto con ellos una exposición temporal en el atrio del excuartel. De esta manera aunque no estén terminados los trabajos de remodelación ya se pueda incentivar el museo y la actividad económica”. El Museo Casa de León Trotsky les apoyará con “algún ingreso sobre la venta del boletaje por la exposición”.

El tercero es la aportación de obra plástica: “Vamos a diseñar algo especialmente para el museo que quede de manera permanente como donativo de Rubicó para la comunidad de Tlaltizapán: una escultura de tres metros de altura de Andrés Amaya, aunque es posible que, por su belleza, las autoridades de la secretaría la quisieran poner en otro lugar. Si así fuera tenemos todavía algunos diseños artísticos que pudieran ir más acorde a una exposición en el excuartel”. La escultura tiene un costo superior al millón y medio de pesos.








Para las obras de la exposición Rubicó ha estado en contacto con descendentes de la familia Zapata, en particular el nieto Manuel Manrique Zapata y el bisnieto Ulises Manrique, a quienes les ha enseñado las piezas “constantemente”.

Ortiz Blanco añadió que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) tiene, con la Secretaría de Turismo y Cultura morelense, un proyecto para rehabilitar la parte más dañada del excuartel que es la entrada principal: “Hay una entrada accesoria que vamos a utilizar y todas las modificaciones que vamos a hacer no requieren de un dictamen del INAH”.




Fotos cortesía del taller artístico Rubicó.



Para el director creativo, aunque sea de manera modesta “refrescamos la imagen de Zapata al quitarle el acartonamiento que ha tenido por ser figura del discurso universal. Eso es muy bueno para que las personas, los niños, vuelven a relacionarse con un ídolo mexicano desde una perspectiva personal, no oficialista”.

Gabriela Perez Noriega, directora jurídica y ejecutiva del Museo Casa de León Trotsky, leyó un texto enviado por Esteban Volkow, nieto del revolucionario ruso.

La exposición Zapata, el disruptor: Colección Vintage-Avant Garde, se exhibe del 30 de enero hasta el 30 de junio, en avenida Río Churubusco 410, colonia Del Carmen, Coyoacán.





martes, 4 de febrero de 2020

Los puños de Michael Dean en el Museo Tamayo







Para realizar su instalación escultórica Tu texto aquí, integrada por cinco figuras humanas, el artista inglés Michael Dean (Newcastle, 1977), vino a México en dos ocasiones para visitar el Museo Tamayo. La primera fue en 2018 y la segunda, a mediados de 2019. Quiso experimentar su arquitectura y ver cómo las personas utilizan sus cuerpos alrededor del recinto, al meterse en problemas o estar con la pareja.

Entrevistado, Dean considera que así se procede cuando un espacio como el Museo Tamayo es tan fuerte: “Contiene un enorme espíritu de algo incorporado. No es suficiente sólo llegar y decir, mira, mis esculturas. Las obras tienen que separarse de mi y luego ocupar el espacio”.

¿Qué observó el artista nominado al Premio Turner en 2016, y al Premio Hepworth de Escultura en 2018? “Provengo de un lugar llamado Wallsend en el norte de Inglaterra en que se encuentra un fragmento de una muralla romana. Convivimos con estos restos de un momento histórico, entonces venir a México fue algo que deseaba hacer. Imagínate la noción de la civilización maya, de tocar otra historia, venir acá y sentirlo palpitar a mi alrededor. No pude haber estado más lejos de casa, sin embargo me sentía en casa”.




Sin título (2019) Foto cortesía del artista



Dean empezó a pensar qué se hace con la historia, con algo que ha estado por siempre: “Vivimos de alguna manera nuestras vidas sobre su superficie. Tenemos que animar algo que no tiene vida, con nuestras emociones y la porquería que dejamos atrás, lo marcamos con nuestras lágrimas y manos grasosas, y pasamos tiempo robándole las sombras al sol cuando éste brilla”.

En sus vueltas alrededor del museo, Dean solía encontrarse, en uno de sus costados, con media docena de parejitas muy entretenidas, situación que no ahuyentaba a paseantes de perros, o con niños, personas escondidas en los árboles, incluso alguien haciendo sus necesidades. Todos estos “contrastes locos” en un mismo espacio. El artista pensó: “Cuál es la relación entre mi lugar de origen con la obra que voy a crear aquí”.

¿Cómo tradujo esas emociones en las esculturas de la instalación? “Soy escritor, entonces trato de entregar la escritura en el espacio y para hacerlo necesito crear diferentes tipografías porque si sólo presento la escritura como tal, conlleva muchas políticas. Procuro tener alguien parado en frente de la escritura. No la tienen que leer, sino experimentar”.




Lost True Leaves (2016) Foto Kevin Todora


Las esculturas de Dean están hechas de puños pintados, fabricados en concreto. Hizo moldes de su propio puño, el de su hijo de seis años, el de la madre de su vástago, que aprieta su dedo gordo por dentro. “También pienso en los límites de mi existencia que son mi familia y mis hijos. Pienso en cómo hablar de la intimidad en un mundo que arde, sin embargo intento hablar de la poesía de la intimidad. Para lograrlo tengo que contenerlo de alguna manera. Enojo, esperanza. Los dedos cruzados hablan de pedir un deseo o de protegerse contra las mentiras. Los puños pueden luchar a favor de algo, aunque también en contra de algo”

Los puños de Dean son de diferentes colores a fin de hacer bello algo que encierra una lucha. Sus figuras están compuestas de su propia basura, nada se desperdicia. Trata de recrear una escena de calle, con latas de cola aplastadas, cintas amarillas y papeles arrugados. El artista tiene 10 años de trabajar con concreto que él mismo prepara. Los puños aparecieron en los últimos años. Las esculturas del Tamayo son las más figurativas que ha hecho.

Tu texto aquí permanecerá en exhibición, en el patio del museo, hasta el 1 de marzo de 2020.