El
pasado 2 de agosto se cumplieron 20 años del fallecimiento del
pintor Alberto Gironella (1929-1999). Por ese motivo el historiador
del arte Esteban García Brosseau impartió la conferencia Alberto
Gironella: esperpéntico surrealista novohispano en el Museo
Fernando García Ponce, en Mérida, Yucatán, atento a los artistas
de la Generación de la Ruptura, a la que perteneció el recordado.
Si
García Brosseau emplea el término “esperpéntico surrealista
novohispano”, es porque “estos tres aspectos están presentes en
la obra de Gironella de manera indisoluble. Lo esperpéntico forma
parte de de este modo de hacer literatura que es propio de Ramón
Valle Inclán, a quien admiraba, en la que se distorsiona la realidad
a la manera de un espejo deformante. El mismo hablaba de su relación
con esta forma de describir la realidad que también está ligada a
su relación con a la literatura y la realidad española que tiene su
lado un poco grotesco que vemos, por ejemplo, en la pintura de
Velázquez o de Goya, pintores que admiró mucho”.
A
García Brosseau le interesa el movimiento de la Ruptura –es hijo
del pintor Fernando García Ponce-- , así como la relación
“polémica” de Gironella con el surrealismo. Entrevistado,
reconoce que Gironella tiene “una relación ambigua con el
movimiento surrealista. A pesar de estar muy orgulloso de conocer a
André Bretón y enojarse con Teresa del Conde quien decía que sólo
lo conocía de manera superficial, además de que su relación con el
surrealismo era la que tenían los artistas de la segunda generación,
también decía que lo suyo iba más allá y más bien era con el
barroco. Aunque sea ambigua, me parece que sí hay en algunos objetos
de Gironella ésta relación con lo simbólico, típico del
surrealismo”.
Para
García Brosseau hablar de cierto olvido de la obra de Gironella en
años recientes –destaca la labor hecha por su hijo Emiliano en
promoverla--, esto tiene que ver con “cierto olvido en que está la
Ruptura a través de cierta ideología que se mantiene, por ejemplo,
en el Instituto de Investigaciones Estéticas, donde se quiere
finalmente volver a dar más importancia a la cuestión del muralismo
paradójicamente. Es cierto que hay personas como Manuel Felguérez
que están muy en boga, sin embargo hay otros pintores de la Ruptura
que están olvidados”.
Profesor
de posgrado en la Universidad Nacional Autónoma de México, con
especialización en arte colonial, el entrevistado agrega que “a
nivel internacional los que cuentan más en la pintura mexicana son
los muralistas y, no se diga, Frida Kahlo”.
Ya
que Gironella tuvo una relación directa con Bretón, quien lo
reconoció como un artista relevante, García Brosseau insiste en su
relación con el surrealismo: “Parece que uno quisiera olvidar la
relevancia que tuvo el surrealismo en México y la relación que
tuvieron sus artistas aquí con la Ruptura. En general se trata de
dos movimientos distintos cuando en realidad estaban en contacto.
También existe una especie de injusticia con respecto del
surrealismo porque si bien se dice que la Ruptura fue el movimiento
que rompió con el muralismo, eso también fue posible por la
presencia de los surrealistas aquí. Ambos compartían el deseo de
pintar libremente lo que querían”.
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