Desde
sus inicios a la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (Filey),
cuya octava edición se llevó a cabo del 16 al 24 de marzo, se
procura darle un sello distintivo en lo que se refiere al pueblo y la
cultura maya, expresa el antropólogo Miguel Guémez Pineda. El
profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Yucatán,
recuerda que el maya es una lengua viva, vigente y actual, que tiene
547 mil hablantes y ocupa segundo lugar a nivel nacional después del
náhuatl.
Según
datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, recabados
en 2010, la población de cinco años y más hablante de lengua maya
estaba en 537 mil 516. El académico señala que la península de
Yucatán tiene más de 800 mil hablantes y si se suman todos los que
hay en el país y los migrantes, hablamos de cerca de un millón de
hablantes.
Sin
embargo, “se considera una lengua amenazada en la medida que pierde
hablantes en términos absolutos como relativos, que es preocupante”.
En 2010 se prendieron los focos rojos porque por vez primera hubo un
descenso de maya hablantes tanto términos absolutos como relativos.
El
responsable del programa Voces y huellas de la Filey dijo que
de los 20 libros que se presentaron en torno a la cultura maya, media
docena tienen que ver con el fenómeno migratorio. En las últimas
décadas ha habido una diáspora de migrantes mayas al área de San
Francisco, Estados Unidos, otras zonas fronterizas, hasta Canadá.
Con
el programa, “hemos roto con viejas paradigmas –una visión más
folclórica, mercantilista-- que han predominado con respecto de la
cultura maya, con el objeto de hacer viva la presencia de los
portadores de la cultura maya”, agregó.
Si
2019 fue declarado Año Internacional de las Lenguas Indígenas,
Guémez Pineda señala que hay muchas en vías de desaparición
especialmente en la zona norte del país. Explica, mientras el
náhuatl tiene 20 o 30 variantes, y no se entienden unos con otros,
el maya yucateco es una lengua uniforme, con diferencias dialectales
mínimas.
Con
motivo del Año Internacional de las Lenguas Indígenas “tenemos
proyectado organizar una serie de conferencias y cursos de fomento a
la lectura porque hay mucha literatura escrita en lengua maya sin
embargo muy poco la leen ya que hay muy pocos escritores. El maya
como otras lenguas en el país son más bien orales, no obstante que
hay fomentar la lecto-escritura básicamente entre niños y jóvenes”,
anuncia el entrevistado.
Para
Guémez Pineda el reto está con vincular la literatura maya al
proceso educativo: “Las bibliotecas tienen bastante material, sin
embargo pocas personas la consumen porque los mayas hablanes no son
lecto-escritores de la lengua maya. Hay que formar traductores,
intérpretes, y acreditarlos. Eso se puede lograr en coordinación
con diferentes instituciones que tienen que ver con lo maya. Es un
proceso complejo. Hablamos de la oficialización de la lengua maya a
niveles educativos, no obstante quién va a enseñar a tantos niños.
Hay que formar profesores, publicar materiales adecuados para su
enseñanza y diseñarlas para diferentes campos y profesiones”.
Mientras
que el maya sea una lengua nacional, no es “oficial”, entonces
“desafortunadamente” no hay una señalética generalizada en la
entidad ni la península. Sólo se ve en los museos, algunas zonas
arqueológicas, y oficinas gubernamentales. Guémez Pineda hace votos
para que haya una iniciativa pública en ese sentido porque “eso
otorga estatus a una lengua. Cuando los hablantes ven su lengua
escrita en una novela o película sienten orgullo. Falta voluntad por
parte del gobierno para impulsar un proyecto de esta naturaleza. Qué
pena”.