El fotógrafo ruso
radicado en París, Alexei Vassiliev (Moscú, 1959), descubrió hace
tiempo en un libro la obra del artista holandés Jerónimo Bosch
(1450-1516), y le fascinó. Ya que le pareció un pintor muy audaz,
profundamente contemporáneo, con una técnica y construcción de sus
cuadros, increíbles, hace una década Vassiliev decidió dedicarle
una serie fotográfica. Justo cuando la terminó cayó en cuenta que
estaba por celebrarse el quinto aniversario del fallecimiento de El
Bosco.
Una versión de la
exposición que este traductor vuelto fotógrafo presentó en la
Galería Satar, de París, que en días pasados fue montada en el vestíbulo de la
Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada. La mayoría de las 21 fotografías
fueron reducidas en tamaño y se exhiben en vitrinas. Solo una
conserva sus dimensiones originales. El tríptico de la serie
Hieronymus “dialoga” con los murales que Vladimir
Kibalchich Rusokov, mejor conocido como Vlady, pintó en el
otrora Templo de San Felipe Neri, y a quien conoció el fotógrafo.
Lo que tiene de
particular la serie es el carácter borroso de las imágenes, un modo
de proceder que el entrevistado cultiva desde hace 10 años.
Vassiliev se considera un artista visual que emplea la fotografía
como soporte. Utiliza su cámara como el pintor su pincel. Cuando
empezó su trabajo fotográfico sobre El Bosco nunca se
planteó si iba a ser realista o no. El estilo borroso se manifestó
por sí solo. Lo que lo motivó fue “la actualidad” de la obra
del holandés, sobre todo en cuanto a la violencia, de allí que
quiso trasladarla al siglo XXI.
El entrevistado empezó como un fotógrafo realista, retrataba tal cual lo que veía, sin embargo poco a poco “tuve ganas de no ser tan explícito”. Al trabajar sobre lo borroso se dio cuenta que ésto le permitía llegar a lo “esencial” por una razón sencilla: borra algunos detalles y deja que aparezca lo que sobre vive.
De allí que inventó
el término “borroso preciso” porque se quita “lo anecdótico”
y queda lo fundamental. También lo que le gusta de lo borroso es que
no se impone sobre la visión del espectador. Se trata de que el que
vea la foto, “termine el trabajo”. Para Vassiliev su modo de
trabajar “penetra lentamente en las personas y las invita a un
viaje interior. Para mi lo esencial de una obra de arte es que se
dirija a la emoción. Qué la relación entre quien mira y quien
crea, pase por la emoción”.
El fotógrafo
utiliza una camera analógica y pasa sus fotos a la computadora. No
las manipula digitalmente, sin embargo a veces “alarga” las
siluetas porque le sale hacerlo, no busca ningún efecto especial.
Las imágenes fueron tomadas en lugares públicos, aunque no revela
cuales porque distraería. Une el conjunto unas manchas de color
rojo.
Explica: “La idea
del rojo nació de una serie de obras que vi de Brueghel y de otros
pintores de la misma época. El rojo viene de la cochinilla y era
difícil de obtener. Me di cuenta que ese color aparecía en varias
de mis fotos a manera de lazo”.
La exposición
Hieronymus, homenaje a El Bosco 1516-2016, permaneció hasta
el 31 de enero en República de El Salvador 47, Centro Histórico.