jueves, 31 de octubre de 2024

El Op art, de Ernesto Briel, en Proyectos Monclova

El Op art, o Arte óptico, no se asocia generalmente con Cuba. El pintor, productor y escenógrafo habanero Ernesto Briel (1943-1992), no obstante, fue fundador del Grupo Cubano de Arte Óptico en los años 70 del siglo pasado. De Aion a Cronos: el arte de Ernesto Briel se titula la muestra de 36 obras del artista que se montó en la galería Proyectos Monclova y representó su primera individual en México.
Dividida en tres secciones, la exhibición recorrió diferentes momentos en la producción de Briel desde su etapa cubana en los años 60 y 70, mientras vivía en la isla, luego, obra producida en Estados Unidos a partir de 1980, y un tercer periodo sucedido en los 90 más centrada en la pintura, en la que se apreciaban composiciones geométricas y la experimentación con el color.
Respecto del interés de la galería por exponer obra de Briel, Teófilo Cohen, director de Proyectos Monclova, comentó: “Por un lado, me interesa redescubrir, revisar y mostrar el trabajo de artistas históricos con una gran trayectoria. Briel y su obra son de gran trascendencia tanto en el arte cubano como en el latinoamericano.
“Por otra parte, me interesa su obra porque hace eco con uno de nuestros máximos representantes en la galería, que es el artista mexicano Eduardo Terrazas. Esto se alinea, además, a uno de mis grandes intereses en la historia del arte: el aprecio que tengo por el arte abstracto geométrico latinoamericano”.
Cohen coincidió en que “quizá es poco conocido la trascendencia del Arte óptico en Cuba, sin embargo es cierto que su desarrollo viene de una línea muy clara de arte abstracto de posguerra y del surgimiento del arte kinético, aunque también de una influencia fuerte de las vanguardias europeas de inicios del siglo XX.
“Ya en los años 50, en Cuba se gestó el grupo de los Diez Pintores Concretos, que fueron quienes desarrollaron más ampliamente la abstracción geométrica en la isla. De alguna manera, Briel proviene de esa vena pictórica. Hacia los años 70, se funda el Grupo Cubano de Arte Óptico integrado por Briel, Jorge Fermés, Armando Morales y Elena Serrano”.
A la pregunta ¿qué le motivó a Briel cultivar este tipo de arte?, Cohen señaló: “No quería ser un artista de arte concreto y comenzó a desarrollarse en el Op art, realizando principalmente dibujos en papel y tinta. En su momento, por las condiciones políticas y sociales gestadas en Cuba, en la segunda mitad del siglo XX, los artistas podían viajar únicamente a los países del bloque soviético. De esta manera, Briel tuvo oportunidad de desplazarse a Yugoslavia (ahora Serbia y Montenegro) donde conoció el arte de Víctor Vasarely. Esta fue una más de sus motivaciones para dedicarse de lleno al Arte óptico”.
El expositor estudió pintura en la Escuela Nacional de Bellas Artes San Alejandro y diseño Nacional de Diseño de La Habana, y posteriormente fotografía en la Parsons School of Design de Nueva York. El título de la exposición hacía referencia a un texto escrito por el filósofo José Luis Barrios, en el que sugiere una lectura de su obra en una suerte de viaje estético del Aion a Cronos, en el que el primero es el tiempo como infinito o circular que gira sobre sí mismo, mientras que el segundo es el tiempo material, el de la vida.
De Aion a Cronos: el arte de Ernesto Briel se exhibió en la galería Proyectos Monclova, de la Ciudad de México.

lunes, 12 de agosto de 2024

Museo José Luis Cuevas, 32 años

En el próximo sexenio “tenemos que reposicionar, de pronto, a José Luis Cuevas (1931-2017), porque los jóvenes no lo conocen”, afirmó Jorge Gamboa de Buen, presidente de la Fundación José Luis Cuevas Novelo, entrevistado por La Jornada en el acto conmemorativo del 32 aniversario del museo –celebrado el 8 de julio-- que lleva el nombre del otrora enfant terrible de la escena artística.
Hacia ese fin, “tenemos que hacer como ha pasado con muchos artistas, cuando medio empiezan a caer en el olvido”, dijo el arquitecto. Consideró una ventaja que exista “mucha obra del maestro porque dibujaba todo el día. Obra que está en manos privadas, en el Museo José Luis Cuevas, en la familia”.
Los últimos años han sido difíciles para el recinto. “Tuvimos una etapa muy dura, complicada, no culpa de nadie, sino de las circunstancias -el COVID, el cambio de funcionarios-- . Por fortuna, ya la brincamos. Ya estamos sólidas hasta fines de año”. Gamboa de Buen señaló la dificultad de llegar al museo debido al ambulantaje. Lo que pasa aquí “tiene mucho que ver con la política del Centro Histórico (CH). Habría que ver cuál va a ser con la licenciada Clara Brugada”.
En la apertura del proyecto José Luis Cuevas, reflejos de un legado, de tres exposiciones, Gamboa de Buen dijo que en una reciente reunión de la fundación, se revisó lo que ha pasado en los últimos años y afectó la situación económica del museo.
“Finalmente, las cosas van muy bien. Nos han apoyado últimamente el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, el Gobierno de la Ciudad de México, instancias que comparten desde hace 32 años el compromiso de ayudar a mantener esta importante institución cultural en el Centro Histórico. Llegamos al cambio de gobierno en una buena posición porque algo que nos ha preocupado en todo este tiempo es nuestro personal. No quiero entrar en muchos detalles, sin embargo llegaron a tener meses sin cobrar su sueldo. Por fortuna, todo está resuelto y el museo está en magníficas condiciones a pesar de su edad –el edificio data de fines del siglo XVI-- , y siempre activo con la presentación de nuevas exposiciones”.
Para Salvador Vázquez Araujo, apoderado legal de la fundación, a lo largo de los años “se ha mantenido activo el gran objetivo de difundir la obra de José Luis, siempre bajo nuevas perspectivas curatoriales que ahondan en sus propuestas estéticas, en el conocimiento y la comprensión que lo animaba día a día a romper paradigmas y cruzar fronteras.
“De igual manera, a lo largo de estas décadas el museo se ha convertido, sin duda, en un polo cultural fundamental para la comunidad, en particular la del CH, que asiste con asiduidad a disfrutar de la oferta artística que este espacio ofrece en forma permanente”, agregó el ingeniero.
Las tres exposiciones que integran el proyecto José Luis Cuevas, reflejos de un legado, fueron diseñadas por el comité curatorial constituida por Jorge Reynoso, Gabriela Eugenia López y Manuel Alegría, quien realizó la museografía general. Una primera exhibición, José Luis Cuevas, dibujante y grabador, comprende desde sus obras más tempranas hasta sus últimas propuestas.
Con la segunda, José Luis Cuevas, escultor, se muestra una de las facetas menos conocidas del artista. Antes de crear La Giganta, obra monumental ubicada en el patio del museo, Cuevas no se conocía como escultor. Las obras monumentales fueron facilitadas por Beatriz Bazán, viuda del expositor, mientras las de pequeño y mediano formato fueron proporcionadas por el arquitecto Alejandro Velasco, responsable de la fundición de todas las piezas.
La tercera exposición, José Luis Cuevas y sus amigos, conmemora su séptimo aniversario luctuoso el pasado 3 de julio. Reúne 37 obras de 21 artistas, quienes “hacen presencia con sus piezas y pensamientos sobre el maestro, con quien pasaron horas, dificultades, tuvieron acuerdos y desacuerdos, pero sobre todo al hombre con quien trabaron una eterna amistad”, aseguró Vázquez Araujo.
Entre ellos se encuentran: Alberto Castro Leñero, Guillermo Ceniceros, Arnaldo Coen, Enrique Echeverría, Esther González, Jazzamoart, Fernando Leal Audirac, Gabriel Macotela, Manuel Marín, Rubén Maya, Dalia Monroy, Gustavo Monroy, Roberto Parodi, Nunik Sauret, Oswaldo Sagástegui, Luciano Spanó y Roger von Gunten.
El Museo José Luis Cuevas se ubica en Academia 13, Centro Histórico.