jueves, 1 de julio de 2021

Pieles ciegas de Allan Villavicencio

Para el artista Allan Villavicencio (Ciudad de México, 1987) la pintura tiene su propio tiempo: la temporalidad contemporánea. Si de momento hay más jóvenes que aparentemente pintan, esto “nos hace creer que la pintura está de vuelta”. Sin embargo, “siempre pienso en un rango paralelo, de lo que sucede hoy”, expresa el pintor quien exhibió bajo el título Pieles ciegas en la Galería Karen Huber, Bucareli 120, colonia Juárez.
Según el entrevistado hay que atender cuestionamientos de este tipo, porque, “más allá de lo que me pueda provocar en el ámbito de la vigencia, está la vinculación que tiene el medio pictórico para crecer, ampliarse, seguir teniendo otras energías y vínculos con el presente. La pintura contiene en sí misma una historia, una gravedad con el mercado”.
Villavicencio siente si la pintura está vigente se debe a “algunos intereses”, es decir, maneras en que la pintura se produce:”No estoy de acuerdo con todas. Sin embargo, en los pocos años que tengo de pintar, pues, he tenido que generar un contexto para mostrar mi obra, seguirla produciendo, seguir cuestionándome y vinculándome tanto técnica como formalmente”.
Pieles ciegas es una muestra que continúa con “exploraciones sobre la percepción mediante un lenguaje visual que interconecta realidades tangibles y virtuales”. Es decir, “hay una serie de diálogos de lo que sucede dentro de los cuadros con la arquitectura de la galería”, señala el pintor. Hubo que realizar ciertas adaptaciones al espacio interior para lograr estos diálogos.
Continúa: “Busco animar la materialidad del color, esto es mi proceso, lo llamo proceso metabólico. Cambia conforme añade información a la superficie del cuadro-capa, que a su vez construye una espacialidad no sólo en la visualidad, sino también en su materialidad. Hay partes del cuadro que presentan mayor materialidad y otras que son más crudas, de hecho, evidencian la tela. Con todo esto busco un vaivén o trampantojo frente al que el espectador realmente no entiende lo que sucede. A esto lo llamo cambio o construcción metabólica.
“Para esto utilizo la idea de la naturaleza muerta dentro del paisaje y viceversa, como un tema que ayuda toda esta situación cambiante a la manera de un motivo frutal que tiene un movimiento constante. A esto me refiero también con animar la materialidad del color, que parece pudrirse metafóricamente hablando”.
El recorrido de Pieles ciegas consistía en una serie de pinturas y ensamblajes construida alrededor de un paisaje de grandes dimensiones: El cortejo, tríptico inspirado en un biombo de la escuela española, El cortejo de carrozas en una plaza pública, cuyo tema es “la mirada a partir del deseo de ver”. La exhibición está planteada en función de dicho anhelo que, dependiendo de dónde se encuentra el espectador, luego hay un ocultamiento de algunos fragmentos de las pinturas o la totalidad, al jugar con ventanas o hoyos”.
La pintura de Villavicencio es de apariencia abstracta, sin embargo, no entiende lo suyo por medio de la abstracción o la figuración como una dicotomía: “Me pienso más bien como un pintor interesado en el espacio. La exposición ofrece un comentario pictórico de elementos que parecen representar algo, no obstante se mantienen en el límite”. Todas las imágenes son cortesía de la Galería Karen Huber.