miércoles, 12 de mayo de 2021
Joseph Beuys, 100 años
Idolatrado por muchos, el alemán Joseph Beuys (Krefeld, 1921-Oberkassel, 1986), en su calidad de dibujante, escultor, docente, político y activista, a la vez que artista del performance, el happening, el video y la instalación, dejó una huella profunda en el arte del siglo XX. Su centenario natal se conmemora el 12 de mayo.
Su influencia aun se siente en los discursos artísticos y políticos. Permanece la fascinación por el artista que en 1965 realizó How to explain pictures to a dead hare (Cómo explicar cuadros a una liebre muerta), acción que consistió en pasearse por una exposición con un lepórido muerto en los brazos.
Para Cuauhtémoc Medina, curador en jefe del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), Beuys es un “artista clave por muchas razones, incluso por el modo en que su memoria suscita una reacción encontrada entre críticos, historiadores y artistas. El efecto de Beuys en abrir una dimensión metapolítica al arte de los años 60 a 80 del siglo pasado no puede ser subestimada: llevó a sus últimas consecuencias las implicaciones democráticas radicales de la des-definición del campo artístico, además de abrir debates sobre la relación de nuestra economía con la vida de las otras especies de la tierra, y sobre el significado que debíamos otorgar a la noción de autonomía creativa y democrática”.
Medina, el primero en coordinar una exposición del alemán en México--en el Museo de Arte Carrillo Gil, en 1992-- , dice a La Jornada: “Al mismo tiempo, su dudoso relato biográfico, y su liderazgo simbólico, aparecen sospechosos ante la decepción por el mesianismo y misticismo que también encarnaba. Lo que no está a debate es su importancia en haber generado una nueva noción de la sensibilidad de la obra de arte, que la orienta hacia un código energético y material; su rol decisivo en haber definido las posibilidades de modos de hacer como el performance, la instalación, el múltiple y el acto pedagógico y de pensamiento como formas artísticas, y en su prodigioso sentido del dibujo. Tanto en el pizarrón, como en una hoja de papel, Beuys reinventó al dibujo como modo de pensar y especular, y como registro del paso de lo vivo en el mundo”.
Una veintena de instituciones en 12 ciudades a lo largo del estado alemán de Nordrhine-Westpalia prepararon una fiesta para conmemorar el centenario natal de Beuys. Consiste en exhibiciones, teatro y actividades que exploran temas como el chamanismo y los lazos entre el arte y la democracia. La exposición inaugural fue en Dusseldorf donde Beuys enseñó en la academia de arte hasta que fue expulsado en 1972 al abolir los requisitos para tomar su curso e insistir en que la universidad acepte estudiantes a pesar de que no tuvieran un lugar.
El 27 de marzo el Kunstsammlung abrió al público Everyone is an artist. Cosmopolitical exercises with Joseph Beuys (Todo el mundo es un artista. Ejercicios cosmopolíticos con Joseph Beuys), que explora el pensamiento cosmopolita del homenajeado visto por medio de sus acciones. Al sostener que “todo el mundo es un artista “, Beuys pretendía renovar la sociedad desde abajo. Actualmente, el espacio está cerrado por las restricciones de la pandemia.
Ya que Beuys se veía como revolucionario, gángster, nómada, jardinero, alquimista, investigador, maestro, chamán, tonto, incluso, como un animal, la muestra examinara sus diferentes personajes. También incorporó obras de artistas contemporáneos que responden a los puntos de vista de Beuys sobre arte y el futuro.
A los 20 años Beuys recibió entrenamiento como piloto de guerra. En 1943 su Stucka se estrelló en Crimea debido a una tormenta. Gracias a que nómadas tártaros los rescataron, no murió congelado. El fieltro y grasa animal en que lo envolvieron aparecerían más adelante en su obra. Tres años después regresó de los campos de prisioneros de guerra británicos.
De 1947 a 1952 estudió en la Academia Estatal de Arte en Dusseldorf, donde más tarde fue profesor de escultura hasta su expulsión debido a su resistencia a las restricciones de admisión de la universidad. En 1962 comenzó sus actividades con Fluxus, movimiento neodadá que se declaró en contra del objeto artístico tradicional como mercancía y se proclamó a si mismo como una corriente sociológica. En 1973 fundó The Free International Academy of Creativity and Inter-Disciplinary Research.
En la acción Me gusta América y a América le gusto yo (1974), Beuys convivió tres días con un coyote, mientras apilaba periódicos estadunidenses, símbolo del capitalismo de ese país. Poco a poco el coyote y Beuys se acostumbraron el uno al otro y al final el artista abrazó al animal. El Museo Guggenheim, en Nueva York, presentó una retrospectiva de su obra, en 1979.
El artista mexicano Victor Sulser ha realizado desde 2001 el performance de llevar a Alter, un conejo de tela, a muestras y museos. Alter estuvo expuesto en la muestra de performance del MUAC a fines de 2019. En 2010, Guillermo Santamarina, entonces curador en jefe del MUAC, realizó la muestra Beuys y más allá. El enseñar como arte. “Era una exhibición basada en las colecciones de Deutsche Bank que abarcaba no sólo a Beuys mismo, sino a la brillante constelación de sus discípulos, incluyendo Baumgarten, Immendorf y Blinky Palermo. El mérito de la muestra era centrarse en la función pedagógica de Beuys, tanto la política en general como el enorme efecto que tuvo particularmente en la siguiente generación de artistas en Alemania”, señala Medina.
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