domingo, 23 de junio de 2019

Leticia Tarragó en el Salón de la Plástica Mexicana





Merry MacMasters. En el Salón de la Plástica Mexicana (SPM) fueron inauguradas tres exposiciones cuya temática gira en torno al realismo mágico y lo fantástico en el marco de la celebración del Día Mundial del Arte, que se efectúa cada 15 de abril.

Del realismo mágico al arte fantástico, muestra de 38 de pintura y grabado de Leticia Tarragó (Orizaba, Veracruz, 1940), marca el regreso de la artista al Salón de la Plástica, en donde tuvo su primera exposición individual cuando éste se encontraba en la calle de Havre, y en 1963 recibió el premio de Nuevos Valores de la SPM por un grabado grande en metal sobre un poema de Federico García Lorca.








Contrario a las costumbres de la época fue la madre de Tarragó que impulsó a sus hijos a dedicarse al arte. De allí que la familia se mudó a la Ciudad de México cuando la niña tenía 11 años. Entrevistada, Tarragó habló de su experiencia como alumna y ayudante de Gerardo Murillo “Dr. Atl”: “Mi mamá era muy atrevida y le gustaba visitar a los pintores para platicar con ellos. Cuando tenía 15 años me llevó con el Dr. Atl, a quien le caí muy bien. Dijo, 'vente a pintar acá conmigo'. En realidad aprendía más al verlo pintar. Tenía una conversación y sentido de humor increíbles, enseñaba mucho por medio de las palabras”.

El gran paisajista, de hecho le enseñó dos técnicas: el dibujo tonal, que utilizó para dibujar el crecimiento del volcán Paricutín, así como pinturas para hacer encáustica. La jovencita también lo acompañaba al Ajusco o al Popocatépetl porque “le gustaba pintar en las alturas ya que sus cuadros son unas panorámicas enormes”.



Se abre el telón, óleo




La relación con el Dr. Atl duró como tres años. Tarragó, incluso, conserva cartas de su maestro porque en 1958 ganó el primer premio de cartel de la aerolínea KLM, que consistió en un viaje a Holanda. Luego, sus padres le mandaron dinero para irse a Italia a “conocer la obra de los grandes pintores. Le escribía al doctor y me contestaba”. Posteriormente, Tarragó ingresó a la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, donde tuvo otros maestros como Feliciano Peña, Fernando Castro Pacheco, hasta Juan Soriano.



Tránsito, óleo




Respecto a su obra que evoca el ambiente de Orizaba, con su neblina: “Es un lugar para meditar, que se presta mucho para interiorizarse uno. Eso se me quedó de niña y decidí utilizarlo en mi obra”. Agrega: “Siempre busco y encuentro, de eso se trata, entonces mis cambios están más bien en la técnica o el color. No tengo muchos cambios porque soy muy lineal. Todo lo que hago sigue una línea, no me gusta hacer cambios bruscos”.




Guillermo Gadda




Transfiguración del ensueño, muestra que comprende 10 obras polimórficas de Guillermo Gadda (Xalapa, Veracruz, 1945), conmemora su muerte en 2009. Jorge Gadda, hermano del homenajeado, explicó que se trata de tableros desplegables, pintados de manera figurativa, que cuelgan sobre la pared. Con esos “polimorfismos” ingresó precisamente al SPM. También fue premiado en la Bienal Rufino Tamayo.



Guillermo Gadda




La tercera exhibición, De lo real a lo imaginario, es una colectiva que de alguna forma es un tributo a varios pintores ya fallecidos, entre ellos, Adriano Silva, Ignacio Ortiz, Ángel Boliver y José García Narezo.