La
arquitectura fue
el hilo conductor de una
reciente exposición de la fotógrafa Cristina Kahlo (CDMX, 1960) sin
que se considere
especializada en el
tema. En Cristina
Kahlo. Lo concreto.
Fotografía arquitectónica y abstracta,
de 89 obras, la mayoría fotografías, pero también instalación y
libros, la arquitectura era
sólo un pretexto para generar un diálogo con la luz y crear
imágenes. Ella se dice “una constructora de imágenes”.
Era
la primera ocasión que Kahlo exhibía en la vivienda que habitó
–aunque por poco tiempo, señala-- su famosa tía abuela, doña
Frida, ahora Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, así como
la colindante Casa Juan O’Gorman que integra el conjunto.
El
curador Javier Vázquez, después de revisar con Cristina medio
millar de imágenes en busca de un eje para la muestra, descubrió
que la arquitectura sí tiene predominancia en su obra. Incluso, hay
tomas del propio museo hechas hace 11 años, que descubren para el
visitante aspectos o rincones que tal vez pasan desapercibidos. La
entrevistada admitía no haberse dado cuenta que con recurrencia
fotografiaba temas arquitectónicos.
Aseguró
que sus temas son “versátiles”, ya que es “permisiva” con su
obra: “Me gusta mucho tener esta libertad creativa de poder
trabajar diferentes temas. No me estaciono en uno. Diría que mis
fotografías se dividen en dos partes, por un lado, lo documental
como fue el proyecto Tiempo
de danzón en que
durante 10 años retraté comunidades danzoneras en distintos estados
del país”. La otra es más personal y creativa en el sentido de
que “me doy más permiso de manipular el material y conformar un
proyecto para un espacio en particular”.
A
Kahlo le atraía exhibir en el MCEDRFK, “sobre todo por el tema de
la arquitectura, porque ésta tiene un carácter sinestésico. Para
vivir una arquitectura hay que entrar en ella. Aunque en las imágenes
prácticamente no se ve la presencia humana, ésta está en quien lo
trazó, construyó, en las personas que habitaron estas casas. Para
mi es simbólico. Más que por la relación familiar con Frida, estas
casas representan uno de los primeros espacios arquitectónicos en
los que empecé a fotografiar”. Al recorrer las obras se manifiesta
una geometría por medio del círculo, el rectángulo, la curva, el
triángulo y el cuadrado.
La
entrevistada no suele dedicar sus exposiciones a nadie, sin embargo
en este caso, dado el “grado muy emotivo”, no podía no recordar
a su padre Antonio Kahlo, “de quien tuve el primer contacto con la
fotografía. Era una niña, sin embargo a partir de ese momento dije
'quiero ser fotógrafa'”. La muestra también está dedicada al
arquitecto Javier Septien, “un tío de cariño de quien aprendí la
geometría. De niña me ponía a armar figuras geométricas”.
Igualmente está dedicada al arquitecto Juan O'Gorman, quien Kahlo
conoció en vida y a quien “le debemos estas casas para hacer la
muestra”.
--¿Qué caracteriza su
trabajo?
--Una característica
constante es que por lo general en mis exhibiciones no trabajo una
sola técnica. En ésta hay plata gelatina, impresiones a partir de
la inyección de tinta, hay algunas obras que están intervenidas con
color directamente sobre la foto. Me gusta mucho la fotografía
tradicional, análoga, sin embargo la digital ofrece otras
posibilidades de intervención.
No
todas las fotos fueron tomadas en México, muchas fueron hechas
durante una estancia en Basilea. Bueno, hasta se exhibía a modo de
instalación un fragmento del muro de Berlín. Otras imágenes fueron
capturadas en Estados Unidos, Italia, Alemania, Francia e
Inglaterra..