“Yo quiero saber /de todo un poco/yo
quiero tener/de todo un poco/yo quiero gozar/yo quiero bailar/y
quiero cantar/de todo un poco.."
Llegó a México en días pasados el
musical Dirty Dancing, versión teatral de la exitosa película
del mismo nombre producida en 1986, pero estrenada aquí en 1988 con
el título en español Baile caliente. En el filme, protagonizado por Patrick Swayze y Jennifer Grey, impera la música
de compositores estadunidenses, ya que se sitúa en los años
60 del siglo pasado. Sin embargo, entre la lista de 20 sencillos incluidos en la cinta, destaca uno en español: De todo un poco, de
Lou Pérez (1928-2005), neoyorquino de nacimiento, pero latino de
corazón con raíces cubanas y puertorriqueñas.
También entre la lista de famosos
intérpretes como The Ronettes, Frankie Valli y The Four Seasons,
Otis Redding, The Shirelles y The Drifters figura el nombre Melon
(sin acento) que bien podría referirse a esa sabrosa fruta. Pero al
ponerle un acento, Melón nos remite al legendario cantante
mexicano Luis Ángel Silva Nava. El 7 de agosto de 2016 se cumplieron
seis meses del fallecimiento del destacado sonero, de allí que con la finalidad de recordarlo pretendemos recrear su participación en Dirty Dancing.
Cuando Melón grabó la canción
De todo un poco para esa película, no era la primera vez que
la interpretaba. Ya lo había hecho, con Raúl Azpiazu, para el disco
Lou Pérez: De todo un poco-A little bit of everything. Pérez fue uno de los pocos directores de
orquesta surgidos en los años 60, que utilizaba el formato de la
charanga, cuyo sonido remplazó el mambo y el cha cha chá, con el
ritmo llamado “pachanga”.
Melón contaba que un día de finales de 1986 la actriz Lucie Arnaz, hija del actor y músico cubano Desi Arnaz (1917-1986), le habló para grabar un
número de la película Dirty Dancing que resultó ser De
todo un poco. Lucie,, incluso, le aconsejó sobre lo que debía cobrar. El interesado (es posible que haya sido Jimmy Ienner), quien lo
había escuchado en el disco, le habló y la transacción se realizó
por teléfono. El saxofonista colombiano Justo Almario había hecho
los arreglos, “la banda está muy buena y quiero que suenes como en
el disco”, se escuchó del otro lado del auricular.
El día de la grabación Melón
se presentó ataviado en un traje deportivo guinda y gris, tenis y gorra beige clara satinada -se la había regalado el
actor Dustin Hoffman, un día que éste fue al Club Candilejas en Los Ángeles, donde Melón trabajó-- , lentes negros y cabello
largo.
Al empresario le extrañó la
vestimenta de Melón, inclus, no le gustó. A lo mejor
esperaba alguien más glamuroso. Sin embargo, ya en cabina, cuando
escuchó las primeras notas de la canción exclamó: “That's the
guy” (Ese es el tipo) y quedó muy contento.
Melón relataba que como ya
había grabado la canción, entonces sabía la letra –-aquí se debe recordar que el sonero tenía una computadora en la cabeza cuando
de letras se trataba-- , además no era de los que repetía
las cosas un sinnúmero de veces hasta que salían, pues no dudaba
que saliera a la primera. Pero eso no le convenía por muchas
razones, tal vez para justificar el dinero que le iban a pagar o para
disfrutar del momento y convivir un poco más con los músicos,
muchos amigos suyos. Entonces, prolongó el placer del momento al
pedir repetir. Sí, le salió a la segunda.
Con el dinero recibido Melón
regresó a México para radicar de forma definitiva después de una
ausencia de 12 años. Esperó con ansia la llegada de la película a
su país, lo que ocurrió el 9 de junio de 1988. El gran estreno de Dirty
Dancing fue el 12 de mayo de 1987 en el Festival de
Cannes. Hasta que vio la cinta en el cine, Melón no sabía de
qué manera sería utilizada su grabación en el filme.
Resultó que la canción ocupa el
momento cumbre del filme cuando la pareja formada por el maestro de
baile Johnny Castle (Patrick Swayze) y la inexperta adolescente Baby
Houseman (Jennifer Grey), después de horas de ensayo, bailan en el
concurso organizado en el hotel de veraneo donde la joven se
hospeda con su familia. La voz cálida y madura como un buen vino se
escucha entonando una letra que resume de alguna manera las
aspiraciones de la juventud: “...yo quiero probar/de todo un
poco”/yo quiero lograr/de todo un poco/yo quiero vivir/yo quiero
reír/y quiero sentir/pero de todo un poco...” Y, claro, gana el
concurso.
En 2004 se hizo una segunda parte de la
película, Dirty Dancing 2 o Dirty Dancing: Havana Nights,
en la que Melón ya no participó.